El gobierno de Ayuso se cree impune y se supera en falta de escrúpulos

Isabel Díaz Ayuso fue derrotada de manera inapelable por Juan Lobato, Alejandra Jacinto y Mónica García. El momento cumbre, en el que se la vio totalmente fuera de sí, se produjo cuando la candidata de Unidas Podemos le entregó un ejemplar del libro donde el exconsejero de Servicios Sociales, Alberto Reyero, cuenta los protocolos que provocaron que los ancianos de las residencias no fueran trasladados a los hospitales durante la pandemia y más de 7.200 seres humanos murieran. Ayuso reaccionó como un vampiro ante una ristre de ajos, huyendo del libro y devolviéndoselo a Alejandra Jacinto.

La derrota ha sido tan demoledora para los intereses tanto del Partido Popular como de su corte mediática que sólo han podido sacar el estilismo como elemento en el que Ayuso pudo haber salido victoriosa. Que ni así.

El contraataque ha venido desde el Consejo de Gobierno celebrado ayer. Desde este órgano se hizo propaganda electoral con la aprobación de una serie de medidas de claro corte electoralista. Esto, según distintas fuentes consultadas por Diario16, ha provocado que los servicios jurídicos de los diferentes partidos estén analizando y estudiando la interposición de medidas legales contra el gobierno de Ayuso por vulnerar la Ley Electoral.

En concreto, la Comunidad de Madrid anunció ayer, entre otras cosas, la creación de 2.205 nuevas plazas educativas públicas con la construcción de un colegio y tres obras de ampliación, una inversión de 125 millones de euros para el préstamo gratuito de libros de texto para los próximos cuatro años. Esta última medida presenta también un acceso gratuito a los contenidos educativos de las plataformas digitales de las editoriales.

Por otro lado, el gobierno de Ayuso aprobó ayer la convocatoria de 10.300 plazas en su Oferta Pública de Empleo para este año 2023, es decir, para después de las elecciones. También se incluyen más de 4.500 plazas para reducir la temporalidad y que no se supere el 8% del total y la reserva para personas con discapacidad se sitúa en el 7% y del 10% en los casos de promoción interna.

Esta falta de escrúpulos es, en parte, una demostración más de la falta de respeto hacia las leyes por parte del gobierno de Isabel Díaz Ayuso. No habría más que imaginar las reacciones si esto lo hubiese hecho el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Troya habría ardido junto a medio continente asiático.

Por otra parte, Ayuso está viendo cómo los partidos de izquierda están haciendo mejor campaña y captan la atención de los votantes que estaban indecisos. Tanto Juan Lobato como Mónica García y Alejandra Jacinto están realizando una campaña cercana, sin grandes actos, pateando la calle, hablando sin querer convencer y, sobre todo, escuchando.

Esto está teniendo como consecuencia que Isabel Díaz Ayuso se esté alejando de su tan ansiada mayoría absoluta. Esta realidad es tan palmaria que hasta los medios más afines a los intereses de la presidenta de la Comunidad de Madrid ya lo están mostrando en sus sondeos.

A esto se une la incógnita de Vox que está cayendo en las encuestas al mismo ritmo que Ayuso y la ya pública incompatibilidad entre Ayuso y Rocío Monasterio. Ante esta situación, el Partido Popular de Madrid tenía que hacer anuncios que no debería haber hecho. Pero, les ha dado igual.

El gobierno de Madrid, departamento de campaña de Ayuso

A medida que pasa el tiempo la victoria apabullante de Ayuso en las elecciones de mayo de 2021. La propia presidenta de la Comunidad de Madrid reconoció en una entrevista que tuvo mucho voto prestado en los últimos comicios autonómicos. Ella, tal vez, crea que su actividad de oposición constante contra Pedro Sánchez va a tener un rédito. Sin embargo, las cosas, según indican fuentes de casi todos los partidos con representación parlamentaria en la Asamblea, no parecen estar tan claras.

Esta es la razón por la que Isabel Díaz Ayuso está en campaña desde hace varios meses, campaña realizada con recursos públicos ya que se está aprovechando la actividad institucional del gobierno de la Comunidad para realizar anuncios y proyectos que no serán implementados hasta después de las elecciones. No hay más que ver las notas de prensa enviadas desde el Departamento de Comunicación y la agenda de Ayuso para entenderlo.

Hace unos meses el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid decidió realizar el Consejo de Gobierno en diferentes localidades con una comparecencia pública de la presidenta. Cada uno de estos actos se ha convertido en un mitin en el que Díaz Ayuso exponía proyectos e inversiones que se iban a implementar en los municipios. Una campaña electoral personalizada, pero financiada con dinero público.

Luego está la actividad del Departamento de Comunicación. No es muy habitual que los organismos públicos remitan comunicados y notas de prensa en pleno fin de semana con anuncios de inversiones, casi todos aplicables tras las elecciones. En los meses previos a la campaña electoral, de media, en un fin de semana normal, la Comunidad de Madrid envía unas 20 notas de este tipo.

En esta campaña enmascarada de actividad institucional se han abierto convocatorias para mejoras en locales municipales, ayudas millonarias a la cultura, al comercio ambulante, a las víctimas del terrorismo, inversiones para la construcción de nuevos colegios e institutos, para el acogimiento residencial de menores, para la apertura de camas de hospital que llevan 15 años sin utilizarse, para el bono-alquiler de los jóvenes, para la compra de patinetes eléctricos, motos y bicicletas, para la creación de 2.000 plazas educativas. Esto es sólo un ejemplo, pero hay muchas más. No hay más que consultar las notas de prensa publicadas por la Comunidad.

A todo esto hay que añadir el bombardeo de campañas publicitarias de la Comunidad de Madrid en las radios durante los meses previos a la campaña.

Ayuso está haciendo lo mismo que tanto ha criticado a Pedro Sánchez y está ejecutando un bombardeo mediático más propio de una campaña electoral que de una acción de gobierno. En realidad, con esta actividad lo que se está pretendiendo es captar votos utilizando técnicas de propaganda política. Lo mismo que hizo ayer el Consejo de Gobierno.