En una entrevista dada por el Fiscal General de Alemania, Peter Frank, el sábado al diario Die Welt, se confirmó que, en la investigación abierta sobre los atentados contra los gasoductos Nord Stream 1 y 2 el pasado mes de septiembre de 2022, no se han encontrado pruebas que puedan señalar de la autoría a Rusia, como en un primer momento se señaló por parte de algunas autoridades europeas.
«Actualmente, no se ha probado», señaló el Fiscal General al ser preguntado por la presunta participación rusa en los atentados.
Para la investigación se han destinado dos embarcaciones para recabar pruebas, tanto en el agua como del suelo del lugar de la explosión, así como escombros de las tuberías dañadas. Materiales que están siendo estudiados y analizados por los forenses.
Tampoco se ha podido comprobar hasta ahora que haya habido implicación en el atentado de fuerzas extranjeras, aunque se ha subrayado que la investigación sigue en curso.
Fueron cuatro fugas detectadas en dos tuberías, que transportaban gas ruso a Europa a través de Alemania. Las explosiones se detectaron cerca de la isla danesa de Bornholm en las aguas territoriales de Dinamarca y Suecia. Los dos Estados están también realizando sus propias investigaciones, así como Rusia, que mantiene abierta una en paralelo después de no haberle permitido colaborar en la investigación sueco-danesa.
La semana pasada, la portavoz del ministerio de Exteriores de Rusia señaló el silencio de Alemania, planteando si Berlín puede tener algo que ocultar ante la evidente falta de transparencia.
The Times informó el pasado miércoles de que los investigadores alemanes estaban abiertos «a las teorías de que un estado occidental llevó a cabo el bombardeo con el objetivo de culpar a Rusia».
