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El finiquito del diputado

Quédese tranquilo, querido contribuyente. Nuestros impuestos funcionan.

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análisis

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Puede que, desde que se anunció sorpresivamente el «adelanto electoral de Sánchez» usted no haya conciliado el sueño pensando, como buen ciudadano solidario que es, en qué será de nuestros queridos políticos durante estos días, más de un mes, en el que no trabajarán.

Vengo a decirle que no tiene usted de qué preocuparse. Está todo bajo control. El pago de sus impuestos y de los míos, tendrá un buen destino para garantizar que Sus Señorías no sufran durante su incierto futuro.

En este vídeo analizo la noticia, que paso a resumirle también en datos.

Son 212 los diputados y diputadas (y diputades, que nadie se enfade) que se han quedado «en paro» desde que el pasado martes se hiciera oficial el anuncio de Sánchez sobre el adelanto electoral en el BOE. 212 almas por las que, seguramente, usted haya pasado alguna noche sin dormir pensando en qué será de ellos, de ellas, de elles.

La preocupación ha debido ser compartida por muchos, hasta que ayer jueves, la Mesa de la Diputación Permanente de la Cámara nos dió tranquilidad: han fijado que estos diputados, diputadas, diputades puedan tener derecho a cobrar una indemnización de transición en un pago único (siempre que no tengan otros ingresos), que equivaldrá a 78 días de sueldo. En total, entre 10.000 y 13.000 euros, según calcula europapress. Me preocupa que no tengan suficiente, pues ya me dirá qué van a hacer estas pobres almas 78 días con 10.000 euros sin saber qué será de ellos durante la próxima legislatura. Menos mal que el reglamento de pensiones de los miembros del Congreso regula «la percepción de una indemnización para afrontar el período de transición entre la disolución de las Cámaras y la constitución de las mismas tras las elecciones, ya que en esas semanas aún no se puede saber si el parlamentario va a continuar en el cargo la siguiente legislatura».

Me pregunto si algunos que ya saben que no continuarán, como Arrimadas, Garzón, y otros tantos, pasarán por la caja de la transición. Es por curiosidad, no por otra cosa. Porque por pagar que no quede.

Si ha echado usted cuentas se habrá dado cuenta de que 212 no es el número total de nuestros diputados, diputadas, diputades. Y déjeme adivinar que ya se me habrá agobiado usted de nuevo pensando qué le ocurrirá a los 137 restantes. Los que forman parte de la Diputación Permanente. Hay buenas noticias también, no sufra. Seguirán cobrando su salario habitual.

Todo está bajo control. Y es que, menos mal, se prevé que sigan manteniendo su salario.

El que establece como sueldo constitucional 3.126,89 euros, más los que hay que sumar la indemnización para cubrir gastos de su actividad parlamentaria, que al mes viene siendo 958,75 euros para los que viven en Madrid y 2.008,61 para los que van desde otro lugar. Unos cuatro-cinco mil euros al mes, a los que habrá que sumar los complementos que pudieran recibir en función de sus responsabilidades en el Congreso (comisiones varias).

Si se pone usted a echar cuentas pensará que podemos sentirnos orgullosos. Ellos nos representan y nosotros les tratamos como merecen: ¿qué mayor orgullo podemos sentir al pagar impuestos cada día que este? Ya se lo digo yo, ninguno.

Pero no nos pensemos que tenemos todo resuelto. Porque hay motivos todavía para que nos sintamos molestos. ¿Quién decidirá algunas cosas sin sentido como que nuestros dipus tengan que pagar casi 1.500 euros si quieren quedarse con el móvil? Yo cre que se los tendrían que quedar, como regalo por nuestra parte. Aún recuerdo la alegría que me llevé cuando me enteré de que nos habíamos gastado un millón de euros en la compra de 550 Iphone y 275 Android. Casi me hizo tanta ilusión como descubrir los precios del Restaurante del Congreso. Se me nublaron los ojos de emoción y pensé: «¡Qué cabrones!» Y me emocioné pensando que no queremos, ni usted ni yo, que les falte de nada. Y que si tienen que desayunar dos veces, como si lo necesitan cuatro. O diez. Porque deben afrontar el día con energía, y no perder un instante de su tiempo en hacer la compra, ni cocinar, ni limpiar, ni nada de nada. Con un desayuno a 1,5 euros; un menú a 4,5 euros y las cañas a 1,05 que no me entere yo que mis dipus pasan hambre.

Seguro que, a pesar de todo lo que te he contado, sigues preocupado. ¿Qué será de ellos en un futuro a medio plazo, si no tienen escaño? Ya sé que eres muy previsor y que te pasas la vida pensando en lo que pasará de aquí a seis meses, un año, y dos. Sabes, como yo, que tienes que ahorrar bien y declarar para pagar los impuestos. Y estarás pensando qué será de ellos después de cobrar su compensación de transición y ver que se han quedado fuera.

Pues no dirás que hoy no me estoy ocupando de ti. Te daré la penúltima buena noticia: si el 17 de agosto hay dipus que no están, siempre y cuando hayan estado dos años en su escaño, podrán percibir una indemnización por cese. Consiste en el sueldo constitucional mensual, por cada año de mandato y con un máximo de 24 meses.

Los que repitan, percibirán su salario desde el día de la votación, o sea, del 23 de julio. No se piense que cobrarán dos veces por días que coincidan: se ajustará el cobro de la pensión de transición con el salario retroactivo.

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