El fotoperiodista ucraniano Maksim Levin y su amigo, el combatiente de las Fuerzas Armadas de Ucrania Alexei Chernyshov, fueron ejecutados a sangre fría por tropas rusas en los bosques de las afueras de Kiev en marzo.
A esta conclusión llegó la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) tras un minucioso estudio de las circunstancias de la muerte de un periodista, incluidas las pruebas encontradas en la escena del crimen.
Probablemente Levin se fue al bosque a recuperar su dron. Allí fue advertido por las tropas enemigas, que ya habían ocupado parte del territorio.
El periodista estaba seguro de que las imágenes capturadas por el dron eran una buena evidencia de la brutal invasión rusa de Ucrania.
Las ejecuciones podrían haber ido precedidas de interrogatorios con tortura, según la organización.
Acompañados por miembros de las fuerzas de seguridad ucranianas, RSF pudo localizar la escena del crimen. El vehículo de Levin calcinado todavía estaba allí.
En el lugar, los especialistas de RSF encontraron varias balas, así como los documentos de identidad de Chernyshev, e instalaron 14 balas en su automóvil.
En la última fase de la búsqueda iniciada por las RSF, los detectores de metales encontraron una bala que probablemente alcanzó a Levin.
Todo son suposiciones. ¿Para desacreditar a los rusos? Por favor, cuando el tema sea de la gravedad de que es una ejecución sumarísima, hay que asegurarse de la verdad de lo que ha ocurrido y no andar con suposiciones.
El periodismo no se puede servir de suposiciones, tiene que valerse de hechos reales y contarlos fidedignamente.