La contradicción de Arabia Saudí: afirma abolir la pena capital para menores, pero dos jóvenes se enfrentan a su ejecución
La contradicción de Arabia Saudí: afirma abolir la pena capital para menores, pero dos jóvenes se enfrentan a su ejecución

Riad, la capital de Arabia Saudí que ha acogido este fin de semana la Supercopa de Italia, somete a sus mujeres, en el mayor de los casos, a regulaciones propias del medievo. El blanqueamiento de la vulneración de los derechos de las mujeres y las violencias ejercidas sobre estas en el país parece no importar a las grandes federaciones y clubes de fútbol españoles, que celebrarán -al igual que Italia- su Supercopa en territorio saudita el próximo mes de enero en la localidad de Yeda.

120 millones de euros es la cantidad con la que se pretende esconder la barbarie existente en un país donde, por ejemplo, 14 millones de yemeníes se encuentran en riesgo de morir por inanición o 2 millones de menores sufren malnutrición severa, según datos arrojados por Naciones Unidas. Así, esta crisis humanitaria, consecuencia de años de conflicto armado impune por el  apoyo de Estados Unidos y la venta de armas provenientes del Estado español, parece inexistente si la moneda de cambio son 40 millones anuales por los tres que ha firmado la Federación de Fútbol y que suman 120 en total.

Mientras en Arabia Saudí se mantiene vigente la tutela masculina -aunque con alguna reforma reciente- por la cual la mujer queda relegada al hombre para la toma de decisiones, otros hombres, en este caso los directivos de las federaciones y empresarios, aseguraban que “la Federación tutelará la creación de la primera competición íntegramente femenina en Arabia, y que, por último, todo el dinero que la Federación ganará con esto irá destinado al fútbol femenino y modesto, una vez se descontaran los emolumentos de los equipos participantes (FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid y Valencia)”.

En un país donde el feminismo y la homosexualidad pueden castigarse con cárcel o flagelación o donde el ateísmo se considera delito y hasta conlleva la pena de muerte, su príncipe y ministro de deportes, Abdulaziz Bin Turki Alfaisal, durante la rueda de prensa de presentación de la Supercopa de España afirmó que “Arabia Saudí se está transformando e invitamos a todo el mundo a que disfrute de nuestra cultura y de nuestro país (…)”.

Como respuesta a estas declaraciones, la directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Norte, Heba Morayef, declaró tras la publicación de una anuncio oficial de la agencia de seguridad del Estado en el que se vulneraban los derechos a la libertad y a la vida, la libertad y la seguridad de la ciudadanía que dicho anuncio “contradice claramente la falsa imagen reformista del reino de la que sigue haciendo alarde en el ámbito internacional el príncipe heredero y revela el auténtico rostro intolerante del reino, que criminaliza la identidad de las personas, así como los pensamientos y las ideas progresistas y reformistas en el país”.

Sin embargo, la pugna por ver quien tiene la cartera más grande entre Tebas y Rubiales prevalece sobre la crisis humanitaria por la que miles de personas han tenido que dejar sus hogares huyendo de la masacre, las enfermedades y la hambruna. En el país donde las mujeres han conseguido recientemente su derecho a conducir, Telefónica gana el concurso de emisión televisiva del espectáculo futbolístico que da la espalda a la violencia contra las mujeres institucionalizada por el Reino saudí.

El mismo Reino que atenta contra la libertad de prensa asesinando a periodistas, como ocurrió con el compañero Jamal Khashoggi o que mantiene al servicio a una policía religiosa que persigue a las mujeres que dejan ver de sí mismas más de la cuenta. Y aquí surge la duda, ¿podrán trabajar libremente las periodistas deportivas que tengan que cubrir tan magno evento? ¿o se verán oprimidas por la segregación sexual imperante en el terreno? En este sentido, la presidenta de la Asociación para Mujeres en el Deporte profesional, Mar Mas, apunta que “los derechos de las mujeres se están vulnerando a golpe de talonario mientras Arabia Saudí enmascara a Yemen con un lavado de imagen a nivel internacional con la organización de eventos deportivos”.

Diciembre termina con un preacuerdo entre clubes y sindicatos sobre el convenio colectivo interprofesional de fútbol femenino en España ante la incapacidad de llegar a un acuerdo en las fechas fijadas y enero comenzará con un torneo de la élite del fútbol patrio masculino en un país que maltrata y asesina a sus mujeres y, al que se exculpa por un puñado de millones. ¿Dónde queda la dignidad del deporte? El blanqueamiento de la violencia auspiciado por el sistema capitalista y patriarcal deja claro una vez más, la necesidad del feminismo como herramienta única para el cambio.

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