Miles de familias españolas celebran hoy, con más o menos empeño, el Día del Padre. Connotaciones comerciales aparte, lo cierto es que a pesar de que su papel familiar, social y real es inmenso en un país, donde todavía quedan muchas connotaciones del pasado más tradicional y rancio, son también cientos de miles los entornos familiares que han sabido evolucionar hacia un mundo donde la emancipación de la mujer y la conciliación laboral y familiar les han convertido en hombres de hoy en día que responden a los avances de la sociedad.

Sin embargo, aún quedan, incluso para ellos mismos, barreras que superar. De hecho, en el 2015 tan sólo un 1,8% de los padres disfrutó de alguna de las diez semanas que por ley las madres les podían ceder de su propia baja de maternidad según la ley en ese momento. Para las empresas, a pesar de que la ley es muy clara en este sentido, es todavía un tema por superar y no está ni bien visto ni es aconsejable para quien quiera crecer en su empresa.

A pesar de que la ley es clara al respecto, La prestación por paternidad protege el derecho del trabajador a percibir un subsidio durante los días de suspensión del contrato de trabajo, o cese en la actividad,  en caso de nacimiento de un hijo, adopción o acogimiento. Lo cierto es que son muy pocos los padres que realmente hacen uso de este derecho para estar con sus hijas e hijos. También es verdad, que son muchas los impedimentos laborales y sociales para hacerlo.

El pasado 8 de marzo el Gobierno vetó una proposición de Ley de Unidos Podemos para equiparar a 16 semanas el permiso de paternidad y maternidad frente a la baja actual de un mes a la que tiene derecho el varón. El informe aportado por el Ejecutivo hace alusión a cuestiones presupuestarias. También es verdad que el PP sabe que hoy este tipo de decisiones no le supondrá ningún coste electoral.

Desde el 1 de enero de 2017 los padres varones pueden disfrutar de cuatro semanas de permiso por paternidad, hasta ahora simplemente eran 15 días de descanso. Esta prestación es independiente de la de la madre y compatible con el disfrute compartido de la de maternidad siempre que sea cedido por la madre.

Un informe del año pasado sobre la figura paterna en sus hijos, de TFW 2015, pone de manifiesto que, según su valoración, mientras las mujeres, tras siglos de lucha, están logrando situarse en el lugar que les corresponde conforme a su dignidad y derechos, los hombres parecen estar más desubicados que nunca. Los cambios provocados por el feminismo han dejado un paisaje social prácticamente irreconocible generando novedades ciertamente confusas, como el nuevo papel del hombre en la sociedad y muy especialmente del padre en la familia actual.

La profesora de estudios de la mujer del Wellesley College, Rosanna Hertz, afirma con rotundidad que los padres simplemente no son necesarios. El núcleo familiar es el constituido por la madre y el hijo. Los hombres en el mundo actual están obsoletos. En la misma línea, Peggy Drexler, profesora de la Universidad de Cornell, en su libro: Educando a los niños sin hombres”, mantiene la bondad de criar a los hijos sin la presencia de un padre, por madres solteras o parejas de lesbianas. En este ambiente, madres solteras, abandonadas, separadas o divorciadas intentan criar solas a sus hijos, en ausencia absoluta de un modelo paterno, obligadas en muchas ocasiones por las circunstancias, abandono o irresponsabilidad el padre. Aunque también hay quien de forma voluntaria prefiere criar a sus hijas e hijos sin la figura del varón.

El informe TFW 2015, por el contrario, trata de demostrar la importancia de la presencia del padre en la familia y la propia sociedad: “Uno de los más destacados sociólogos de Estados Unidos, el Dr. David Popenoe, afirmaba recientemente lo siguiente: “Los padres son mucho más que simplemente los segundos adultos y es vital destacar la importancia de la figura paterna en la educación de los hijos .

Según este estudio, los padres implicados traen múltiples beneficios a los niños que ninguna otra persona es capaz de aportar” . En las conclusiones del informe, la poderosa influencia de un padre sobre sus hijos es única e irremplazable. Los estudios demuestran una serie de diferencias cualitativas entre los niños que han crecido con o sin padre. Los niños que se han beneficiado de la presencia de un padre interesado en su vida académica, emocional y personal, tienen mayores coeficientes intelectuales y mejor capacidad lingüística y cognitiva; son más sociables; tienen mayor autocontrol; sufren menos dificultades de comportamiento en la adolescencia; sacan mejores notas; son más líderes; tienen el autoestima más elevada; no suelen tener problemas con drogas o alcohol; desarrollan más empatía y sentimientos de compasión hacia los demás; y cuando se casan tienen matrimonios más estables .

Mientras podemos encontrar estudios, investigaciones y puntos de vista dispares al respecto, Según el Dr. Muñoz Farias, los niños que crecen sin una figura paterna, generalmente evidencian trastornos en la adolescencia porque no encuentran una identidad: “Los jóvenes sufren de inseguridad, soledad y depresión, que pueden plasmarse en el fracaso escolar, consumo de drogas y vagancia. En definitiva, no tienen la capacidad para controlar sus impulsos y no pueden autorregularse”, opina el psiquiatra infantil. Entendemos que efectos tan devastadores para los menores como si faltara la madre.

Por otra parte, un informe publicado por Chicco revela que la responsabilidad en el cuidado de los hijos recae todavía en su mayor parte en las mujeres. Es cierto, según el estudio, que los padres ayudan y colaboran más en la tarea, pero no son aún el principal cuidador. De hecho, la mitad de las madres encuestadas están dispuestas a dejar de trabajar mientras sus hijas e hijos no están en etapa escolar.

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