Sara Mesa es una de las escritoras jóvenes con mayor proyección en el panorama narrativo español y su último trabajo, Mala letra (Anagrama), una colección de inquietantes relatos bajo el denominador común de la culpa en las situaciones más o menos cotidianas de la vida real, demuestra que tras su pulso firme se halla una escritora con mucho lustre literario aún por explotar.
En esta colección de historias muy cercanas siempre late un desasosiego a la vuelta de la esquina, quizá no sea así, pero ese desconcierto que crea con su estilo firme y contemporizador es posiblemente uno de los mayores logros de esta propuesta de literatura con mayúsculas en pequeñas dosis.
La escritora madrileña afincada desde niña en Sevilla demuestra que sus historias están contadas con una sobriedad narrativa digna de aplauso, rehúye de cualquier efectismo y, en cambio, sí plasma con maestría esa tensión que sus personajes mantienen en una interactuación no solo creíble sino sobre todo más que convincente.
