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Tal y como publicamos en Diario16, la compra del Córdoba CF por parte del fondo Infinity Capital, propiedad de la familia real de Bahréin, está plagado de irregularidades. La última que ha desmontado la Justicia ha sido la de los servicios médicos del club. El Córdoba Club de Fútbol es un equipo histórico, no sólo en Andalucía, sino también para el fútbol español, no en vano ostenta uno de los récords más longevos y que parece muy difícil de que pueda ser batido próximamente: equipo con menos goles encajados como local en una temporada. El club blanquiverde ha permanecido 10 temporadas en primera división, la última en la 2014/2015.

Ha sido el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Córdoba quien fallado a favor de Clínicas Beiman y ha determinado que dicha empresa entraba en la unidad productiva de la que se hizo cargo la nueva empresa propietaria del club, Unión Futbolística Cordobesa SAD.

Clínicas Beiman firmó un contrato para la prestación de los servicios médicos en enero de 2019 con la anterior empresa matriz, Córdoba Club de Fútbol SAD, una relación empresarial con una duración de 10 años y por la que Beiman cobraría una cantidad de 21.112,84 euros mensuales, servicios que estuvo prestando incluso cuando el club dejó de pagar las facturas, hecho que evitó que el equipo fuera expulsado de la competición.

Según indica la sentencia, a la que Diario16 ha tenido acceso, Clínicas Beiman remitió un burofax al club el 8 de noviembre de 2019 en el que, según la sentencia, «se limitaba a reclamar el abono de las cuantías adeudadas, con apercibimiento que si no se atendía esta reclamación pasaría a la resolución del contrato e indemnización de daños y perjuicios, no constituyendo el ejercicio de ninguna pretensión resolutoria».

El 5 de diciembre se aprueba la venta de la unidad productiva a Unión Futbolística Cordobesa SAD y Beiman continúa prestando sus servicios porque nadie dudaba de que se trataba de un elemento esencial para el funcionamiento del club, dado que sin servicios médicos el Córdoba CF no podría competir.

Clínicas Beiman continuó prestando sus servicios a pesar de que durante meses el Córdoba CF no pagaba las facturas, hecho que permitió que el club cordobesista pudiese seguir compitiendo

Los nuevos propietarios intentan negociar con Beiman a la baja, algo que no se acepta. La respuesta fue que, de la mañana a la noche, y casi sin previo aviso, se prescinde de sus servicios y se contrata a otra empresa. Es ahí donde se genera el conflicto jurídico.

Según la sentencia, al subrogarse la nueva unidad productiva, los servicios médicos estaban incluidos y, en consecuencia, el contrato de Clínicas Beiman con Córdoba Club de Fútbol SAD estaba vigente y en las mismas condiciones en que se firmó en enero de 2019.

«El contrato de prestación de servicios profesionales médicos de 21 de enero de 2019 se encontraba incluido dentro del perímetro de la unidad productiva transmitido mediante venta realizada el 5 de diciembre de 2019 en virtud del auto de autorización de la venta de la unidad productiva de 26 de noviembre de 2019».

En consecuencia, lo que el magistrado Fernando Caballero García, señala con rotundidad es que, una vez realizada la compra de la unidad productiva por Unión Futbolística Cordobesa SAD, la relación jurídica existente con Clínicas Beiman depende en exclusiva de aquélla puesto que los servicios médicos son esenciales para el funcionamiento del club, dado que según la Circular 14 de 30 de julio de 2019 de la Real Federación Española de Fútbol «es de obligado cumplimiento que los clubes tengan adscrito a la plantilla, mediante la correspondiente licencia, a un médico colegiado que deberá estar presente en todos los partidos que dispute el club como local y deberá de asumir las responsabilidades concernientes al control antidopaje».

Por tanto, la Justicia ha dado la razón a Clínicas Beiman en referencia a que su contrato debió ser subrogado y no se hizo. En consecuencia, el Córdoba CF deberá pagar las cantidades adeudadas a Beiman, además de la indemnización correspondiente e incluida en el contrato que, según fuentes consultadas por Diario16, ascendería a 300.000 euros.

La venta del Córdoba CF, un pozo de irregularidades

En la prensa cordobesa corrieron ríos de tinta sobre todo el proceso de compra del club blanquiverde, sobre todo tras la detención el 7 de noviembre de 2017 del anterior presidente, Jesús León, por la presunta comisión administración desleal, apropiación indebida, corrupción y blanqueo de capitales. Dos días después, el juez instructor nombró a Fernando Estepa, quien también fue responsable de la administración judicial del Real Betis Balompié, y Francisco Javier Bernabéu. El Córdoba CF llevaba en convenio de acreedores desde el año 2012 y entró nuevamente en concurso y el magistrado, Antonio Fuentes Bujalance, autorizó la subasta de la unidad productiva del club: jugadores, empleados y derechos federativos.

Ese fue el momento en el que el fondo Infinity Capital, bajo la representación legal de Crowe Spain, depositó los 3 millones de euros para comprar esa unidad productiva, pero con unas condiciones que iban en contra de lo afirmado por la Federación Española de Fútbol (RFEF), ya que los bahreiníes pretendían –y se les permitió– era la creación de una nueva sociedad anónima deportiva y no hacerse con las acciones de Córdoba Club de Fútbol SAD.

De ese modo evitaban hacerse cargo de los pasivos del equipo blanquiverde y, además, dejaban a los accionistas minoritarios sin representación. En un primer momento, la RFEF de Luis Rubiales recusó al juez Fuentes Bujalance pero, tras un acercamiento de posturas con Infinity, presentó un escrito desistiendo de la recusación y aceptando las condiciones del fondo de la familia real de Bahréin. El hecho se consumó el día 16 de septiembre de 2020 cuando el Córdoba CF fue inscrito por parte de la RFEF y la Federación Andaluza bajo la gestión de una nueva sociedad anónima deportiva controlada por Crowe: Unión Futbolística Cordobesa SAD, que está presidida por Francisco Javier González Calvo, un hombre que, además de su relación con Crowe, también tiene cargos en fondos buitre como Fidere, la filial española de BlackStone.

El hecho de que los exdirigentes del Córdoba, un club modesto del fútbol profesional, controlen directa e indirectamente la Federación Andaluza de Fútbol, la RFEF, su mutua e, inclusive, la Secretaría de Estado para el Deporte…, ¿tanto poder tiene un club modesto del fútbol profesional? Tal vez llevaran al Córdoba CF a esa división para bajarle el precio a la familia real de Bahréin a cambio de maltratar la identidad histórica, incluso andalusí, de los cordobeses y cordobesas y, de paso, de los andaluces y andaluzas.

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