El comisario de los Mossos d’Esquadra, Ferran López, ha asegurado durante la sesión del juicio al ‘procés’ en el Tribunal Supremo que pese a que advirtieron al Govern de que el referéndum de autodeterminación provocaría “incidentes”, la respuesta fue que la policía hiciera lo que tuviera que hacer, ya que la consulta seguiría adelante. “Si se producía este escenario que preveíamos, Puigdemont nos dijo que en ese caso declaraba la independencia; es una frase que recordamos todos porque es difícil de olvidar”, ha declarado con rotundidad. López, siguiendo la línea de defensa del jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ha mantenido que los mandos policiales cumplieron respetuosamente con la legalidad vigente, es decir, el Estatut y la Constitución además de los mandamientos judiciales, y que todos los agentes se comportaron con “absoluta lealtad”.

Es más, ha alegado que Trapero ordenó enviar una nota interna para informar a todos los policías sobre cuáles eran las órdenes de la Fiscalía: impedir la celebración del referéndum. Sobre su relación con el conseller Forn ha dejado claro que el político soberanista nunca dio ninguna indicación a los Mossos sobre cómo actuar ese día. Aun así, los Mossos informaron a Puigdemont de que celebrar la consulta sería peligroso, ya que podría generar problemas de orden público en las calles. “El mensaje llegó de manera clara. Si había referéndum se producirían problemas”, añade.

En las sucesivas reuniones de la junta de coordinación de seguridad, los mandos de la policía autonómica siempre avisaban de lo que podía suceder el 1-O. “Se incorporó a Castellví [un alto mando del cuerpo] en la segunda reunión para que dibujase de la manera más precisa el escenario que se iba a producir. Hicimos una segunda reunión con el Gobierno para insistir en el mensaje de preocupación de los Mossos el 1-O. La reunión la pidió Trapero”, prosigue el testigo. “Les informamos de que la tensión que había entre fuerzas policiales y la gente que quería celebrar el referéndum planteaba que habría incidentes. Puigdemont y Forn tomaron nota”, puntualiza.

La declaración de Ferran López coincide con la que realizó el alto mando de los Mossos d’Esquadra Manel Castellví, que supuso un duro golpe a los políticos acusados de rebelión. Castellví aseguró que dos días antes del referéndum los máximos responsables del cuerpo policial autonómico alertaron de una “posible escalada de violencia si se permitía la votación”.

“El 20S se nos pidió ayuda para realizar los registros. A primera hora se nos pidió asistir al CTTI, a Economía y Hacienda. Durante aquel día me comuniqué 38 veces con el coronel de la Guardia Civil. Siempre procuré que las peticiones de ayuda por parte de Guardia Civil y Policía Nacional fuesen atendidas”, ha incidido López. Según el testigo, se hizo “todo lo posible” para impedir la jornada electoral que había sido declarada ilegal por la Justicia, pero “no interpretamos que un partido de baloncesto o una butifarrada fuesen actos preparativos del referéndum”.

Las parejas de policías que fueron enviadas a los colegios electorales para dar cumplimiento a la orden judicial eran una parte del dispositivo, no toda, ha aclarado a preguntas del fiscal. Solo en 24 colegios se consiguió que no abriesen las puertas para que la gente pudiera votar. En 239 sí se celebró la consulta. La función de la pareja era la de asegurarse de que los centros cerrados no abriesen y en el caso de los que estaban abiertos identificar “cuál podía ser el mejor momento para intervenir a lo largo del día”, añade.

El plan policial tenía dos etapas: una primera con la función del binomio de los Mossos; la segunda debía realizarse por parte de la Guardia Civil y Policía Nacional, que eran quienes tenían los efectivos de orden público. Que actuasen las fuerzas estatales al margen de los Mossos era “una situación que ya preveía el auto de la magistrada, pero no lo que se había pactado”, según el testigo. “Por la mañana del 1-O llamé para pedir explicaciones, pero me informaron que no sabían lo que estaba pasando”, afirma el comisario López. “Nosotros invitamos a Policía Nacional y a  Guardia Civil para que se unieran a nosotros y vieran cómo estábamos trabajando”, afirma antes de declarar que “el escenario conflictivo era Barcelona. Había una manifestación anarquista y otra de signo unionista; era de sentido común tener una reserva de orden público”.

El comisario recuerda que se vivió un segundo momento de tensión, durante la salida, cuando la comitiva policial “tuvo que entrar por un parking público y salir por una zona peatonal, para así evitar a los manifestantes”. Sobre los registros de la Policía Nacional en Unipost (el operador postal que aceptó el encargo de la Generalitat de Cataluña para distribuir el material censal y papeletas necesarias para la celebración del referéndum), López asegura que tuvo la primera noticia de ello a las 8 de la mañana, “cuando requirieron de nuestro apoyo”.

Después, por la tarde y ante las protestas que se estaban generando, “movilizamos a las fuerzas de orden público”, agrega. “Pero los Mossos d’Esquadra estábamos absolutamente dispuestos a cumplir con el mandato judicial”, insiste López. “El 1-O no hubo un dispositivo de los Mossos. Hubo un dispositivo único, conjunto y pactado que luego, por no sé qué motivo, se quebrantó. Los Mossos no colaboraron en la preparación ni en la celebración del referéndum”, afirma López con rotundidad. “El 1-O lo más seguro es que habría incidentes. La situación era crítica, pero la voluntad política era de llevarlo a cabo pese a nuestras advertencias”.

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