Desde que se anunció la desaparición de Blanca Fernández Ochoa la publicación de información contradictoria, sin contrastar y que, además, no ha tenido cuidado respecto del dolor que podía estar añadiendo a la familia ha sido constante en algunos medios de comunicación.

Incluso antes de que apareciera el cadáver, algunas piezas publicadas resultaban confusas para poder resultar de ayuda en la operación que tenía como objetivo dar con el paradero de la mujer que desapareció el 24 de agosto.

Ha sido un trato de la noticia, según comentan para Diario16 periodistas con dilatada experiencia, «absolutamente falto de rigor y de ética». «Hemos podido observar cómo ha sido más importante para algunos medios buscar audiencia en lugar de aportar a sus lectores información veraz. Y habría que recordar que no todo vale para conseguir entradas en una pieza», señala un periodista con larga carrera que ha cubierto a lo largo de su vida varios casos como el de Fernández Ochoa.

Precisamente sobre esta cuestión, el trato de los medios sobre desapariciones, se pronunciaba el pasado sábado Paco Lobatón en el programa semanal de la televisión pública catalana, FAQS:

Precisamente, el periodista señaló que la información debía darse sin añadir sufrimiento a los familiares.

Son múltiples las publicaciones que hacen referencia a aspectos íntimos de la fallecida. Todo para intentar encontrar un motivo por el cual la deportista decidió salir sola, sin móvil, a caminar a la montaña. Sin embargo, era algo muy habitual en ella.

Las apariciones en distintos medios de personas cercanas a Blanca tampoco han ayudado a que los medios más interesados en comentar cuestiones íntimas hayan tenido un límite. Más bien al contrario: comentarios que se han realizado sobre las cuentas bancarias, la salud, la estabilidad emocional han servido para poner el foco en distintas teorías que, aún esperando los resultados de la autopsia, han creado un relato en la opinión pública y han dolido a los familiares de la deportista.

Precisamente su propia hermana manifestó la voluntad de la familia por descansar, porque les dejasen en paz, porque la intimidad, las luces y sombras de la fallecida fueran respetadas.

Una historia con un triste final, que ha puesto en evidencia también la necesidad de ética en el periodismo. De hecho, ya ha habido presentadores de algún programa de televisión que han tenido que pedir disculpas.

 

5 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena Beatriz por tus artículos. ¿Quizás este modo de tratar las cosas forma parte también de la llamada postverdad?… Postverdad es igual a especulación. Especulación es igual a rendimiento. ¿No?. Gracias. Saludos.

  2. Este artículo es el más sensato de cuantos he leído sobre Blanca. Me pregunto cómo se sentirían los amarillistas si otros especularan y cacarearan así, a sus espaldas, sobre ellos o sus seres más queridos una vez muertos. ¿Tan dífícil es respetar las vidas ajenas, la memoria, la intimidad, sin juzgar velada o abiertamente? Hay por ahí publicada una bazofia que incluso culpa a BFO por el dispositivo que se desplegó en su búsqueda.

  3. Tal vez si se dejasen de tratar las enfermedades mentales y el suicidio como algo tabú, no habría ningún tipo de especulación sobre nada. Tal vez dejaríamos de juzgar a los demás de cosas de las que no tenemos ni puta idea. Tal vez deberíamos de mirar en nuestro interior, ser críticos con nosotros y dejar de serlo con los demás, porque seguro que tendríamos que arreglar tantas cosas que no tendríamos tiempo de ponernos los pantalones de nadie.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre