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El bulling es responsabilidad de todos

María José Sánchez Soria
María José Sánchez Soria
Mujer y socialista. Activista social y curtida por mil frentes en la vida. Optimista vital en cada lucha y animosa en la dificultad. Hija del 64 y heredera de todas cuantas me precedieron en la búsqueda de justicia.
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análisis

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Las consecuencias de las “bromas” de unos pocos a costa de un compañero de clase al que hacen daño y humillan, en el mejor de los casos y al que pegan e insultan en muchos otros casos, tiene que ser atajado en el mismo momento que se produce, con contundencia y sin que nos tiemble el pulso a la hora de imponer sanciones.

Si seguimos como hasta ahora, sin tomárnoslo en serio, seguiremos teniendo un montón de chicas y chicos que se sienten aislados, indefensos y sin protección, con unas consecuencias terribles a nivel psicológico para quienes sufren el bulling, de aquí derivan depresiones, ansiedades y problemas más graves acabando en el peor de los casos en suicidio. Debemos de aprender que las bromas, no son tales si quien las sufre no se ríe y disfruta de ellas.

Todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos enteramos que algún joven se ha quitado la vida, harto de tantas humillaciones, sin comprensión, y sin apoyo de su entorno. Pero nadie quiere saber la cantidad de casos que existen, sufriendo esto en silencio con consecuencias graves para su autoestima, que termina desencadenando en enfermedades mentales.

El profesorado debería recibir cursos para ayudar y apoyar a estos alumnos, que sufren depresión, ansiedad, TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), hiperactividad, y muchos otros problemas que en muchos casos derivan directamente de haber sufrido bulling.

Desde los colegios e institutos, debería ser obligatorio que los maltratadores y a sus progenitores acudieran a terapias, en los que vean lo que su conducta puede ocasionar, y desde luego apartar a los maltratadores del maltratado desde el mismo momento en que se denuncie esta vejación, o desde el mismo momento en que cualquier profesor presencie cualquiera de estas conductas.

Y no como suele suceder en estos casos, que es el maltratado el que termina siendo aislado doblemente, pues es al que suelen cambiar de grupo, colegio o instituto , con lo cual el problema aún es mayor, porque encima se le separa de los pocos amigos que pueda tener.

Es obligación de toda la sociedad, proteger al más débil, y jamás premiar a los que ejercen bulling, tenemos que concienciarnos de que si no hemos actuado a tiempo, también formamos parte de este maltrato, ejercido normalmente contra menores que no saben defenderse por sí mismos. Si no lo hacemos así, somos cómplices de los maltratadores y responsables de ese maltrato, con nuestro silencio o con mirar para otro lado.

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