El FC Barcelona de Joan Laporta se está convirtiendo en el gran animador del mercado de fichajes cuando nadie lo esperaba, dado que la situación económica del club blaugrana era absolutamente deficitaria, tanto desde un punto de vista contable como de cara al cumplimiento del «Fair Play» financiero.
Sin embargo, Laporta y Mateu Alemany han implementado un método muy imaginativo muy poco utilizado en la liga española: las ya famosas palancas, es decir, la venta de activos o de ingresos futuros para ingresar dinero que le permitiera tanto cumplir con las obligaciones con LaLiga y realizar fichajes que ilusionaran a la afición culé.
Gracias a la activación de esas palancas, el Barça ha conseguido fichar a Robert Lewandowski, Raphinha, Jules Koundé, Frank Kessié o Andreas Christensen, y se está pendiente de la incorporación del lateral izquierdo Marcos Alonso y de mediocampista portugués Bernardo Silva.
Para que los números cuadraran también era necesaria una importante operación salida de jugadores que, no sólo significaran ingresos por el traspaso, sino también una liberación de la masa salarial irresponsable que Laporta heredó de la anterior directiva. Sin embargo, esas salidas se están complicando por las importantes cantidades de dinero que el club debe a sus jugadores por las reducciones salariales derivadas de la pandemia que, en realidad, no fueron más que el aplazamiento del pago de una serie de cantidades.
De entre todos los integrantes de la plantilla del Barça por el que se pudiera ingresar una importante cantidad por su venta y, además, liberar una importante masa salarial está el centrocampista neerlandés Frenkie de Jong, una joven promesa llegada del Ajax en 2019 por 85 millones de euros (75+11), pero que en Barcelona no ha dado todo lo que se esperaba de él, a pesar de haber demostrado con creces su calidad.
Sin embargo, De Jong se está convirtiendo en un problema porque el jugador no se quiere ir del Barça y, en caso de hacerlo, se quiere marchar al equipo que él decida. Hasta ahora, más allá de la rumorología propia de estas fechas, la única oferta más o menos firme que ha llegado al Camp Nou por De Jong ha sido la del Manchester United pero, en la actualidad, nadie quiere jugar en ese equipo por el caos en el que se ha convertido uno de los clubes históricos de Europa.
Según la prestigiosa publicación The Athletic, el Barça presuntamente amenazó con llevar a los tribunales a Frenkie de Jong por medio de una carta porque, al entender de la junta directiva culé, el contrato actual del jugador es ilegal, situación que se revertiría si el jugador aceptara un pacto amistoso por el cual se regresaba a las condiciones de su primer contrato de 2019.
Esta situación ha provocado que el sindicato de futbolistas de los Países Bajos haya indicado, a través de su presidente Evgeni Levchenko, esta acción podría ser considerada como «extorsión» y que, por tanto, está siendo investigada por FIFPro, el sindicato mundial de jugadores.
Esa carta, según The Athletic, fue recibida por los abogados de Frenkie de Jong el día después de que el jugador se negara a irse al Manchester United.
La idea del Barcelona sería anular el contrato que De Jong firmó con Bartomeu en 2020 por el que se le ampliaba la relación contractual hasta el año 2026 a cambio de una bajada de salario en las temporadas 2020-21 y 2021-2022 que recuperaría a partir de esta temporada a razón de 15,2 millones en la temporada que se inicia ahora y 18,3 millones en la 2023-24.
