viernes, 19abril, 2024
25.9 C
Seville
Advertisement

El Ateneo de Madrid y el futuro

- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Hay todo un revuelo sobre cuál será el futuro del Ateneo Científico Literario y Artístico de Madrid. Después de doscientos años el Ateneo se encuentra ante el futuro incierto. Sus elecciones internas del día 31 de mayo de 2021 pueden precipitar ciertas tendencias. El debate que han traido es de alcance.

Y no es para menos, porque realmente: ¿Cómo será el futuro en el mundo globalizado en el que estamos entrando? Muchos consideran que ese futuro ya está definido, que solo es cuestión de trabajo técnico, de trabajo profesional y de inversiones. Se piensa que ese futuro estará caracterizado por el teletrabajo, por el telemarketing y el comercio online, por las relaciones personales facilitadas por las redes sociales, por estar informados gracias a la omnipresencia de los grandes canales, la educación por la tele enseñanza… Se piensa que ya existen los planos detallados del futuro, y existen también los profesionales capaces de construirlo, y los «filantropistas» para aportar la financiación necesaria. Y todo gracias a la magia de las nuevas tecnologías, y de los algoritmos que actúan sobre los bigdata, que aportamos nosotros generosamente, para que se conozca nuestro comportamiento futuro y así poder ofrecernos la mejor solución a nuestras necesidades materiales y espirituales para ayudarnos a alcanzar nuestra felicidad sin hacer ningún esfuerzo por nuestra parte.

Con la inteligencia artificial ya no será necesario pensar. Pero ¿quién crea los algoritmos de la inteligencia artificial? Se encarga de ello la Nube en la que, cual torre fe marfil, los Científicos nos revelan la Ciencia verdadera y construyen las tecnologías que nos son útiles. ¿Quién fija sus objetivos? Los «filantropistas» quienes liberados de toda carga y con los recursos suficientes pueden determinar, sin presión de nadie, cómo será el mundo que mas nos conviene.

¿Qué falta para su construcción total? Solo acabar su implantación a nivel global y, para ello, incrementar la difusión y el consumo de las ideas fabricadas en la nube —convertidos en atractivos paquetes de información— con las que superar al pensamiento arcaico de ese mundo que se acaba y renovar las viejas instituciones que se han mostrado incapaces de mantener —sin profesionales y sin recursos suficientes— lo que llamaban la luz de la razón. Por eso estas instituciones, ahora spn obsoletas, están dejando de ser útiles y necesitan la eficacia aportada por los “profesionales” del actual pensamiento único.

Pero ¿es realmente posible construir un futuro viable con esos planos? No parece así. En ese diseño del mundo que nos quieren imponer los «filantropistas», no se contempla como objetivos acabar con la pobreza, ni resolver el problema de la desaparición del empleo humano, ni parar los desplazamientos de los grandes flujos migratorios provocados, ni tampoco evitar la destrucción desaforada de los recursos naturales, … y, además, por seguir considerando que las guerras y la violencia militar son necesarios como partes esenciales en la realización de esos planos.

Y, también, porque la gente se está dando cuenta de la impostura que significa sustituir la inteligencia natural por la inteligencia artificial, y de sustituir sus vidas por los perfiles numéricos obtenidos de los bigdata,… y, por tanto, por no aceptar que se fije su futuro en lugar de ir construyéndolo ellos mismos.

Por eso, no hay duda de que las personas reales —olvidadas en esos planos— están pensando en mundos alternativos a ese diseñado difícil de implantar porque se muestra incapaz de resolver los problemas, no del mundo único que les quiere imponer, sino de la multiplicidad de mundos que existen y que quieren convivir en armonía. Esa búsqueda de alternativas requiere la actividad de un pensamiento no sometido a presiones, de un pensamiento elaborado colectivamente, iluminado solamente por la luz de la razón y la observación directa de lo que ocurre en el mundo y en la

Naturaleza, y movido por la pasión y el calor de la cooperación en sustitución de la fría competencia fratricida.

Esa actividad natural está siendo dificultada y silenciada, no por una conspiración mundial, sino por el sistema neoliberal de pensamiento único que se intenta implantar en el mundo. Pero, pese a ello, se continua produciendo esa vuelta a lo natural y a lo humano en círculos de cooperación, en instituciones que libre y democráticamente ya se dedicaban a ello, y en otras muchas que aparecen diariamente empujadas por la necesidad de saber cómo actuar en la construcción de un nuevo mundo que supere las miserias morales y materiales del mundo que se nos quiere imponer.

¿Qué tiene que ver todo esto con el Ateneo de Madrid? Tiene que ver porque el Ateneo está sufriendo un intento de control para someterlo a las normas dictadas por el pensamiento único e indiscutible del Neoliberalismo.

El Ateneo —que tuvo por finalidad fomentar la inteligencia natural de sus socios para aplicarla a la realidad del mundo que nacía en cada momento— es una de las instituciones que, desde su fundación en 1820, utilizó una organización que es democrática, no solo por el uso de las urnas, sino por la participación y cooperación de todos los socios, en plena igualdad, en la marcha de la Institución, y también por impedir que ninguno de ellos pretendiera perpetuarse en su cargo electo modificando el estatuto.

El Ateneo nació para demostrar que la democracia es más eficaz que la monocracia para resolver los problemas de todos. Pero la democracia en el Ateneo, aunque la ha ejercido durante la mayor parte de su historia parar alcanzar brillantes logros que han incidido muy positivamente en la historia política y cultural de España, no siempre ha sido plena. También ha sufrido ataques en algunos momentos: como los varios cierres gubernativos contra su estructura democrática y su libertad para pensar, o durante el largo periodo de los 43 años de la dictadura franquista —que suprimió su reglamento democrático para ponerlo bajo la estructura administrativa totalitaria del régimen— o los 40 de la llamada transición en los que, aunque fue recuperado el reglamento, no se ha ejercido una democracia completamente sentida.

Actualmente se presenta una nueva amenaza contra el reglamento democrático del Ateneo. Esta vez no por una resolución gubernativa ni por imposición de un régimen dictatorial. No, esta vez por considerar que el Ateneo está caduco, porque no se ajusta a las actuales tendencias neoliberales del pensamiento único, por considerar que le falta la agilidad de una gestión profesional adecuada, y también porque sus actos y actividades carecen de la brillantez y espectacularidad necesarios para facilitar el consumo masivo de la “nueva cultura” elaborada atendiendo a un marketing adecuado y también por no usar algoritmos y protocolos apoyados en las nuevas tecnologías que aseguren la modernidad de los productos culturales realizados.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído