El Economista estadounidense Michael Hudson ha publicado hoy un interesante análisis donde explica cómo el dólar devora al euro.
La versión en español ha sido elaborada por Misión Verdad y puede leerse completa aquí.
Recuperamos aquí los puntos principales del análisis:
- La energía como punto de partida: Estados Unidos tenía como objetivo bloquear el gasoducto Nord Stream II como parte del objetivo fundamental, que era «cercenarle a Europa Occidental una búsqueda de mutua prosperidad con China y Rusia». La aprobación de tercer paquete de sanciones contra Rusia, nos explica el economista, nos lleva a las únicas opciones de compra y venta en el mercado de materias primas, energía y alimentos comandado por Washington. «Europa, en lugar de comprar gas, petróleo y granos de alimentos rusos, los comprará a Estados Unidos, junto con un fuerte aumento de las importaciones de armas».
Rusia proporcionaba energía a Europa a unos costos sin competencia alguna, donde los grandes beneficios principalmente los tenía Alemania.
- Monopolizar el mercado global al dólar: Señala Hudson que la OTAN se ha convertido en el organismo encargado de la política exterior de Europa, hasta el punto de dominar los intereses económicos nacionales. Para el experto hay tres elementos que van a fortalecer al dólar frente al euro:
- los países de la OTAN comprarán GNL de Estados Unidos. Pero tendrán que invertir millones en adaptar su capacidad portuaria y les llevará tiempo. Hasta 2024 seguramente.
- Los países de la OTAN aumentarán sus compras de armas (y el precio de éstas va a aumentar)
- Los precios de los alimentos subirán por su escasez. Lo mismo sucederá con los fertilizantes, que son esenciales para la producción agrícola y pecuaria.
Según Hudson, el objetivo actual es Europa: el costo en dólares de la deuda externa europa será asumida para financiar su creciente déficit comercial con Esta¡dos Unidos por petróleo, armas y alimentos.
Por esta razón el costo en euros será aún mayor a medida que esa moneda caiga frente al dólar. En el futuro, los tipos de interés aumentarán, lo que ralentizará la inversión y hará que Europa sea todavía más dependiente de las importaciones.
Los golpes no vendrán solamente hacia Europa, sino que también se sentirán en África, donde tendrán que elegir «entre pasar hambre, reducir el uso de combustible, electricidad o pedir dólares prestados para cubrir la dependencia del comercio moldeado por Estados Unidos».
Todo esto sucederá mientras se abre otro camino en paralelo: un nuevo orden global que será liderado por Rusia, China y los demás países de Eurasia con una perspectiva que no será neoliberal y «que no necesita a los países de la OTAN».
