El actor César Vea, en huelga de hambre: “Me dejaron claro que les daba igual que me muriera”

El actor César Vea se reúne hoy con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, tras trece días de huelga de hambre.

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El actor César Vea ante la sede de Ferraz.

El actor César Vea es la cara más conocida y más extrema de un drama que afecta a más de sesenta mil familias en España que invirtieron en renovables. Perdieron sus ahorros por la aprobación del gobierno de Zapatero de una serie de reales decretos con efectos retroactivos que los sacaron del sistema eléctrico. El mismo gobierno que les pidió ayuda para construir un país más limpio. 

Después de trece días de huelga de hambre desesperada, esta mañana se reúne con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, en un último intento para encontrar solución a una situación extrema. Pero el tiempo se agota. Hacienda empezará a embargar todos los bienes de su familia este mismo mes.

 

¿En qué estado de salud te encuentras?

Han sido muy duros estos trece días de huelga de hambre entre quince y veinte horas a pleno sol frente a la sede de Ferraz. Los más duros fueron los primeros en los que me quedaba a dormir en un banco de la calle. Empecé a perder la noción de dónde estaba y me mareaba constantemente. Al final me tuvieron que llevar al hospital. 

Allí fue cuando contactó conmigo Hugo Morán para decirme que ya era una cuestión de humanidad que terminara mi huelga de hambre y me propuso una reunión. He de decir que ha sido el único que se ha preocupado en buscar soluciones y creo que es una persona con una sensibilidad extraordinaria con el tema del cambio climático.

 

¿No es la primera vez que hacías una huelga de hambre?

No fue tan extrema como ahora. Hice una huelga de hambre con el PP que no sirvió para nada. Me dejaron claro que les daba igual que me muriera. Es lamentable  escuchar al anterior ministro de Industria José Manuel Soria decir que las eléctricas venían con el BOE redactado bajo el brazo a su despacho. 

 

¿Qué esperas de la reunión con el secretario de Estado de Medio Ambiente?

Ni frío ni calor. Vamos a ver qué pasa. No voy a aguantar una palmadita en la espalda. Reconocen que hay que subsanar esta situación. Eso a mí no me vale. No llegamos a tiempo. Necesito cuarenta mil euros urgentemente para pagar a Hacienda, porque me van a quitar lo que es mío, por su culpa. No creo que vaya a salir hoy con un cheque para ir a Hacienda corriendo y decirles que por favor no me quiten más la vida, tomen y paguen esto. No sólo eso, quiero una solución clara y rápida, quiero que me dejen vivir en paz a mí y a mi familia. Y cuando solucione todo marcharme de aquí. Es un país precario de arriba a abajo. 

 

¿Cuál es tu situación actual?

Hacienda me ha comunicado que a lo largo de julio quiere empezar a sacar a subasta los terrenos donde tenemos la planta solar, eso supondría el fin de lo que empezamos a construir hace doce años. El fondo de inversión al cual La Caixa vendió nuestra operación me llama hasta siete veces al día y me amenaza con que las costas del juicio serán 80.000 euros más. Me tengo que medicar para poder conciliar el sueño y me despierto a mitad de la noche con taquicardias. Es un constante martillazo en la cabeza. 

 

¿Era una inversión que contaba con todas las garantías del Estado?

Nos prestaron el dinero para una instalación fotovoltaica porque tenía las garantías del Estado. Por eso, avalamos con la casa de nuestros padres, con nuestro patrimonio, pusimos toda nuestra vida y la de nuestra vida familiar. Todo. Hice lo que me pidieron y mi documentación está en regla, pero en 2010 empezó la pesadilla. Nos llegó una carta del ministerio que me decía que mi planta no estaba bien. Te asustas porque te imaginas una apisonadora que te va a arrasar. Desde entonces empiezas a no dormir y toda tu vida se va al garete. 

Tenemos la documentación de la planta fotovoltaica en regla, sellada, firmada y aprobada por todos los organismos de la Comunidad Autónoma de la Rioja. Todo estaba correcto. No puede ser que el mismo gobierno que te pide que inviertas en tu país para crear un lugar más limpio, tres años después te pise la cabeza como si fueras una rata. 

“Reconocen que hay que subsanar esta situación. Eso no me vale, no llego a tiempo.”

 

¿Qué crees que hay detrás de este cambio de legislación con carácter retroactivo?

Detrás de todo esto están presionando las eléctricas. La gran burbuja son las centrales de gas. Hay centrales produciendo al diez por ciento que hay que pagar entre todos y para eso me cortan el cuello a mí y a mi familia, y a otra mucha gente. Nos achacan que el precio de la luz es debido a la burbuja fotovoltaica. Hay que tener mucha caradura para decir esto. No es así. De hecho, la energía fotovoltaica es la más barata en todo el planeta. 

En 2008 éramos un referente mundial en energía fotovoltaica, ahora somos el hazmerreír. España tiene ahora mismo cincuenta demandas a nivel internacional por valor de 10.000 millones de euros que tendremos que pagar. En esta operación se invirtieron 25.000 millones contando los fondos extranjeros y la inversión personal de 62.000 familias. Hoy los inversores dicen que España es un país bananero, que somos unos estafadores.

 

¿Hay solución para las sesenta y dos mil familias afectadas?

En mi caso, después de una sentencia en firme basada en reales decretos con carácter retroactivo, la única solución es una solución política. La solución es aplicar un nuevo decreto con carácter retroactivo. Si lo hicieron firmado reales decretos con carácter retroactivo para arruinarnos, que lo hagan para sacarnos del pozo. Es algo que el PP y el PSOE saben cómo hacer, porque lo han hecho muchas veces. 

Este PSOE asume que hubo anomalías en el sistema. Ustedes me metieron en esta trampa, ustedes me sacan. La solución es un real decreto con carácter retroactivo, el resto son cuentos chinos.

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