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El 20-N, cumpleaños de la muerte de Franco

Manel Mas
Manel Mas
Estudié contabilidad y economía, fui perito y profesor mercantil, ejercí de profesor en Alesco (Altos Estudios Comerciales) en Barcelona dando clases de contabilidad, cálculo y derecho mercantil.
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análisis

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El pasado 20 de noviembre hubieron exaltaciones franquistas en Madrid. Doscientas personas se concentraron en la plaza de Oriente para recordar al dictador Franco en el aniversario de su muerte y, en su primer homenaje desde la aprobación de la Ley de Memoria Democrática.

Estas personas, pertenecientes al Movimiento Católico Español, se concentraron en la plaza en un descafeinado encuentro que, entre saludos fascistas y cánticos falangistas, desafiaron la nueva legislación, profiriendo «Vivas a Franco» y cantante el «Cara al Sol«.

Antes de la irrupción de los activistas, algunas personas ya se concentraban alrededor de la puerta del Teatro Real. Allí, ante los ojos vigilantes de los agentes, unos hombres vendían souvenirs franquistas, expuestos sobre dos mesas cubiertas con la bandera de España usada durante la dictadura: llaveros con las caras del dictador y el fundador de Falange, calendarios y pulseras con los colores de España y el águila de San Juan, además de libros sobre la historia del franquismo y la Guerra Civil. Después de media hora, la policía obligó los vendedores a desalojar sus lugares.

El gobierno español ha anunciado que abrirá expedientes sancionadores a las personas que profirieron «cánticos y gestos» que enaltecían Franco con motivo del 20-N. Mejor esto que nada. ¿Pero después, ya veremos en que quedan estos expedientes, donde va el Estado con sanciones administrativas, cuando resulta que el franquismo sigue vivo con total comodidad e impunidad dentro de la cultura y la política española?

Empezando por la monarquía, restaurada por decisión personal del dictador en la persona de Joan Carles, que nunca ha condenado la dictadura ni se ha sometido a referéndum. Y continuando por el partido más grande, el PP, fundado por ministros franquistas. Por eso ayer los populares decían que hay otras prioridades antes de ir a expedientar las personas que había hecho el saludo fascista, que es el mismo concepto que ya expresó, Feijóo hace pocos días, cuando desenterraron en Sevilla el cadáver del general Queipo de Llano.

La continuidad entre la dictadura y la democracia se saldó sin que ni un solo ministro, general, juez, o policía torturador del franquismo fuera juzgado por los crímenes contra la humanidad que hubiera podido cometer. Fue el pacto del miedo para superar el trauma de la Guerra Civil: los perdedores podían volver al poder, pero los ganadores no perderían esta condición.

Y entonces, queda claro, si a cuarenta años de dictadura sumamos cuarenta y siete de impunidad quiere decir que durando cerca de un siglo ha sido posible enaltecer la dictadura públicamente sin sanción, que solo los rojos y los antiespañoles condenan Franco. por ell0, ¿qué significan unos expedientes contra la normalidad obscena, por estructural, de la dictadura?

Por otro lado, no podemos ignorar que, poco a poco, hemos ido descubriendo la personalidad de Franco como gobernante y su forma de administrar la economía del país, no solo permitiendo la corrupción, sino que los vencedores de la guerra tuvieran el derecho de enriquecerse cómo también ha hizo él, todo y el trato que la prensa y los medios de la época hablaron de su vida austera, cosa que se ha demostrado se trataba de una falacia que se vendió para dignificar su persona.

Esta semana pasada he tenido que ir al hospital por un control y, cual ha sido mi sorpresa que mientras estaba en la sala de espera esperando mi turno, en la hilera de bancos frente a mí, pude escuchar una conversación en la cual dos personas hablaban sobre el tema, una de ellas decía que con Franco vivíamos mejor, la otra muy educadamente le respondió que, respetaba su opinión, pero no la compartía en absoluto; después le dijo buenos días y cambió de asiento.

Cuarenta y siete años después todavía hay gente que piensa así.

Una guerra civil, un golpe de estado contra el gobierno republicano, miles y miles de víctimas, medio millón de personas que se tuvieron que exiliar y más de cien mil cadáveres que todavía permanecen en las cunetas de la península, este fue el resultado de aquella terrible confrontación que Franco provocó. Aun así, es mucha la gente que añora al dictador y su posterior dictadura.

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