La denuncia efectuada este martes por la Defensora del Pueblo echa por tierra una de las campañas institucionales más asentadas en la lucha contra la violencia de género. En contra de lo asumido hasta ahora como evidente, el teléfono 016 de denuncia contra la violencia machista sí deja rastro y pone sobre la mesa las numerosas lagunas institucionales en la protección de estas mujeres.

Soledad Becerril ha reconocido, tras presentar su informe anual, que este fallo clamoroso para preservar el anonimato de las víctimas supone un riesgo por el carácter «controlador» de estos agresores.

La Defensora avisa además de que el borrado automático no es técnicamente posible y de que el riesgo aumenta sobre todo en el caso de las mujeres de más edad, que no están familiarizadas con las nuevas tecnologías. Lo que sí es cierto como publicitan todas las campañas institucionales es que las llamadas al 016 son gratuitas para el usuario y no quedan reflejadas en la factura telefónica.

Además, hasta ahora no se preveía advertir a las denunciantes que utilizan el 016 para que borraran manualmente este número del registro de su teléfono, circunstancia que se va a incluir a partir de ahora en el protocolo de los operadores del servicio telefónico.

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