Dr. Jerónimo Fernández Torrente: «La pandemia ha supuesto un excelente nuevo mercado para los promotores tradicionales de los falsos remedios»

Con la llegada de la pandemia de Covid-19 el mundo de la salud se ha tenido que adaptar en tiempo récord a una nueva enfermedad para la que no se conocía ni tratamiento ni cura. En este contexto de confusión, el mundo de las pseudoterapias decidió, en algunos casos, dar un paso adelante y ofrecer sus remedios como algo efectivo para luchar contra la nueva enfermedad. Alrededor de estos postulados, el movimiento negacionista cobraba cada vez más fuerza a la hora de plantear una realidad paralela, propia de comportamientos sectarios. En Diario16 hablamos con el Dr. Jerónimo Fernández Torrente, tesorero de la Organización Médica Colegial (OMC) y coordinador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias.

Remedios milagrosos

En el contexto generado por la pandemia se ha hablado de supuestos remedios naturales que pueden frenar el Covid-19.

Es en el terreno de las enfermedades graves y/o crónicas donde está el mejor mercado para la charlatanería en salud.

La pandemia ha supuesto un excelente nuevo mercado para los promotores tradicionales de los falsos remedios; con Andreas Kalcker y Josep Pamíes a la cabeza.

¿Se refiere al MMS?

Si. Quizá el MMS sea uno de los “productos milagro” por excelencia, ya que, como su propio nombre indica: “Miracle Mineral Solution”, se trata de una supuesta solución mineral milagrosa. Cuando se trata de dióxido de cloro en solución (CDS) y de clorito sódico diluido al 28% (MMS). Por su composición no es más que un producto tóxico, de alto poder oxidativo que, hasta la fecha, nunca ha demostrado curar nada ni se espera que lo vaya a hacer.

Entonces, ¿está demostrado que no es recomendable su uso?

El reciente informe sobre el MMS del Observatorio de la Prescripción de la OMC, así como el posicionamiento reciente de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y del Instituto Nacional de Toxicología, no dejan lugar a dudas sobre qué se trata de un producto tóxico, prohibido para consumo humano e ilegal, que debe ser denunciado expresamente.

Pero hay incluso profesionales que lo recomiendan.

La situación de vulnerabilidad y el caldo de cultivo generado durante años ha conseguido que el discurso sea muy ofisticado. Hasta el punto de que existan profesionales sanitarios que han sido convencidos y hayan hecho a su vez presión para oficializar -en casos como el de Bolivia- este falso remedio como supuesto preventivo o tratamiento contra el coronavirus.

Y, ¿qué medidas se toman para frenar estos engaños?

Estos discursos y actuaciones producen indignación y han de ser expresamente rechazados y denunciados ante los poderes públicos en todos los casos, por seguridad de ciudadanos y pacientes y por atentado contra la salud pública.

Los negacionistas

¿Podríamos considerar a los negacionistas como sectarios, en cierto modo, por compartir un discurso ajeno a la comunidad científica?

Los movimientos conspiranoicos tienen un riesgo sectario elevadísimo, dado que utilizan amplia e intensamente muchos de los mecanismos sectarios de manipulación mental, como la denominada «inversión sectaria de los términos».

“Hay una parte de la población predispuesta a creer en conspiranoias”

¿Qué significa esta “inversión de términos”?

Lo oficial te miente y solo yo te acercaré a la verdad; la medicina te quiere perjudicar y yo te ofrezco la verdadera cura; los que siguen lo oficial son serviles y si vienes conmigo despertarás y serás verdaderamente crítico…

¿Se entra de modo progresivo en un paradigma sectario o conspiranoico?

Es gente a la que se le va reformando poco a poco la realidad a partir de afirmaciones que al principio suenan muy verosímiles e incluso contienen parte de verdad, y poco a poco se van radicalizando a medida que las anteriores han cristalizado y ya no suenan tan extremas al adepto. Es así como se puede pasar de un «hay laboratorios farmacéuticos que han hecho trampas en sus estudios clínicos» a «la farmafia quiere matarnos».

¿Cómo se logra que mucha gente acabe pensando que el virus del Covid no existe o que las vacunas no funcionan?

Este tipo de movimientos negacionistas organizados, estructurados y estratégicamente dirigidos con objetivos espúrios, son producto de una manipulación psicológica sistemática, que aparta a las personas de la realidad científica y sanitaria hasta el punto de ser capaces de pensar, simultáneamente: que el virus no existe, que es sintético y que ha sido liberado expresamente por los distintos países para diezmar a la población y enriquecer así a la Big Farma.

¿Pero se trata de un movimiento heterogéneo?

Son movimientos, que tienen partes espontáneas, pero una estructura interesada subyacente. Y a los que se le suma gente insumisa con la realidad, personas con una visión muy crítica de las medidas tomadas, antivacunas, antisistema….

En el contexto actual

¿Se han detectado comportamientos sectarios desde el Observatorio en el mundo de las pseudoterapias durante la pandemia?

 Efectivamente. Han aparecido grupos como «Médicos por la Verdad» que ya desde su propia autoproclamación están induciendo manipulaciones psicológicas a los individuos al sugerirles que el resto de profesionales que no pertenecen a su grupo están, de hecho, mintiendo.

Se les deja operar impunemente, entiendo.

Hay una parte de la población predispuesta a creer en conspiranoias por la dejadez que se ha tenido con este tipo de discursos, incluso en programas de las principales cadenas. Se les ha dejado atribuirse ese papel mesiánico de revelación de información a la que hay que seguir ciegamente, haciendo oídos sordos al consenso científico. Desde dónde se contradice al puñado de malos profesionales, en el mejor de los casos, e intrusos y gente sin formación, en el usual, que conforman ese grupo.

Los gurús del MMS también han estado muy activos en tiempos de pandemia

El conocido Pàmies también ha incrementado su proselitismo y fidelización de adeptos, participando en actos multitudinarios que desafiaban abiertamente las normativas de seguridad básica impuestas, y difundiendo mensajes negacionistas, antivacunas y, en general, antimedicina, y promocionar sus tóxicos e inservibles productos.

Combatir el problema

-¿Por qué la necesidad de un Observatorio para luchar contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias?

 A pesar de estar inmersos en una época donde el acceso a la información, incluyendo a la relacionada con la salud, es total, también estamos en una realidad donde observamos que la cantidad de desinformación relacionada con la salud es varios órdenes de magnitud superior.

¿Cuál es el objetivo principal del Observatorio?

Obtener una primera radiografía sobre las diversas ofertas, la gravedad de las mismas, los lugares donde se ofertan, el nombre de los charlatanes más difundidos y/o más peligrosos, y generar documentación para informar y afrontar el problema.

¿Y cómo se afronta el problema?

Se trata de informar e intentar evitar que este tipo de prácticas sin base científica y los personajes que las publicitan y practican -algunos de ellos sanitarios- no engañen a los enfermos con sus títulos; con sus actuaciones falaces disfrazadas de ciencia; con absurdos lógicos; o con simulaciones de tratamiento efectivo con supuestos medicamentos.