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Dos millones de euros: la mordida por el hospital de Haití que nunca llegó a construirse

La Justicia valenciana se prepara para el juicio contra el exconseller Blasco, que comienza la próxima semana

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análisis

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El escrito de calificación de la Fiscalía Anticorrupción sobre el caso Cooperación, al que ha tenido acceso Diario16, concluye que el proyecto en el que puso “un mayor interés” la trama corrupta supuestamente impulsada por el ex conseller del PP Rafael Blasco y su socio y amigo Augusto Tauroni fue la construcción de un hospital en la localidad de Belle Anse, en Haití. Ese centro sanitario fue proyectado con las ayudas al Tercer Mundo de la Generalitat Valenciana tras el terrible terremoto que asoló el país caribeño. Sin embargo, el hospital tan necesario para la reconstrucción del país devastado por el seísmo nunca llegó a construirse y hoy Anticorrupción investiga a qué bolsillos privados fueron a parar en realidad aquellas subvenciones.

Desde el mes de julio de 2010 Blasco y otros funcionarios de su conselleria “se concertaron”, según la Fiscalía, para que el proyecto de Belle Anse lo desarrollara la Fundación Hemisferio (la onegé de Tauroni) para que todo quedase en manos del empresario.

El 30 de agosto de 2010 Blasco viajó a Haití acompañado del industrial y allí firmó con el Ministerio de Sanidad el acuerdo para que Hemisferio se encargase de todo el proceso. Tauroni mantuvo al tanto de todo a Rafael Blasco, no solo por conversaciones telefónicas, sino también por correos electrónicos, en los cuales le daba cuenta de “todos los pasos del proyecto”. Contrariamente a todas las normas de contratación y concursos públicos, y aún antes de la convocatoria pública, Tauroni informó a Blasco de las características del futuro hospital que debía dar asistencia médica a miles de haitianos que había quedado sin casa, muchos de ellos mutilados y con graves secuelas a causa del terremoto. Por su amplia experiencia en la Administración, Blasco sabía, según el fiscal Anticorrupción, que “quien prepara el concurso no puede presentarse a él”. Toda esta actuación no tenía otra finalidad que Augusto Tauroni “recibiese los 4 millones de euros de la subvención, de los cuales 2 millones estaban destinados al beneficio personal de ellos”.

M.LL., jefe de Área de Cooperación de la Conselleria de Solidaritat de Blasco desde noviembre de 2008 a octubre de 2011, iba a convertirse en otra pieza clave en la trama de desvío de los fondos de cooperación internacional. Ya había coincidido con Tauroni cuando este desarrolló proyectos para la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana, precisamente en la época en que Rafael Blasco fue conseller de este departamento. A partir de ese instante mantuvieron una relación que tenía como objetivo el “común beneficio económico”.

En noviembre de 2008, Blasco nombró a M.LL. jefe del Área de Cooperación, es decir, le daba la llave para la adjudicación de proyectos solidarios en el Tercer Mundo y para “manipular su justificación” con el fin de que fuera favorable “a Tauroni y a sus oenegés”. En esas mismas fechas, el empresario amigo de Blasco había constituido la Fundación Entre Pueblos con el objetivo de “obtener subvenciones concedidas por Blasco para desviar parte de esos fondos y obtener un lucro ilícito”. Tauroni nunca había realizado proyectos de cooperación internacional y tampoco sabía la dinámica a seguir con los mismos. Para paliar este “grave déficit” que lo ponía en condiciones desfavorables respecto a otras oenegés experimentadas, el alto funcionario M.LL. se encargó de enviarle al empresario copia de los proyectos de las diversas convocatorias del año 2008, que fueron almacenados por el empresario en uno de sus ordenadores para utilizarlos como modelos en las subvenciones que después tenía pensado solicitar. Tales archivos están fechados el 2 de febrero de 2009.

Según Anticorrupción, Gestiones e Iniciativas Arcmed, una sociedad de Augusto Tauroni cuyo titular ficticio era N.T, iba a jugar también un papel importante en la trama. Según el fiscal Anticorrupción, N.T. fue designado presidente con el fin de ocultar que Tauroni era el verdadero titular de la sociedad. Finalmente Arcmed SL recibió fondos públicos con origen en subvenciones públicas concedidas por Blasco –en cuyo proceso intervino M.LL. como jefe de Área–, por importe de 148.844 euros a través de Fudersa. Supuestamente tales ayudas se concedieron en concepto de “desarrollo agrícola y empleo de la mujer en Yamasá (República Dominicana) y de “desarrollo agrícola y empleo de la mujer en Monte Plata”, también en aquel país centroamericano, como queda probado mediante facturas de junio de 2009. El objetivo de M.LL. era “lucrarse con esta y otras adjudicaciones”, ya que el 23 de enero de ese mismo año había firmado un contrato privado con Tauroni por el que M.LL. pagaba 1.500 euros por la adquisición de parte de las participaciones de Arcmed SL. De esta manera, M.LL. se aseguraba su entrada en el negocio y en las ganancias que iba a obtener Tauroni con el desvío de las subvenciones oficiales.

La Justicia valenciana se prepara para el juicio que comienza la próxima semana, aunque todo apunta a que la Fiscalía y Blasco llegarán a un acuerdo judicial para la rebaja de la pena a cambio de la devolución de parte del dinero desviado.

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