No puede negarse que la fiesta del carnaval gana fuerza cada año en diferentes provincias de España. Meses de preparación, retales de coloridas telas, fantasiosos maquillajes, puntadas y diseños, todo pensado para un corto, pero intenso, fin de semana. Una de las celebraciones más maltratadas durante los oscuros tiempos de la dictadura, está consiguiendo en los últimos años un alto nivel de seguimiento.

Don Carnal ya no es el mal frente a la recatada Doña Cuaresma, hoy por hoy, el tuno Carnal, es más que la representación de la falta de moral, va más lejos del sexo y el alcohol. Todos sabemos que tras el tres por cuatro de cuplés y pasodobles se esconden auténticos discursos, que lanzan opiniones – por muchos compartidas – entre satíricas letrillas. Composiciones que están alcanzando un enorme seguimiento en la sociedad. El carnaval se está convirtiendo – cada vez más – en la voz del pueblo con sus medidas rimas hacia injustas actuaciones y políticas de nuestros dirigentes gubernamentales.

Los autores del carnaval han conseguido, sin darse cuenta, lo que muchos políticos desean, canalizar el sentir mayoritario de la sociedad. La gente ya no solo se divierte en carnaval, sino que se identifica con los cantares de comparsas, chirigotas, coros y el humor teatral de los cuartetos. Reivindicaciones a la situación de los trabajadores, mientras que se critica la pobre actitud de los sindicatos, ataques a los socialistas, que no dudaron en arrojar al vacío a su secretario general para dar al PP el gobierno, críticas a un Podemos que se ha convertido en un partido más, ni nuevo, ni de cambio. La corrupción de miembros de la Casa Real o del Partido Popular, han tenido también cabida en este cantar popular. En resumidas cuentas, Don Carnal, combativo y con guitarra, no teme a los poderes cuando canta las traiciones y las injusticias de la realidad, además, con sus coplas conciencia al pueblo entre risas y jolgorio – buen maestro –.

Pero no es solo a la política la crítica, Don Carnal, da testimonio con sus canciones de esas mujeres maltratadas, asesinadas y condenadas por despojos inhumanos que decidieron que una mujer era de su propiedad. Valora el trabajo no valorado de las amas de casa y pelea por la igualdad cuando la pide.

No han faltado homenajes a esos héroes que han dejado su ejemplo en nuestros pueblos y ciudades. Pablo Ráez, ha tenido cabida entre los acordes de las guitarras carnavaleras, porque el pueblo lo ha nombrado héroe y Don Carnal, como su voz que es, lo ha cantado.

Don Carnal muere, según la tradición, el Miércoles de Ceniza, aunque aún quedan celebraciones en muchos lugares. De todas maneras, ahora que llega la Cuaresma, y es tiempo de meditar, pensemos todos en algunas de esas coplas que han cantado sin miedo los desajustes del día a día. Supongo que ya se habrán quitado el disfraz, pero como dijo Valle-Inclán a Don Manuel Azaña, “todo el año es carnaval”.

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