La farsa de la crisis económica no solamente nos ha hecho más pobres, también nos ha hecho más enfermos, no es algo extraño, lo hemos padecido o lo hemos visto entre familiares, amigos y la sociedad, generalmente en la crónica roja.
No es algo que amerite ser tratado en los medios de comunicación «serios» y a la casta política le da igual, no les preocupa, porque rojos y azules son unos hipócritas, nos aplican medidas que jamás querrían para sus familias, sabéis por qué?, Sencillo, son familias bien que se pueden costear la sanidad privada, mientras que nosotros la chusma tenemos que sufrir el desmantelamiento de nuestro sistema sanitario.
Las enfermedades que se presentan son directamente proporcionales a qué tan afectadas estén las personas por las circunstancias laborales y sociales, causa – efecto.
Mencionaré las más comunes por gravedad:
El suicidio no es una enfermedad, es una decisión propia, pero no podía dejar de
mencionarla, por ser una de las consecuencias más brutales de este sin sentido social, una lamentable elección por la que ha optado mucha gente al verse atrapados por un callejón sin salida de miseria y desesperación.
Las enfermedades mentales repuntan haciéndose crónicas, así lo atestiguan los centros de atención primaria y hospitalarios.
La mortalidad infantil se ha estancado desde el 2009, lo lógico sería que descendiera.
Depresión, ansiedad, haciéndose crónicas también.
Obesidad por unas dietas ricas en carbohidratos, bajas en proteínas, este desequilibrio alimenticio se genera porque los primeros son más baratos que los segundos y la falta de actividad física, una cosa lleva a la otra, un estado de ansiedad e incertidumbre en relación con la situación laboral, deterioran el estado de ánimo de los individuos, llevándolos al sedentarismo.
Ahora bien, cuál es la opinión de los usuarios del Sistema de Salud, desde el inicio de la crisis?, Desde luego suspende, por la falta de personal sanitario en centros de atención primaria y hospitales, camas en hospitales y unas listas de espera interminable, las infraestructuras cayéndose a pedazos. Lo único que hacemos es quejarnos y decir que es un servicio de mierda, pero acaso nos hemos detenido a pensar por qué las cosas están así? Si no lo sabíais, o lo habéis olvidado, yo os lo recuerdo: Gracias a la modificación del artículo135 de la Constitición, el PSOE y el PP aprobaron recortar brutalmente la sanidad, haciéndola más precaria y dificultosa. Los responsables no son los profesionales de sistema sanitario, son los políticos.
Veis lo que sucede cuando nos putean y recortan nuestra Salud? Todo se va al carajo.
Los afectados se dirigen a los servicios de salud, para que los profesionales les solucionen una situación que se les escapa de las manos, os aseguro que una aspirina o un ibuprofeno no van a hacer milagros, recuperando la vida digna de los afectados, entonces cuál sería la medicina que deberían recetar los profesionales de la salud?
Disculparme al entrometerme en vuestra valoración, tan solo es una sugerencia personal y una herramienta más para combatir y prevenir el mal.
En principio haríais la entrevista y la valoración oportuna para dar el veredicto, añadiendo a vuestro argumentario..
Señor/a, está usted sindicado/a, otra cosa, dígame, en las elecciones vota usted a los mismos de siempre, sí a esos, al PSOE, o al PP?
Si la primera respuesta es negativa y la segunda es afirmativa, recordadle al paciente:
El suicidio, su problema de enfermedad mental, la perdida de su bebé, su depresión, su ansiedad, su obesidad, etc, son causadas directamente por las políticas antisociales que estos hampones y criminales, rojos y azules perpetran contra nosotros.
Su receta contiene 2 medicamentos que ha de tomar con carácter inmediato, sindíquese y vote por quien se ha preocupado de verdad por nosotros, por quien no nos ha robado y no nos ha puteado.
No estaría mal que ante las demandas de los pacientes, algún que otro doctor prescribiera alguna receta sociopolítica. A veces no nos enteramos de porqué estamos así (recortes,guardias eternas,presión laboral). La cuerda se sigue rompiendo por la parte más débil.