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Díaz recuerda que los contratos por obra y servicio vienen del franquismo y destaca que «hoy ya no se podrán a hacer»

La ministra de Trabajo ha salido a defender el nuevo texto legal y asegura que "entiende" que la derecha no se sienta identificada en una ley en el que la contratación temporal deberá estar bien justificada

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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La reforma laboral del Gobierno que pretende, como mínimo, derogar los aspectos más lesivos de las anteriores reformas, lleva semanas siendo protagonista de intensos debates entre líderes políticos y multitud de opiniones, a favor y en contra, que han ocupado las cabeceras de los diarios españoles. Hoy, la reforma laboral llega al Congreso de los diputados para someterse a votación y, previsiblemente, tal y como apuntan desde el Gobierno de Sánchez, tiene los suficientes apoyos para salir adelante.

La ministra Yolanda Díaz ha salido a defenderla con contundencia y, en una larga intervención, ha explicado los beneficios que para los trabajadores trae la aprobación de la reforma y ha asegurado que «entiende» que la derecha no se sienta identificada con el nuevo texto legal  en el que la contratación temporal deberá estar bien justificada. Díaz ha recordado que los contratos por obra y servicio vienen del franquismo y ha destacado que «hoy ya no se podrán hacer, se van a convertir en contratos estables. Ocho millones de contratos». Solo existirá un contrato de duración determinada, que podrá celebrarse por circunstancias de la producción o por sustitución de la persona trabajadora.

La nueva norma recupera la ultraactividad indefinida, es decir, que las condiciones establecidas en un convenio colectivo seguirán en vigor aún después de que se termine su vigencia expresa.

Se deroga la prevalencia salarial del convenio de empresa, evitando convenios a la baja en materia salarial que rompan el suelo salarial de los convenios sectoriales y, por tanto, la devaluación salarial que posibilita el modelo hasta ahora vigente.

En este sentido, un cambio fundamental es que siempre habrá un convenio colectivo sectorial aplicable, una cuestión decisiva ya que permite cubrir vacíos legales existentes hasta ahora.

Se opera un cambio de modelo respecto al contrato formativo que tendrá dos modalidades: formación en alternancia y obtención de la práctica profesional.

Además, la reforma incluye la puesta en marcha de los nuevos mecanismos para favorecer la flexibilidad interna en las empresas, con el objetivo de fomentar la continuidad de las relaciones laborales estables, evitando el tránsito por el desempleo, lo que beneficia tanto a trabajadores como empresas. De esta forma, se revisa el modelo de ERTE ya existente y se crea el mecanismo RED.

La ministra de Trabajo ha asegurado que el texto de la reforma no contiene resignación, sino mirada larga, en línea con las declaraciones de derechos humanos internacionales, y ha remarcado en varias ocasiones que la reforma llega al Congreso tras un acuerdo en la mesa de diálogo social. Sindicatos y patronal apoyan las medidas y las consideran un avance en la recuperación de los derechos de los trabajadores.

La ministra Díaz ha dado las gracias a las fuerzas políticas que dan su apoyo a la reforma laboral que hoy se aprueba. Y, aunque los nacionalistas vascos han anunciado su voto en contra de la reforma, la ministra reconoce que «el PNV ha sido serio y ha discutido la reforma» y se lo agradece. También ha agradecido el trabajo realizado a los sindicatos y a la patronal.

Para Díaz este pacto es una gran lección para la política porque eso es: «diálogo, negociación, tejer acuerdos, hacer síntesis. No es el no por el no, el ruido. Es llegar a acuerdos aunque uno a veces no consiga el cien por cien de sus objetivos».

Diaz ha expresado su deseo de que «nunca más el trabajo sea un reducto de desesperanza» y ha asegurado que «darle la espalda a esta reforma es devolvernos a la casilla de salida del juego funesto de la precariedad».

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