jueves, 28marzo, 2024
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Jesús Ausín
Jesús Ausín
Pasé tarde por la universidad. De niño, soñaba con ser escritor o periodista. Ahora, tal y como está la profesión periodística prefiero ser un cuentista y un alma libre. En mi juventud jugué a ser comunista en un partido encorsetado que me hizo huir demasiado pronto. Militante comprometido durante veinticinco años en CC.OO, acabé aborreciendo el servilismo, la incoherencia y los caprichos de los fondos de formación. Siempre he sido un militante de lo social, sin formación. Tengo el defecto de no casarme con nadie y de decir las cosas tal y como las siento. Y como nunca he tenido la tentación de creerme infalible, nunca doy información. Sólo opinión. Si me equivoco rectifico. Soy un autodidacta de la vida y un eterno aprendiz de casi todo.
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Bajo un gran tilo centenario en un rincón de la era, cercano a una de las paredes de la escuela convertida en taberna, Restituto, un varón sosegado, cuarentón, moreno y fofisano, disfruta del calorcete de media tarde del mes de junio en Castilla. Junto a él, Justo, Serapio y Marciano, sentados alrededor de una mesa de plástico, regalo de la marca de cerveza Estrella de Galicia, cuyo nombre figura bajo un tapete verde por el que corren las cartas y reposan los amarracos, juegan una tranquila partida de mus. La pareja que pierda, pasará por la caja que atiende en el bar Mislady, una simpática y dicharachera treintañera cubana que atiende la cantina del pueblo porque no hay ningún nativo que quiera hacerlo.

Restituto, el Estudiante, como le conocen en el pueblo, se formó como abogado y trabaja en la capital en una gestoría. A ella, le confían sus papeles la mayor parte de los agricultores del pueblo para que les lleven las cuentas, para que intenten buscar subterfugios que les permitan que hacienda sea menos austera con ellos y para que hagan sus declaraciones trimestrales de IVA.

Junto a ellos, de pie, un nutrido grupito de mirones, que llegaron tarde para encontrar pareja de mus o simplemente porque les gusta más comentar la jugada de los demás, a toro pasado, disfrutan, unos de pie y otros sentados, de la misma sombra del tilo.

Acabada la partida, aun es pronto para irse a casa y mientras Justo y Serapio pasan a vacilar un rato a Mislady mientras pagan la cuenta, los mirones, El Estudiante y Marciano siguen con una conversación surgida durante el transcurso del juego que ha derivado en lo de siempre, si los ricos lo son porque son más listos o porque son más delincuentes. El Estudiante, que a pesar de tener una posición más cómoda y holgada económicamente que sus compañeros de juego, jubilados del campo unos y trabajadores de la industria del automóvil otros, tiene pensamientos mucho más sociales que sus compañeros, opina que nadie se hace rico trabajando de forma legal pero, sus contertulios, sin embargo, creen que don Marcial, el capo de la comarca es rico, porque su padre supo ser más listo que los demás y jugarse el pellejo después de la guerra con el estraperlo. Restituto, el Estudiante, les dice que ahí está la prueba de lo que él dice. Y asegura además que ser rico te da más facilidades y que incluso las leyes están hechas para favorecerles. Y les cuenta dos historias que ha visto en la gestoría.

Hace un tiempo llegó a sus manos, una documentación de una señora viuda, con una pensión no contributiva que apenas superaba los 480 euros mensuales. A esta mujer, que vive en una casa situada en un barrio cuyos edificios de viviendas tienen más de setenta años de antigüedad, le habían obligado por votación a realizar unas obras de mejora en el edifico consistentes en aislar las fachadas y el tejado térmicamente para que las viviendas tuvieran mejor eficiencia energética. Entre medias verdades y datos ocultados, la mayor parte de los vecinos habían votado a favor de unas obras que iban a estar subvencionadas en un 90 % y que les iba a suponer una rebaja considerable en el gasto de calefacción durante el invierno. Resultó que al final la subvención del 90 % no era una sino tres, una del 50 %, otra del 25 % y otra del 15 % . La última subvención, era de la Comunidad Autónoma. Dos años después de finalizada la obra, aún no había sido publicado el pago de lo que le correspondía a la comunidad de vecinos. De la del 25 %, concedida por el estado, sólo habían recibido la mitad y la otra parte, dos años después, tampoco sabían si finalmente se la concederían. Total que ahora la comunidad tenía una deuda con un banco, al que habían pedido un crédito puente para pagar la obra mientras llegaban las subvenciones de más de 200.000 euros. Pero no quedaba ahí la cosa. De la subvención que si había recibido la comunidad a ella le correspondían 8.500 euros que sumados a los 6.784 euros de la pensión superaban por poco los 15.000 euros, mínimo requerido para evitar la declaración de la renta si tienes dos pagadores. Ahora ella le debía al banco, del préstamo de la Comunidad 11.000 euros, y 1.350 a hacienda resultado positivo de la declaración.

En un caso opuesto, había trabajado con la documentación del dueño de una empresa, que vivía en un Chalet valorado en más de medio millón de euros, con un salario bruto anual que rondaba los cien mil euros, que había pedido una subvención de los fondos europeos, que ni siquiera el propio Restituto sabía que existía en esos términos, para poner placas solares en el tejado. Le habían concedido 35.000 euros de subvención, a fondo perdido, se los habían pagado antes de empezar la obra y además no contabilizaban como ingresos en el IRFF.

Mientras, la viuda, probablemente acabe en la calle desahuciada por el banco, les contaba, el dueño de la gran empresa tenía calefacción, aire acondicionado y luz gratis.

*****

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Decía el otro día, Ina Robles, persona íntegra dónde las haya (recuerden que este señor es bombero y tuvo graves problemas por negarse a cargar armas en un barco y le buscaron las vueltas por salir en los medios), que lo normal en una persona como él fue beneficiarse de una vivienda VPO cuando tuvo necesidad y cuando ya tuvo opción de adquirir una en el mercado libre, devolverla para que otro tuviera acceso a una primera vivienda.

Pero Ina Robles sólo hay uno. La mayoría de nosotros no somos como él y en muchos casos, más de los necesarios, además abunda lo contrario. Conozco varios casos en Madrid de haber accedido a una vivienda protegida y cuando mejoraron de vida, en lugar de devolver esa vivienda la usaron como forma de adquirir en “B”, vendiendo la vivienda bajo un contrato privado, y obteniendo unos ingresos que les permitieran mejorar de barrio y de hogar.

Las historias que hoy orientan y preceden a este artículo, forman parte de dos sucesos reales de un mundo de mierda en el que, mientras los pobres, tienen que pedir subvenciones porque no pueden abordar gastos extraordinarios, ni siquiera para poder mantener sus precarias viviendas en pie, subsidio que conceden las mismas administraciones que luego exigen el pago de impuestos por esas mismas ayudas (se supone que si te conceden el viático es porque no puedes afrontar el gasto por tus propios medios), los ricos y poderosos tienen acceso a otro tipo de subvenciones, mucho más jugosas, en muchas mejores condiciones y que además están exentas de impuestos. ¿Quién de ustedes, queridos lectores, sabe que hay subvenciones de los fondos europeos que no tributan? Quizá no sepan ni siquiera que hay subvenciones para el autoconsumo (paneles solares, eólica, etc.).

Nos hemos ido dejando llevar hacia un sistema insostenible, con una desigualdad que pone los pelos de punta, con unas profundas crisis económicas que se repiten cada vez en periodos más cortos de tiempo, para cuya resolución cada vez aprietan más las condiciones de vida de los pobres, aumentando a su vez más las desigualdades, haciendo más pobres a los pobres y lo que aún es peor, esquilmando una naturaleza que está ya al borde del colapso total. Un mundo en el que las leyes se hacen para controlar a la mayoría empobrecida y en el que, la igualdad mal entendida propia de una mente asquerosamente psicópata consiste en la tabla rasa. (Hay una imagen de un tapia y dos personas una alta y otra baja y cuatro cubos. Ninguna de las dos personas llega a ver por encima de la pared. Igualdad para el hijoputismo es repartir dos cubos para cada una de las personas, de forma que, el alto, sobrepase medio cuerpo por encima de la tapia y el bajo, siga sin poder ver lo que hay al otro lado. Igualdad en un mundo social sería repartir tres cubos al bajo y uno al alto de forma que ambos vieran lo que hay al otro lado). Ha causado alarma y decepción que el tipo más rico del gobierno de la Comunidad de Madrid, y una doctora, jefa de la oposición, cobren el bono social térmico. Pero es algo más que habitual. La casa de Alba es la que mayor importe recibe de las subvenciones de la PAC y eso que no labra ni un centímetro cuadrado de tierra. En Castilla hay quién ha recibido 257.000 euros de la PAC en 2019 (yo conozco un grupo familiar de agricultores que cobra subvenciones por más de 4000 hectáreas en toda la provincia de Burgos), subvenciones que no exigen la presentación de ningún proyecto, que no exigen ningún nivel mínimo económico y que ni siquiera se exige que se recoja a tiempo toda la cosecha sembrada. Hace algunos años, sobre las subvenciones al Lino, hubo toda una trama de corrupción y otra sobre las subvenciones a las primeras renovables antes de que el gobierno de Rajoy aprobara el llamado impuesto al sol.

En este hijoputismo en el que nos han obligado a vivir, no cuenta la opinión de los ciudadanos. Lo único que cuenta es que el poder no pierda un ápice de fuerza. La corrupción es un caramelo con el que engañan a los tontos haciéndoles creer que ellos también pueden beneficiarse.  Y para los que no, está la fuerza policial. Hemos visto esta semana pasada como nuevamente, este partido que se dice republicano pero que apoya a la monarquía y tapa sus corruptelas impidiendo en el Congreso que se investiguen, ese partido que se dice socialista pero que gobierna para favorecer el negocio de bancos, eléctricas y grandes emporios a pesar de estar empobreciendo a los ciudadanos hasta términos de posguerra, ese partido que lleva engañando a sus fieles desde el año 74, quiso maquillar la llamada ley mordaza. Pero, en realidad no quieren que nada cambie. Entre otras cosas, porque aunque España es un pueblo aborregado, pusilánime y miedoso (cuarenta años de terror tardan más de 150 en olvidar), la situación de la cesta de la compra se está poniendo tan peliaguda que hasta es posible que hubiera un estallido social. Si a eso le sumamos lo que está sucediendo en Francia dónde Macron acabará igual que Napoleón o De Gaulle, este gobierno que ni es republicano, ni socialista, y ni siquiera liberal en el sentido estricto de la palabra, necesita que la llamada Ley Mordaza siga en vigor. No pueden permitir manifestaciones como las del 15-M, rodea el congreso o  las marchas de la dignidad y para ello, nada mejor que la represión. Como dice el gran @jonathanmartinz en este extraordinario artículoLa ley mordaza es hija de la crisis financiera de 2008 y nace con un cometido: castigar la disidencia, desalentar la protesta y mantener prietas las filas mientras un minoría se enriquece y una mayoría se desespera. Las crisis económicas no obedecen a un desorden del capitalismo sino que representan el capitalismo en su forma más pura. Detrás de cada crisis hay un proceso de acumulación de capital a favor de las élites y un proceso de desposesión contra la clase trabajadora. Y esa desposesión no es pacífica. Necesita armas, prisiones, leyes de excepción, arbitrariedad policial, televisiones y un control disciplinario de las fronteras”.

La situación se es extremadamente grave. El presidente americano en su chochez, dice de Putin, para justificar una orden de detención de un tribunal internacional que ni la propia USA reconoce (ni Rusia, ni Ucrania) que si todos los países se dedicaran a invadir, dar golpes de estado o maquinar para quitar gobiernos extranjeros, el mundo sería inhabitable (sería de risa si ese cinismo no nos estuviera matando).

Mientras, una nueva crisis bancaria acecha con dejarnos otros tantos cientos de miles de millones de deuda que deberemos volver a asumir, los señores del hijoputismo siguen en sus trece de no bajarse de la burra de la destrucción de la tierra, esquilmando, destrozando, y malgastando lo que ya no tenemos para aumentar ceros en un asiento bancario digital situado en un paraíso fiscal, y seguimos estando vivos porque la tierra tiene una capa de 15 centímetros fértil y porque llueve. Cuando esto se rompa y cada vez estamos más cerca de ese umbral, (lean ustedes este estudio y verán lo que nos espera)  nos pasará como a los renos de la Isla de San Mateo.

El ser humano sólo tiene futuro en una sociedad plural, sostenible, igualitaria y justa. Y lograrlo es imposible en un mundo egoísta, egocéntrico e individualista, un mundo donde las desigualdades son tan bien vistas que se establecen como objetivo de logro personal. Es imposible seguir consumiendo y destrozando el planeta para que unos poquitos sean inmensamente ricos y puedan derrochar lo que para otros sería agarrarse al hilo de la vida.

Salud, feminismo, decrecimiento, ecología, república y más escuelas públicas y laicas.

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