Juan Guaidó es un hombre de muchas palabras y pocos hechos. Se autoproclamó presidente encargado de Venezuela para, según él, llevar al país a unas elecciones libres y, sin embargo, hasta el día de hoy no ha hecho nada más que pretender derribar al régimen de Nicolás Maduro, incluso con un intento de golpe de Estado, en el que estuvo acompañado por Leopoldo López.

Por otro lado, Juan Guaidó dijo que su intención era la de recuperar el dinero que los bolichicos, esos ciudadanos que se enriquecieron gracias al expolio de medio billón de dólares que pertenecían al pueblo —sobre todo a través de la trama corrupta liderada por Rafael Ramírez Carreño y sus socios— y que o están en la cárcel en Estados Unidos o viven plácidamente en España sin que ningún tribunal se atreva a tocarles.

En este caso, Guaidó tampoco ha hecho nada, por muy complicado que digan desde su entorno que es congelar las cuentas de estos venezolanos, cuando, en realidad, la Justicia española y las fuerzas de seguridad del Estado son capaces de realizar informes sobre los movimientos bancarios de estos ciudadanos y las rutas del dinero desde que salió de Venezuela hasta llegar a España, con su correspondiente paso por diferentes paraísos fiscales.

Sin embargo, lo que sí parece pretender Juan Guaidó es desestabilizar al gobierno de Pedro Sánchez, el primer ministro de la UE que le reconoció en primer lugar cuando se autoproclamó presidente encargado, según las propias palabras de Guaidó.

Ahora la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por Guaidó, pretende que el Congreso de los Diputados español cree una comisión de investigación sobre la presunta reunión del ministro José Luis Ábalos con Delcy Rodríguez, una petición que, evidentemente, servirá de argumento a la oposición de las derechas y los ultras para intentar desestabilizar al legítimo gobierno progresista de coalición. Lo que Guaidó debería hacer es buscar que su pueblo recupere el dinero que expoliaron los que hoy viven en Madrid como millonarios o, sobre todo, reconocer públicamente cómo muchos de estos bolichicos están financiando a la oposición, tal y como se pudo ver en la reunión que el padre de Guaidó mantuvo con Alejandro Betancourt en el castillo que éste se compró en Toledo, un hombre que ha reconocido públicamente que ha financiado a la oposición.

Este hecho es muy grave para la credibilidad de la propia oposición al régimen de Nicolás Maduro dado que la financiación por parte de los bolichicos del movimiento de Guaidó significa, en primer lugar, que estos ciudadanos serían los que controlaran la economía de Venezuela, lo cual sería el tiro de gracia para el pueblo, vistos los antecedentes; en segundo término, los bolichicos volverían a Venezuela sin devolver un dólar o un bolívar de lo que expoliaron de PDVSA; en tercer lugar, esta dependencia del dinero de los bolichicos convierte el movimiento de Guaidó y de la oposición en algo económico (control de los recursos de Venezuela) y no político.

¿Por qué no pide Juan Guaidó o la Asamblea Nacional de Venezuela al Congreso de los Diputados una comisión de investigación sobre el dinero, las inversiones y las empresas de los bolichicos en España? ¿No quiere Juan Guaidó recuperar ese dinero expoliado y que es el principal responsable de la situación de crisis humanitaria del pueblo venezolano? ¿Por qué el Congreso de los Diputados no abre una investigación sobre el fraude de las despensas de alimentos del régimen de Nicolás Maduro que desveló Diario16? ¿Por qué el Parlamento, en el que están democráticamente representados los partidos de la izquierda, la derecha y los ultras, no ayuda a la Justicia e inicia una investigación sobre el paradero de Rafael Ramírez Carreño o su cuñado Baldo Sansó?

Todo parece indicar que no, que el principal interés de Juan Guaidó para con España es la de dar munición a la derecha o la ultraderecha española para desestabilizar al legítimo gobierno progresista de coalición por una presunta reunión entre el ministro Ábalos y la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Esta actitud de Guaidó podría hacer reconsiderar la postura del gobierno español respecto a Venezuela, algo que no ayuda en nada a los objetivos de justicia social y a resolver los problemas de la ciudadanía española provocados por los que ahora jalean a Guaidó y no les importa nada la situación del pueblo venezolano o, directamente, se dedicaron a proteger a Rafael Ramírez en Ávila. ¿Por qué cuando Diario16 publicó en exclusiva la protección del Partido Popular al ex presidente de PDVSA hubo tanto interés por parte de la derecha en que se retirara del artículo el nombre de Nervis Villalobos, un bolichico reclamado por la Justicia de los Estados Unidos? Este es un tema muy grave que requiere la investigación por parte de la Justicia. ¿Por qué los representantes políticos de Guaidó en España (PP y Cs) no investigan a Rafael Ramírez, el líder de una trama corrupta, y sus estancias en Ávila, tal y como publicó Diario16 en el año 2017?

Lo que debería hacer Guaidó es perseguir y desestabilizar a los bolichicos y no al gobierno de España. El autoproclamado presidente encargado de Venezuela debería saber que, según el periodista de investigación de Alek Boyd, «Francisco Neri Bonilla ha sido visto en Londres muy acaramelado con Delcy Rodríguez, hermana de Jorge Rodríguez y Ministro de Comunicación de Venezuela».

Guaidó debería saber que Francisco Neri Bonilla administra y gestiona desde hace años una empresa en Venezuela Sinergia Total, (posiblemente en Estados Unidos también, según ha podido conocer este medio por las transferencias recibidas por Sinergia Total en Miami desde paraísos fiscales), que fue una de las grandes beneficiadas de los contratos ofertados por el gobierno del Distrito Capital y la Alcaldía del Municipio Libertador durante el tiempo en que Jorge Rodríguez, hermano de Delcy y actual ministro de Comunicación de Maduro, fue alcalde, según confirma la información de Boyd.

En concreto, es el momento de informar a nuestros lectores y lectoras que informes policiales a los que ha tenido acceso Diario16, confirman que las empresas de Neri Bonilla cobraron de PDVSA o sus filiales varias decenas de millones de dólares, dinero que circuló por paraísos fiscales en todo el mundo antes de llegar a las cuentas de sus empresas en España.

¿Qué tiene Guaidó que decir sobre esto? De momento, no ha dicho nada. Él vino a España, junto a sus asesores jurídicos, en connivencia con el PP, Cs y Vox a crearle un problema al gobierno democrático progresista del Estado español, a pesar de que fue recibido por la titular de Exteriores del actual gobierno, en vez de a resolver el problema de la congelación de las cuentas de los bolichicos porque, de ese tema, no dijo nada.

Se vio claramente que el opositor venezolano estaba más a gusto al lado de los representantes del trifachito porque, tal vez, las políticas neoliberales que tanto daño han hecho al pueblo español son las que quiere aplicar en Venezuela, lo cual sería una desgracia para la ciudadanía venezolana porque se encontrarían con un país controlado por los bolichicos que, tras aprovecharse del régimen bolivariano de Hugo Chávez, ahora con el apoyo de Trump, no de la justicia ni del pueblo americano, quieren ser los dueños de Venezuela gracias al dinero que expoliaron la ciudadanía venezolana.

1 COMENTARIO

  1. Dicen que dios los cría y ellos se rejuntan. Golpistas venezolanos con golpistas borbónicos. Golpistas y, por lo que se ve, ladrones de su pueblo. Con todo, las cosas están tomando forma, por lo menos en mi mente. Todo esto ya venia de lejos. Por eso el alboroto del bloque fascista borbónico contra Podemos y su unión con Sanchez. Me parece que si abren investigación del dinero robado a Venezuela y «aparecido en borbónia, el pp estará muy cerca con la resta del trifachito.
    El hedor del recibimiento al golpista marrullero Guaidó, del representante del fascismo, aquí, lo demuestra.

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