Se está permitiendo gobernar desde comportamientos lacerantes vía demagogia de determinados movimientos políticos y  sociales.

Los que desde hace tiempo asistimos con preocupación, y hasta con estupor e incredulidad, a la aparente calma del pueblo ante los sucesivos reveses de los comportamientos “terriblemente humanos“ de polític@s , líderes sociales que vía la deslelatad, la penuria de conciencia social, la manipulación hasta llegar a la anulación del ser humano como portadores de valores, derechos y principios, cargando en nuestras espaldas todo lo terrible que aporta la demagogia y la mediocridad manipulada por seres vacíos solo ante el interés de que sus actuaciones estratégicas  sean  expuestas a lo “público“ en formato  de vanidad, de ambiciones desmedidas , de falsedad y fraudes humanos, personajes que solo les atrae la insaciabilidad por competir bajo los criterios que su propio adocenamiento les ha ido dictando. Regocijándose sin pudor que la tan pasmosa tranquilidad de lo ético no era más que sumisión y conformismo, los síntomas evidentes de una sociedad distópica que ha renunciado al pensamiento crítico y que asiste impasible al expolio de sus derechos y al escarnio de su dignidad, la supremacía de un poder ilegítimo y totalitario que manipula y adoctrina, con los sentimientos manejados de una democracia “raptada”,  hasta anular y exterminar cualquier atisbo de conciencia social colectiva, convirtiendo en ficticio todo aquello que hasta entonces había sido inamovible, todos aquellos resortes del Estado que nos igualan a todos en la consecución de un modelo de convivencia más libre y más justa.

«el estallido social que estaba a la vuelta de la esquina es ahora deslealtad e intereses espurios permutado por protagonismo»

Todos los que hemos pregonado en el desierto un cambio que nunca se concretaba, aquellos que no sabemos vivir sin ideología desde la conciencia social, sin esperar fotos ni discursos fáciles, y que nunca renunciamos a los principios éticos en cualquier circunstancia y adversidad, comprobamos hoy con tristeza y desesperanza para much@s que el estallido social que estaba a la vuelta de la esquina es ahora deslealtad e intereses espurios permutado por protagonismo, ya se ha dejado la revolución de las conciencias por el cómplice silencio ante el poder en general. Ya no hay nada con dignidad a la vuelta de la esquina ni el el aliento de la calle anuncia ya con la verdad que podemos producir un cambio imparable en su ejecución, una convulsión en la columna vertebral del sistema.

Esta esperanza no volverá si no se alcanza lograr una regeneración democrática que evidencie la asunción de errores y de sus consecuencias. Sin embargo, no debemos dejar de luchar para que llegue con la razón sin miedo, de una u otra manera, la “violencia” que hoy reside más que nunca en el pueblo, sin considerar a dirigentes, ya sean políticos, económicos o líderes sociales manipuladores, esos que llaman a sus correligionarios a ir por la calle con la cabeza levantada, a no avergonzarse de nada, a mostrarse orgullosos y arrogantes, y luego ellos esconden la cabeza bajo el ala y como los encangrejados andan para atrás, dejando el terreno baldío y asolado a su paso.

Esa esperanza social llegó en discursos maravillosos como un rumor, como ese rugir ensordecedor del interior de las entrañas de la tierra que anuncia el terremoto inminente, y ya no quedará piedra sobre piedra cuando estalle, ese ya no llegará de sus manos ni de sus conciencias, ahora de es@s  en su mayoría nos está llegando el  terremoto de la decepción.

«El cambio ni ha llegado ni se le espera porque hemos consentido que la democracia se convierta en un instrumento al servicio de la corrupción económica, social, política, intelectual y de la comunicación desde la ambición sin límites»

El cambio ni ha llegado ni se le espera porque hemos consentido que la democracia se convierta en un instrumento al servicio de la corrupción económica, social, política, intelectual y de la comunicación desde la ambición sin límites, porque hemos ocultado la verdad y dado carta de naturaleza a la más flagrante de las mentiras, porque se ha gobernado , peor aun, se está permitiendo gobernar desde el conformismo y el engaño al pueblo desde comportamientos lacerantes de movimientos políticos y  sociales determinados via la demagogia del protagonismo de la falsedad,  de espaldas al pueblo, y se han puesto vallas al máximo órgano de representación de la voz popular, que se pretende aislar de sus legítimos moradores con la fuerza de la represión, la connivencia, la manipulación y los pactos de mentira.

«ha llegado la hora de reclamar el poder y volver a ser dueños de nuestro destino, porque la alternativa no puede ser elegir entre un mal y un mal peor.»

Creo sinceramente que ha llegado la hora de reclamar el poder y volver a ser dueños de nuestro destino, porque la alternativa no puede ser elegir entre un mal y un mal peor.

No es de recibo asfixiar al pueblo condenándolo a la más vergonzante miseria a la pobreza de la indignidad y la utilización, mientras se ruega al poder pactos de miseria, una limosna para aliviar el hambre de la deslealtad a los principios de la verdad. La historia no es un proceso mecánico; los hombres y mujeres son libres para transformarla. Por eso, la vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que somos o anhelamos ser.

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