El pasado mes de julio, Diario16 publicaba el caso de un enfermo con bronquitis crónica y defensas bajas que está siendo tratado en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, con antibióticos crónicos y terapia nebulizada. Hasta el 5/08/2019 le veían cada seis meses.

A partir de esa fecha le pasaron a revisar cada 12 meses que, con las listas de espera, se convirtieron en 15. Cuando este ciudadano reclamó a la Comunidad de Madrid, la respuesta fue que «tenían muchos pacientes». La Secretaría General Técnica de la Comunidad de Madrid afirmó que, hasta que llegue la consulta para este ciudadano, el seguimiento de su enfermedad la estaba realizando el médico de atención primaria donde se controla el estado clínico del paciente. El afectado afirmó a Diario16 que «esto es falso. En atención primaria no tienen un protocolo para seguir mi patología, mi médico me metió en el de EPOC (sin tenerlo) para poder hacerme una espirometría y hacer lo que pueda. Pero pidió consejo a los neumólogos, para ver qué pruebas puede hacerme él para controlarme y no le contestaron». También le dijeron que podía ir cuando quisiera a urgencias.

La sanidad pública madrileña está desbordada por la falta de medios y los recortes aplicados por los gobiernos del Partido Popular, ahora personalizados en Isabel Díaz Ayuso. Durante los momentos más duros de la pandemia del Covid19, se pudieron comprobar tanto la falta de medios como las fallas en un sistema sanitario golpeado por las políticas privatizadoras que durante los gobiernos de Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes y Ángel Garrido se aplicaron en la Comunidad de Madrid. Mientras Isabel Díaz Ayuso iniciaba una campaña de marketing político con la instalación en IFEMA de un hospital, más de 7.000 camas hospitalarias se encontraban cerradas, tal y como denunciaron los profesionales sanitarios.

Estas políticas privatizadoras, que dejaron en manos de grandes empresas, como Ribera Salud, la salud de los madrileños, han provocado que las listas de espera se hayan disparado y, en muchos casos, afectan a personas con enfermedades muy graves que necesitan de revisiones constantes para poder seguir con vida.

La situación ha empeorado en vez de mejorar. Diario16 ha tenido acceso a más documentación, entre la que se encuentra la respuesta recibida por el ciudadano de la Dirección de Humanización y Atención al Paciente en la que se indica que «tanto en el centro de salud como en el hospital han estado atendiendo las demandas de atención que ha presentado durante este tiempo». El director de Humanización, Alberto Tomé González, indica en su carta solicitó «información a su Dirección Asistencial desde donde me han comunicado que le han realizado las pruebas que han considerado necesarias desde el mes de noviembre de 2019, obteniendo resultados dentro de la normalidad. Desde entonces no ha presentado ningún síntoma compatible con agudización de su perfil infeccioso, por el que hubiera precisado atención urgente por parte del Centro de Salud o del hospital, lo que afortunadamente no ha sucedido. Por el contrario, en la medida que la actual situación de pandemia lo ha permitido, se le ha facilitado asistencia sanitaria en función de la evolución de su patología».

Sin embargo, según indica el ciudadano afectado a Diario16, esta afirmación es falsa puesto que, a pesar de «tener mi historia clínica firmada por mi médico de cabecera, y el informe del neumólogo (que por otra parte obvió que me encontraba muy cansado y con dificultad respiratoria desde agosto), el director de Humanización tiene la cara dura de decir que en mi centro de salud le han dicho que he recibido la atención necesaria y que no precisaba más. Como se puede ver en el informe, mi médico de Atención Primaria pidió ayuda a los neumólogos sin obtener respuesta, así como indica que no existe un protocolo en Atención Primaria que se adecue al seguimiento de mi enfermedad, porque entre otras cosas no cuentan con herramientas como los análisis de esputo (en el que he dado positivo)».

Diario16 ha tenido acceso a dichos informes que corroboran lo indicado por el paciente crónico y que muestra cómo en la Comunidad de Madrid se podría estar negando atención médica a pacientes crónicos y poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos.

Este caso fue puesto en conocimiento, incluso, de la propia Isabel Díaz Ayuso a través de un correo electrónico al que accedió este medio. La respuesta recibida de la oficina de la presidenta fue la siguiente: «Lamentando, pero no es competencia de la Presidenta». La salud de un ciudadano es siempre competencia de un presidente, aunque no esté dentro de sus funciones.

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