Según ha informado el diario Público a primera hora de esta mañana, «infiltrados policiales provocaron violencia en torno a la Delegación del Gobierno en Barcelona». Informan de que han tenido acceso a «los vídeos, fotografías y testimonios que demuestran que, al menos tres encapuchados ajenos a los manifestantes de los CDR, derribaron la larga valla que separaba a independentistas y mossos en Pau Claris con Valencia».

Señala la noticia que se están produciendo múltiples denuncias que señalan que el vandalismo ha sido cometido por «infiltrados» ajenos a las organizaciones independentistas de desobediencia civil (que siempre han hecho sus convocatorias y dado sus pautas apelando a la movilización pacífica y no violenta) y que son verificables. Apunta de manera concreta a un hecho producido la noche del martes, alrededor de la Delegación del Gobierno en Barcelona, donde un «sospechoso incidente fue filmado por uno de los testigos de los hechos que se encontraba haciendo fotos de una sentada pacífica, con velas encendidas, en el cruce de las calles Valencia y Pau Claris».

El testigo es Sergi Cámara, quien fotografió las protestas, y se encontraba ante unas vallas encadenadas que bloqueaban la calla Pau Claris, separando a los manifestantes de los mossos. Las imágenes de Camara muestran que los manifestantes estaban sentados, en actitud absolutamente pacífica, encendiendo velas.

Fue en ese momento cuando un encapuchado se abalanzó sobre las vallas, según describe el testigo, y logró derribarlas «a pesar de que formaban una larga hilera de sólidos cierres metálicos, extendidos de una a otra pared, cortando los cuatro carriles de calzada y las dos anchas aceras, y fijados con gruesas cadenas entre elementos», indica Público.

Según las manifestaciones realizadas al periodista Enrique Bayo, Camara manifesta: «me sorprendió que ese encapuchado hubiera sido capaz de derribar todo ese conjunto de vallas encadenadas, a pesar de su envergadura, pues debía medir como uno noventa de altura. Pero lo que me extrañó todavía más fue oir a continuación cómo dos encapuchados, tapados con sudaderas grises, que estaban a mi lado, decían: Ya está, ya hemos tirado la valla y ahora se va a liar».

Fue precisamente el estruendo que formó la caída de la valla la que hizo que la gente que estaba sentada se levantase y retrocediera ante la previsión de que pudiera pasar algo. En ese momento preciso apareció por la calle Valencia un nuevo destacamento de antidisturbios de la policía catalana que ocuparon en formación el lugar que antes ocupaba la valla tirada.

El testigo cuenta que de inmediato cogió el móvil y se puso a filmar «sólo para grabar así el audio de los que hablaban junto a mí, fingiendo que hacía fotos con el teléfono, en vez de con la cámara».

1 COMENTARIO

  1. Esto de los infiltrados es un truco muy antiguo, no voy a decir que de la noticia por cierta, en cuanto a que no se aporta ninguna evidencia provista de general valor probatorio, pero si me parece mas que probable. Incentivar la violencia callejera, seria excelente si esos infiltrados lograran cronificarla, porque seguro que verla en la tv a los monos les acaba gustando mas que el futbol, y asi yo por fin me veria liberado en los bares de esa pesadez futbolera televisiva. A mi la violencia callejera no me dice nada, tampoco me interesa, pero el futbol es que lo odio

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