Lo malo de ser el más joven en conseguir algo, en este caso convertirse en el número uno del mundo, es que no tienes experiencia aguantando la presión.
El mundo entero, y sobre todo España, espera de Carlos Alcaraz, o esperaba, que lo gane todo, que se mantenga en el número uno un montón de tiempo.
Tiene pinta de que eso no va a pasar.
No ha ganado ningún ATP desde que se encaramó a lo más alto del ranking del tenis mundial.
Y la lesión que ha sufrido en el Máster 1000 de París seguro que también tiene que ver con esa presión que está aguantando todo el tiempo, todos los días. Si fuera nuestro hijo le diríamos que se relajase un poco, que solo es un chaval, y qué ya tiene la vida más solucionada que un opositor registrador de la propiedad.
Pero no, hay mucho dinero alrededor. Y muchas miradas.
Lo grande de Alcaraz era que JUGABA COMO UN CHAVAL DE DIECINUEVE AÑOS que se estaba divirtiendo, flipando al poder enfrentarse a todos los mitos e ídolos que había conocido de niño.
Sería maravilloso que pudiese recuperar esa actitud, pero creemos que no sucederá, tendrá que seguir jugando torneo tras torneo.
Y nos duele tanto a todos los que le seguimos y admiramos… Pero ¡¿qué digo?! Es una torpeza que lo escribamos enun periódico, es meterle aún más presión al chaval.
Ánimo Charlie, ánimo Carlitos, alegría de vivir, tu alegría de vivir de siempre.
Ya no tienes nada que demostrar, ya eres un inmortal.
Tigre Tigre
