jueves, 28marzo, 2024
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Demagogia

Adoren a sus verdugos

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Antes, cuando leíamos, el demagogo (del griego “clase con derechos de ciudadanía” y “conducir a la bestia por el ronzal para llevarla a algún sitio”) era quien, alabancioso, decía lo que el vulgo quería oír para obtener su aprobación interesada, a fin de conseguir su objetivo diluyendo las responsabilidades. La demagogia era propia de políticos fulleros, de políticas de baja catadura intelectual y amplio historial casidelictivo, siempre bordeando el filo entre el aprovechamiento y un sacrificio personal de mentira. La mayor parte de los dictadores lo fueron y los aprendices de la tiranía son maestros del “démos-agogêin”.

Hoy, cuando ya no leemos, hablamos de populismo: término más llano y asequible para la media ciudadana que sale de la Secundaria Obligatoria española. El populista dice lo que el pueblo quiere oír, siempre con una intención oculta. Se ha puesto de moda el término, yo prefiero el que citaba antes, me parece más rico y definitorio, pero si nos atenemos a la significación de populista: sólo lo es aquel movimiento político que prescinde de los contenidos y se mueve en el nivel de lo simbólico, esto es: el que ya no explica ni diagnóstica ni propone sino que “soluciona” de un pijotazo (y no elijo la expresión inconscientemente); quienes usan conceptos de apariencia objetiva (patria, nación, inmigrante, bandera, himno, ejército, familia, paz, justicia, igualdad…) para excluir y reorganizar en nombre de… son los demagogos más peligrosos porque son los que utilizan al supuesto pueblo como arma arrojadiza para delimitar sus intenciones: léase VOX pero también PP, C’s, PSOE y el independentismo catalán (en sus variedades), PODEMOS…

Se preguntarán por qué he nombrado a PODEMOS los últimos; ha habido una especial voluntad por adjudicarles el marchamo de populistas cuando, quizá, lo sean menos que los otros partidos. En PODEMOS pueden pecar de ilusos, de torpes, de no calcular sus fuerzas o de defraudar a su electorado al topar con la realidad de la gestión: pero eso no es demagogia, es fracaso político… y así les está yendo, toda una vuelta al mundo para terminar siendo otra IU; Julio Anguita, un tipo interesante, jamás fue demagogo sino una especie de pedagogo, que no es lo mismo: la izquierda ha buscado con mayor o menor fortuna cambios legales, propuestas, un desarrollo de leyes a mayor gloria de su ideología reformista; sin duda: llamar “casta” a quienes han dirigido y dirigen el cotarro político no era una mala descripción, cosa distinta es si algunos de los retratistas ya son parte de ese retrato de “casta”. Sí, PODEMOS tiene una vertiente demagógica, no pueden evitarlo, parece que eso va con todos los partidos, eso no se discute.

Pero literalmente hay una opción política que se ha dado cuenta de que el futuro no necesita demagogia sino que consiste puramente en la demagogia, o sea, el control de las redes. Cuando “Whatsapp”, o un mensaje en “Facebook”, “Twitter” o una imagen en “Instagram” mueven más voto que una campaña, un discurso o un programa político: el verdadero populismo ha encontrado su vía. El donaldtrumpismo más cutre y simplón ha desembarcado en España, el Tea Party aquí es católico integrista y todo lo que eso supone de diferencia con el protestantismo, el Klan es antimoro y antirrumano y el patriota “wasp” por aquí es patriotero taurino. El populismo explícito es aquél que desprecia el contenido de los discursos, y éste del que hablamos sustituye el concepto por la imagen, la idea por la propaganda… este fascismo no es que use la propaganda para promover sus ideales: es la propaganda en sí misma, la fachada casi sin necesidad de palabras, no necesita ni programa ni coherencia: es un cuento con un escenario, con los papeles repartidos de tal manera que las frustraciones personales queden corregidas por ese narrador fatuo que dice lo que un público inutilizado intelectual y emocionalmente quiera oír.

Mientras llamemos populistas a demagoguillos de tres al cuarto y nombremos a los populistas verdaderos como extrema derecha o derecha radical, éstos, que son quienes constituyen el verdadero peligro populista, estarán venciendo su batalla: el fascismo habrá ganado cuando se haya infiltrado en las clases populares, la élite no se va a pringar, el problema de Alemania, de Italia, de España o Portugal fueron los pobres transformados en apéndices de los ansiosos del poder omnímodo en todas sus vertientes: dinero, sexo, clase, dioses, lujo… poder.

Cuando las víctimas busquen, alentados por estos populistas, a los causantes de su desgracia entre las otras víctimas y adoren a sus verdugos: el fascismo será un problema, porque habrá encontrado la legitimación para los golpes de mano en todos los sentidos, y sin manchárselas tendrán a desgraciados castigando a desgraciados. Esto está empezando.

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1 COMENTARIO

  1. Me he visto todo lo refetente a VOX con detalle y no existen dudas sobre lo xenófobo y homófobo del partido. Vox es un claro retroceso democrático, es una vuelta a la época del dictador, el mejor ejemplo es destruir el sistema autonómico y reemplazarlo por un centralista, algo que va contra la filosofía de derechas, pero si muy en el tono de lo que al dictador le gustaba, el control absoluto
    https://iberomagazine.com/2017/11/23/espana-pais-plurinacional-o-no/

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