¿Cómo se quedaría si durante año y medio le hubiesen aplicado mal el cómputo de sus horas trabajadas? ¿Y si su empresa decidiese normalizar esa situación errónea de golpe, sin previo aviso, y esto le dejase con un sueldo de 650 euros en lugar de 1.400?

Era octubre de 1949 cuando el gran Gabriel García Márquez tuvo que acudir como reportero de un periódico a un antiguo convento, el cual iba a ser demolido. La sorpresa saltó al exhumar los restos funerarios de una niña y, de repente, desparramarse una cabellera de veintidós metros de largo. Este suceso le dejó impactado y le sirvió de inspiración para su obra “Del amor y otros demonios”.

Un sobresalto de igual magnitud se han debido de llevar más de cuarenta mil guardias civiles, de un total de ochenta mil que componen esta institución, al recibir la nómina para este mes de febrero, reducida drásticamente como consecuencia de un fallo derivado de una tremenda falta de gestión de personal, de previsión y de la aplicación de una norma tan complicada como incongruente: la que calcula la cantidad que cada guardia civil debe percibir por los conceptos de productividad y nocturnidad. Pero si algo se ha hecho rematadamente mal, es la gestión de ese fallo como consecuencia de los variables descritas anteriormente. Así, sin ninguna asertividad ni contemplación se ha decidido ajustar todos esos meses de errores cometidos por la Guardia Civil en un solo acto, en un solo mes, y por si esto fuera poco sin previo aviso ni comunicación que advirtiera de la que se les venía encima. Por tanto, no se dan facilidades para fraccionar la devolución, ni se avisa de que esta corrección se llevará pasados unos meses y así ayudar a amortiguar el golpe a miles de familias.

Los guardias civiles cumplen en su día a día, trabajan en unas duras condiciones y soportan unos graves riesgos psicosociales derivados del ejercicio de la profesión de policía, además de desempeñar dicha función con un material anticuado, si no inexistente. Y ahora estos guardias civiles ven como todo este sacrificio no importa cuando de hacer números se trata. La poca empatía demostrada hacía miles de guardias civiles por parte de los altos mandos que dirigen la institución les ha quebrado el principio de confianza, y esto no hay encaje de números que lo devuelva.

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Guardia civil destinado en la unidad de Tráfico de Tenerife, es el secretario de comunicación y portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en la Guardia Civil. Ingresó por vocación y pronto se convirtió en un luchador ingénito en la defensa de los derechos de los y las guardias civiles, para conseguir el cambio hacía una Guardia Civil plenamente democrática y del siglo XXI. Actualmente desarrollando el Trabajo Fin de Grado de Sociología, por la universidad de La Laguna, en la realización de un estudio sobre la percepción de ciudadanía de los guardias civiles y su relación con la sociedad.

1 COMENTARIO

  1. «neque meliorem unquam seruum neque deteriorem dominum fuisse», pero multiplicado por decenas de miles. Todavía esperan unos turnos que se tendrían que haber aplicado en mayo del pasado año, en una normativa que regula una jornada laboral, forzada en el Tribunal Europeo de Justicia por los propios Guardias Civiles.

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