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Defendiendo el contexto

Alberto Vila
Alberto Vila
Analista político, experto en comunicación institucional y economista
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análisis

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“Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”. 

Kofi Annan

El marco de la experiencia comunicativa es determinante para lograr la transmisión deseada. Un buen dircom ha de estar muy al día de lo que pasa a su alrededor para evitar que una acción comunicativa pueda provocar el sentimiento contrario al deseado.

Cuando se elige un contexto incorrecto la recepción de los mensajes será confusa y su comprensión errónea. Claro está que el contexto está determinado también por el propio medio que lo transmite y organiza. Además, para penetrar en la mente de los receptores, de las audiencias, es menester que el núcleo, la denominada “idea fuerza”, aunque sea una mentira, se repita una y otra vez sin necesidad de argumento alguno que la respalde. Lo que sí debe mantenerse es el contexto en el que se emite. Los gabinetes de comunicación partidaria y de los centros de comunicación corporativa se ocupan de esto.

El contexto es un conjunto de hechos y circunstancias que acompañan y rodean a la propia comunicación. Es decir, son factores que condicionan la comprensión del mensaje. Por ejemplo, el espacio y el tiempo histórico en los que tiene lugar. Pero también es básica la cultura que tiene el emisor que envía el mensaje, al igual que la que tiene el receptor, que será quien lo reciba. Sin contexto la comunicación que se emite lo hace careciendo de información suficiente para poder construir el escenario físico, como el lugar, y psicosocial, es decir el marco emocional, dónde y cuándo ocurra la comunicación. Dichos mensajes no esperan generar aprendizajes en los receptores, las audiencias. Sólo pretenden afectar la emocionalidad. Son básicamente píldoras que se dirigen a la irracionalidad de las audiencias.

Los medios en España poco tienen de plurales. Menos aún de diferenciados. Los grupos dependen de fondos de inversión como consecuencia de sus debilidades financieras de adaptación frente al cambio tecnológico. En buena medida sus reales dueños los usan, porque los medios de comunicación son plataformas que hacen posible un contexto apropiado para la consecución de los negocios de interés de esos fondos. Históricamente, los grupos mediáticos se construyeron con el modelo bipartidista, con algunas excepciones regionales que se complementaban. Eran la opinión publicada que defendía el statu quo. El mantener el estado de cosas. Esos tiempos han cambiado.

En la actualidad, los gestores de las Redes Sociales disponen de un caudal suficiente para modelizar cuales son los perfiles emocionales aptos para producir los efectos deseados en los públicos. Nada es casual, todo es causal. La censura en Twitter España es un hecho. La posible utilización de esos datos con fines político electoralistas por parte de Facebook, aún se dirime. A partir de la aceptación de las condiciones de uso de las App, los usuarios están a merced de los gestores de la Big Data de la que forman parte. Esto se comprueba cuando la información con la que se relata la actualidad sufre cortes, filtros, opacidad o, simplemente, se la sustituye por fakes news.

En esos casos, el contexto se construye a medida de los denominados niveles supraliminales de la alta dirección, inversores o jefaturas de redacción. Allí se lleva a cabo la definición de la Agenda Setting. En ese nivel se decide qué se publica, cómo se publica, cuándo se publica y cuánto se publica. El por qué se publica, permanece en el nivel reservado de la dirección de los medios.

Los mensajes basados en episodios de presuntos delitos económicos, o de uso inadecuado de los recursos propios de la función que desempeñen los rivales políticos forman parte de esta batalla para influir en la opinión pública tanto ocultándolo como destacándolo. Claro está que, una información de los manuales escolares errónea, en relación a nuestra historia desde el golpe de Estado franquista a la fecha, ocultando los doscientos mil españoles asesinados en las cunetas, fomenta distorsiones en la mente de los alumnos y ello deriva en la imposibilidad de que construyan un contexto comunicativo verdadero. Son víctimas de la mentira.

Es por esto que los portavoces y opinadores del statu quo franquista se permiten acusar al gobierno de coalición de ser bolivariano, comunista, iraní e ilegítimo. Parece ser que en eso coinciden todos los medios del statu quo. Obviamente, su pretensión es crear un contexto comunicativo que soliviante a las personas de este país. Al parecer no lo han logrado. Aunque seguirán intentándolo.

Estate alerta.

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