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Decenas de desahuciados culpan al Arzobispado de Madrid de una suculenta operación inmobiliaria

Cerca de 400 afectados por la venta de 14 inmuebles y 200 pisos de la fundación Fusara, tutelada por la Iglesia católica, imploran que no les echen de sus hogares

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Fusara es una fundación tutelada por la Iglesia católica que cuenta con una serie de inmuebles en propiedad –catorce bloques de viviendas en Madrid− que fueron donados en herencia por dos familias adineradas. El pasado 30 de julio los pisos fueron vendidos y a los pocos días los inquilinos empezaron a recibir diversas notificaciones en las que se les informaba de que debían ir preparándose para perder sus viviendas. Según los afectados, Fusara no les ha dado más detalles sobre la operación ni sobre la cuantía de la venta, y tampoco les ha comunicado si el dinero recaudado irá a parar a un gran centro de educación concertada, tal como ha trascendido.

Ayer, hartos ya de la situación de incertidumbre, medio centenar de afectados se manifestaron a las puertas del Arzobispado de Madrid, que tutela dicha fundación, para “pedir explicaciones y soluciones respecto a una operación que, dicen, puede forzarles a abandonar sus hogares”, según informa la agencia Efe.

En total se trata de unos 200 pisos que la Fundación de Santamarca y de San Ramón y San Antonio (Fusara) ha vendido a catorce sociedades que los inquilinos califican de “opacas”. Se da la circunstancia de que al patronato de la fundación pertenecen el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad Autónoma y la Delegación del Gobierno.

¿La Iglesia católica, el Ayuntamiento y el Gobierno regional detrás de una gran operación inmobiliaria con empresas poco transparentes que puede dejar en la calle a familias y personas de avanzada edad? Eso afirman los denunciantes. Entre los posibles desahuciados hay ancianos de más de 90 años, comerciantes que tienen alquilado su local de toda la vida en los bloques afectados, gente que lleva viviendo desde su niñez en esas casas de renta antigua y que ahora ve cómo quieren arrebatárselas sin más explicaciones.

Según Efe, el pasado 28 de septiembre, dos meses después de ejecutarse la operación inmobiliaria, “los vecinos empezaron a recibir burofaxes que les anunciaban la rescisión de sus contratos, cuya renovación, alegan, se les había garantizado”. Indignados, los afectados se plantaron ayer ante la sede del Arzobispado, junto a la Catedral de la Almudena, para exigir explicaciones y a ser posible una solución. En las pancartas de protesta podían leerse lemas como “No nos damos por vendidos” o “Nuestras rentas con finalidad social las manejan con usura para finanzas oscuras”.

Mónica Sévil, una de las perjudicadas por la operación y abogada encargada de las acciones judiciales emprendidas por los vecinos, explicó que los catorce inmuebles de Fusara fueron donados vía testamento años atrás, estableciéndose que con las rentas de los alquileres se financiaría un orfelinato para doscientas niñas huérfanas de Madrid. “Se están cargando directamente esta fundación, que tenía un fin tan necesario en estos días que hay tantos niños sin hogar, y por otro lado están dejando en la calle a doscientas familias por pura especulación”, añade la denunciante.

Los medios de comunicación informaban ayer de que los vecinos han presentado una querella contra Fusara por administración desleal y por negocio simulado, argumentando que la venta de los edificios supone la liquidación de facto de la fundación −lo cual requeriría otra tramitación legal−, y obvia el fin social y sin ánimo de lucro con el cual se donaron los inmuebles en su momento.

Otro de los vecinos afectados, Jesús, ha asegurado que las sociedades compradoras de los edificios han planteado como “una decisión irrevocable” la rescisión de los contratos de los actuales inquilinos, algunos de los cuales ya han abandonado sus viviendas. “Queremos pedirle al arzobispo que nos reciba y nos explique el porqué de la venta de estas edificaciones”, ha alegado el vecino, que lamenta que ni el Ayuntamiento ni la Comunidad de Madrid “se hayan pronunciado” sobre esta operación ni hayan dado una contestación a las solicitudes de información de los afectados.

Semanas atrás, fuentes del Arzobispado aseguraron a Efe que los inquilinos con contratos temporales no serán desalojados hasta julio de 2020, mientras que los contratos indefinidos se mantienen, ya que el comprador “adquirió los inmuebles con sus inquilinos” dentro.

Según el diario El País, los 400 afectados por la venta de los 14 inmuebles de Fusara han pedido a los ocho miembros del Patronato de la fundación que anulen la operación urbanística. En una carta enviada a distintos medios de comunicación los vecinos solicitaron al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; a la delegada del Gobierno, María Paz García Vera; a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso; al alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida; al consejero de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad, Alberto Reyero, y al presidente del Tribunal Superior de Justicia, Celso Rodríguez, que inicien las acciones necesarias para instar a la nulidad de la venta.

“La venta del patrimonio urbanístico de la Fundación Fusara vulnera la voluntad expresada en su testamento por las fundadoras de la fundación y pone en peligro su objeto social: que nuestras rentas ayuden a niños y niñas huérfanos, sin recursos y en riesgo de exclusión, una labor que llevaba desarrollándose con éxito durante 95 años y que avalan los resultados de las cuentas anuales de Fusara”, explican los inquilinos en su misiva a las autoridades.

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2 COMENTARIOS

  1. ¡Vaya con el cardenal Osoro, el llamado «hombre del papa Francisco en España»! Parecía que la era rouquiana se había cerrado con él, que su talante y su ansia lucrativa no coincidían con los del omnímodo predecesor tan nefasto, que condujo a la Iglesia española a los tiempos pretaranconianos del nacionalcatolicismo…Tal vez pese la herencia de los veinte años del pontificado del cardenal gallego y de sus turbios negocios y empresas inmobiliarias para que un hombre como Osoro muestre este proceder tan poco esperado y esperable en él. Quién sabé quién o quiénes se hallarán tras estos tejes manejes impropios de la Iglesia que desea Francisco.

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