Todo parece indicar que las tan anheladas primarias para elegir Secretario General en el PSOE se van a celebrar y, lo que a prirori tendría que ser la solución para que de este proceso salga el socialismo reforzado con un líder respaldado por la militancia e ilusionante para el electorado, puede que no suceda; y ello debido al poco depurado sistema de elección y al escaso espíritu democrático de algún personaje que sostiene la sartén.

La preocupación de los afiliados por comprobar que se les pasa la cuota y no adquirir la condición de simpatizantes morosos sin derecho a decidir, la intranquilidad que provoca el menor atisbo de sospecha de manipulación de censos, la ansiedad que producen las amenazas veladas que algunos compañeros reciben, la inquietud con la que todos miramos al futuro en el PSOE, pone de manifiesto que el aparato, a día de hoy, no es de fiar.

En este momento, dos son los candidatos que formalmente han dado el paso, y una que se supone lo dará en breve, ya que no se entendería que se haya liado este dislate para que la que hoy preside la Junta de Andalucía se quedara en Sevilla siendo como son de dominio público, sus ganas casi incontenibles de llegar a Ferraz como primer paso para sentarse en el Congreso de los Diputados.

Para este viaje, Susana Díaz cuenta, además, con amigos y compañeros de viaje como Abel Caballero, Alcalde de Vigo y Presidente de la FEMP – esto último debería agradecérselo al entonces Secretario General, Pedro Sánchez – que con partidas presupuestarias asignadas a los grupos socialistas en algunas de las Instituciones de Pontevedra donde el PSOE gobierna, en este caso se van a dedicar a sufragar parte de los gastos del acto del día 11 en Madrid como así ponía en evidencia las explicaciones públicas que dieron componentes de su Ejecutiva y equipo.

Los gastos de viaje de los Alcaldes y compañeros, en muchos casos coaccionados, que asistirán al pretendido baño de masas que ansía darse la compañera Susana, y que vaticinan los gurús de la política, será un éxito al menos cuantitativo para la que podemos llamar precandidata, en algunos casos, serán pagados con peculio público que, aunque posiblemente sea legal, se me antoja falto de ética y estética.

Aunque los medios de comunicación estén dando poca cobertura a la precampaña de primarias, todos estamos informados de las mareas humanas que asisten a los actos de Pedro Sánchez, algo que los socialistas no veíamos desde hace muchos años; el grado de ilusión, emoción y esperanza que provoca el ex secretario general del PSOE no lo provoca ninguno de los otros dos precandidatos ni a mi entender nadie que se presente a este proceso. Los militantes y simpatizantes socialistas pagan de su bolsillo viajes, estancias y comidas para poder escuchar y arropar al que con toda claridad es el candidato de la militancia.

El montaje que Abel Caballero preparó, viciando el legítimo uso de una Institución como la Federación Española de Municipios y Provincias, en contraposición a los actos a los que la militancia acude con energía, nos deja meridianamente claro cuál es la batalla que se está librando en el seno del PSOE: los cuadros políticos tienen su candidata, las bases el suyo. Lo que me sorprende es que algunos no caigan en que, aunque con muchos defectos, en las primarias votamos todos y las matemáticas son una ciencia exacta.

Estos días me daba cuenta con suma tristeza de lo conscientes que somos los militantes de las maniobras del aparato, conscientes de juegos de fontanería mayor que las bases resignadas observábamos y asumíamos con normalidad.

El que las bases socialistas despertaran del letargo al que nos sometieron de manera fría y calculadora durante décadas, pienso que es lo único que puede salvar de la desaparición al partido que con sus siglas e ideario (en el papel al menos) nos representó a generaciones durante casi 140 años. Es curioso el cambio de papeles; antes, la responsabilidad recaía en los cargos orgánicos e institucionales, hoy a mi juicio, los que tenemos la responsabilidad de recuperar la credibilidad de los ciudadanos en el Partido Socialista somos los militantes, que con nuestro voto y palabra tenemos que elegir lo mejor para el socialismo en nuestro país.

2 COMENTARIOS

  1. Caballero le debe el puesto a P. Sánchez en la F.E.M.P. te pongas tú cómo te pongas y el puesto de alcalde a militantes y votantes socialistas, precisamente los que el desprecia cada vez que abre la boca.Pero eso lo comprobará en las próximas elecciones.

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