Tras conocerse la nominación oficial al Premio Nobel de la Paz 2023 por parte de tres parlamentarios centroamericanos del español David Balsa, la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris y, la líder ecologista, Laura Zúñiga, Diario16 recoge las declaraciones del español en una entrevista. El pasado 17 de octubre se anunció en Managua (Nicaragua), a través de una carta oficial dirigida al Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, por parte del Presidente de la Corte Centroamericana de Justicia, Cesar Ernesto Salazar, el nombramiento de David Balsa como Enviado Especial de la Presidencia de la Corte Centroamericana de Justicia para Naciones Unidas.
En su haber destacan más de dos décadas de experiencia en tareas diplomáticas y de cooperación sobre el terreno en Centroamérica, Caribe, Balcanes, Cáucaso, África Oriental, Medio y Extremo Oriente. Mantuvo reuniones con el presidente Yasser Arafat en Ramal – en pleno cerco israelí sobre la Mukata, la residencia del líder palestino – y denunció en su capital, Yakarta – en plena dictadura militar – los crímenes de los generales indonesios en Timor Oriental.
Estos precedentes sumados a sus denuncias – sobre el terreno – en las guerras de Irak, Kosovo o Macedonia, en defensa de la población civil le han granjeado el respeto de los gobiernos e instituciones en sus diversas responsabilidades institucionales y diplomáticas sucesivas en Bruselas, en las capitales centroamericanas y desde 2021 en Nueva York.
En una anterior entrevista se exponía que usted se ha internado en zonas en guerra que la mayoría de las personas no se atreverían ni a sobrevolar. Entre otras Balcanes, Cáucaso, Medio y Extremo Oriente. Asumir la tarea de ser el Enviado Especial de la Presidencia de la Corte Centroamericana de Justicia para Naciones Unidas desde luego parece también una prueba de valor en una región golpeada por los carteles y la violencia. Su nominación al Premio Nobel de la Paz junto a la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris y, la activista medioambiental, Laura Zúñiga Cáceres, parece obedecer también a estos antecedentes además de a su reconocida labor contra la impunidad y los feminicidios en la región ¿Cuál es su labor actual en la Corte Centroamericana de Justicia?
La Corte Centroamericana de Justicia fue constituida en 1992 tras la firma de su estatuto en una Cumbre en Ciudad de Panamá por los ocho presidentes del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) – Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Republica Dominicana -. Ha realizado una tarea excepcional y no suficientemente conocida en el exterior de Centroamérica, en especial en la UE y Estados Unidos. Es un honor representarla en su objetivo de reforzar su colaboración con Naciones Unidas.
Algunos países de la región tienen tasas más altas de homicidios que paises actualmente en guerra. Varios fiscales y jueces han huído de sus países por temor a represalias tanto de los cárteles como de los gobiernos. ¿No tiene miedo ante posibles amenazas?
La Corte Centroamericana de Justicia está conformada como un tribunal regional, con seis magistrados y juristas de prestigio internacional, para garantizar el cumplimiento de los tratados fundacionales del SICA así como dar una tutela judicial efectiva en Centroamérica. Entre sus méritos, se encuentran sus capacidades para formar a magistrados y fiscales de los estados nacionales, así como reconducir las tensiones de toda índole – incluidos los litigios fronterizos heredados de la época de la independencia – entre los estados. Se trata de una institución fundamental de la región que hay que fortalecer y preservar.
Insisto ¿No tiene ninguna preocupación? En Washington hay varias decenas de jueces y fiscales exiliados ante las amenazas de los carteles y el crimen organizado. Varios de ellos han denunciado su desprotección por parte de algunos de los gobiernos del área…
Nadie va intimidar a la Corte Centroamericana de Justicia en sus tareas. Los magistrados ya han demostrado su independencia en sus múltiples sentencias que han contribuido a reforzar la integración regional, así como a conseguir una Centroamérica más segura. En todo caso lo que sí que es preciso, es reforzar con medios materiales y humanos tanto a la Corte Centroamericana de Justicia como a los tribunales nacionales. Las instalaciones de la CCJ en Managua están preparadas para formar y capacitar a magistrados y fiscales en todos los ámbitos (criminalidad organizada, género, derechos humanos, derecho comunitario, medio ambiente, etc.).
Usted ha sido uno de los altos funcionarios en la región que ha defendido en público a la Vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y su iniciativa del «Plan Centroamérica». Precisamente los parlamentarios centroamericanos que han promovido esta candidatura han destacado el «Plan Centroamérica» como uno de los motivos de la inclusión de la Vicepresidenta Kamala Harris en esta triple candidatura. ¿Cual es la razón de su apoyo a la iniciativa de EEUU?
Todas las iniciativas a favor de Centroamérica – y esta sin duda lo es – deben ser bien recibidas. En este caso viene además de una nueva administración en la Casa Blanca que ha manifestado en reiteradas ocasiones que desea establecer una relación «de igual a igual» con los pueblos de Centroamérica. Es un cambio de agradecer respecto a la administración Trump, que suspendió la cooperación – hablamos de hospitales, escuelas, juzgados y carreteras -, con los países de Centroamérica que se negaron a adoptar sus draconianas políticas migratorias. Creo, firmemente, que la Vicepresidenta Kamala merece la oportunidad de ser escuchada. Ella es una amiga sincera de Centroamérica.
¿Qué papel puede jugar la Corte Centroamericana de Justicia en la reconstrucción de Centroamérica?
Un papel de primera magnitud. Sin seguridad jurídica – tanto entre los ciudadanos como entre los estados – no se podrá construir nada perdurable en la región. Centroamérica – lo hemos repetido muchas veces – necesita ayuda ahora, no en la próxima década. Por eso es fundamental reforzar la justicia regional y la CCJ así como dotar de medios a los jueces y fiscales de todos los estados de la región. Confiamos en la cooperación internacional para avanzar en una agenda de modernización y profesionalización de la justicia.
Usted se ha visto recientemente con el Vicepresidente de Guatemala Guillermo Castillo ¿Cuánto más se demorará el nombramiento de los magistrados guatemaltecos a la CCJ? Han aparecido también nuevos datos sobre el asalto e incendio en 2020 al Congreso de Guatemala ¿qué opinión le merecen?
El asalto e incendio del Congreso de Guatemala fue un acto incalificable e inaceptable. Demuestra una vez más la necesidad de fortalecer la justicia regional y nacional para dar adecuada respuesta a estos desafíos, no solo en Guatemala, sino también en otros países. Respecto al nombramiento de los jueces del estado de Guatemala confiemos en que pronto y, en el propio interés de Guatemala, principal país por población y economía de la región, se produzca.
Usted ha sido muy firme en exigir la continuidad de las investigaciones sobre el asesinato de la activista medioambiental, Berta Cáceres. Precisamente una de sus hijas, Laura Zúñiga, es una de las nominadas en esta candidatura al Premio Nobel de la Paz ¿Qué puede aportarnos al respecto de la evolución del caso de Berta Cáceres?
Hay cuestiones muy graves sin resolver aún en el asesinato de la líder medioambiental, Berta Cáceres. Puede que parte de los autores materiales de este crimen horrendo hayan sido juzgados y sentenciados, pero es obvio que los autores intelectuales no han afrontado sus responsabilidades. Estoy convencido que la fiscalía hondureña va a reabrir este caso. No podemos permitir la impunidad. Si la permitimos alentamos a otros asesinatos de líderes sociales, campesinos y de los pueblos originarios.
Usted ha ejercido anteriormente responsabilidades muy destacadas en instituciones internacionales. Tanto en las capitales centroamericanas, en Bruselas como en Nueva York. Su desempeño en Nueva York ( 1 septiembre 2021 – 23 de agosto de 2022) como Enviado Especial de la Presidencia del Parlamento Centroamericano para Naciones Unidas ha sido ampliamente elogiado por su intensa actividad a favor de la integración regional, la cooperación entre estados e instituciones y, la defensa de los derechos humanos. ¿Qué espera en esta nueva etapa en Nueva York?
La entonces presidenta del Parlamento Centroamericano, Fanny Salinas – una de las fiscales más respetadas en Honduras y especializada en derechos humanos – me pidió asumir esta responsabilidad en Nueva York para hacer avanzar la agenda de la integración centroamericana en Naciones Unidas. Fue un honor trabajar con ella en una agenda multilateralista e inclusiva – abierta a todos los estados e instituciones centroamericanos sin excepciones – para buscar apoyos de la Comunidad Internacional y elevar el perfil a nivel mundial de Centroamérica como un actor global. Con el Presidente de la Corte Centroamericana de Justicia, el magistrado Cesar Salazar Grande, uno de los juristas más reconocidos en Iberoamérica, los objetivos son muy similares pero centrados en el área de la justicia, tanto para estados como para ciudadanos, las estrategias de fortalecimiento de las instancias judiciales en la región; la formación de magistrados y jueces, especialmente en áreas como derechos humanos y feminicidios, así como la cooperación con los estados e instituciones amigas de la CCJ y Centroamérica. Creo que haremos avanzar la agenda judicial centroamericana y conseguiremos más apoyo para la tarea de los jueces y magistrados – tanto de la CCJ como de los tribunales nacionales. Necesitamos más magistrados, mas juzgados, más recursos humanos y materiales y, sobre todo fortalecer la independencia judicial y la lucha contra la impunidad. En estos temas no va a haber concesiones. Necesitamos una Centroamérica segura para las mujeres, los líderes sociales, los pueblos originarios y los colectivos más vulnerables. En esa tarea la Corte Centroamericana de Justicia es un referente y modelo para todos los estados de la región.
