Mi hijo no ha sido aceptado en el primer colegio que hemos solicitado, pero tampoco en los siguientes: todos tienen una larga lista de espera, ya que la Comunidad de Madrid o no les permite abrir nuevas aulas o los han masificado de tal manera que han tenido que quitar bibliotecas, pasillos, salas de reuniones y aulas de desdoble para acoger a todas las líneas de las que disponen, y ni aún así pueden absorber toda la demanda. Es un proceso muy opaco y discrecional. Dentro de unos días, nos darán a elegir entre los colegios que tengan plazas libres, lo que probablemente incluya varios colegios concertados, de ésos que separan niños de niñas, se reza todos los días y se va a misa a menudo”.

De esto se queja Julián Clemente, en una carta que ha sido publicada por la cadena SER.

Hay un fallo en la carta. Yo me encontré en su misma situación, de lo que deduzco que Julián Clemente vive en un barrio de la zona sur de Madrid. En zona norte habría podido escoger colegio.

Si vive en zona sur, no va a tener un ratio de 20 alumnos por aula. Va a caer en un concertado de 30-35 alumnos por aula. No va a haber separación de niños y niñas y puede estar tranquilo, que habrá inmigrantes en su colegio (47 nacionalidades en el de Allegra). Sí que tendrá una clase de religión. No le separarán a los niños por sexos. No habrá monjas ni curas, tendrán profesores laicos. La zona sur de Madrid no tiene ese tipo de colegios concertados que él describe. Y en la zona norte de Madrid no hay el más mínimo problema para acceder a colegio público.

La zona sur de Madrid (la línea divisoria es precisamente mi calle, Atocha) dista mucho de ser lo que la gente cree que es Madrid. En la ciudad de Madrid desde hace años hay más alumnos en la concertada que en la privada. Mientras que en los distritos del sur y el sureste la pública ha sufrido un auténtico naufragio por la falta de recursos y la concentración del alumnado más difícil, la zona norte no conoce ese problema. Además, la brecha se produce también en los propios barrios.

En el sur de Madrid hay centros escolares públicos que hacen de centros gueto,normalmente en barrios de rentas bajas como el mío, y  que concentran a la población en riesgo más vulnerable, haciendo su gestión insostenible por la falta de recursos y produciendo tasas disparatadas de abandono escolar. Los centros subvencionados de la zona sur absorben lo que queda de clase media en la zona. Precisamente porque nos encontramos en el caso de Julián: Al ser la renta el criterio de acceso, la clase media no entra en la pública, pues en el Sur mucha gente vive con la renta de inserción social. Madrid se ha convertido en la última década en la capital más segregada de Europa y en la segunda con mayor desigualdad social. El norte y el centro son como el salón de una casa donde todo se cuida y el sur es la buhardilla en la que guarda lo que no se quiere ver. Julián aún no ha metido al niño en el cole, pero yo le aseguro que en su centro concertado no va a  ser como él imaginaba. Y que en la escuela pública de su barrio tampoco estarán en condiciones de ofrecerle la educación pública, de calidad, que él sueña.

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