Un mes después de poner en barbecho mi startup, vuelvo a la apertura de puertas comerciales entre empresas (a comisión), y toca encontrar trabajos de consultoría estratégica, mentor o formador de emprendedores para afrontar tanto el presente, como para ir diluyendo la deuda que asumi como socio de mi sociedad limitada, donde las notas convertibles se evaporan como nuestros sueños, pero los préstamos convertibles a largo plazo, siguen vigentes, y en algún momento, habrá que devolverlos. Mi socio Jaime en Xaudable, vuelve al interiorismo y las reformas.
Cuando emprendía con Xaudable aprendí a no gastar, cambiando las cañas por paseos para redescubrir mi ciudad, y hacer la vida en digital pagando con mis patrones de comportamiento a las redes sociales. Ahora, toca reducir al extremo esos gastos fijos obligatorios.
Mis gastos fijos laborales se reducen a 50 € de la conexión digital, 40 € del hosting de mis webs, 50 € de la gestoría, 125 de recobro de la tarjeta de crédito del banco personal, que si algún mes me queda algo sin pagar, me acosan telefónicamente cada 10 minutos sus sabuesos. Que diferencia con nuestros empáticos amigos y familiares que nos prestaron muchos más dinero. ¿Por qué mi banco no se digitaliza y conecta su ERP entre sus clientes emprendedores innovadores y su fundación, que dice ayudar a emprendedores tramitando fondos europeos?
De esos gastos, los más vitales son los de la Gestoría, en mi caso, la de Yolanda y Emilia, siempre vigilantes a cuidar mis intereses, derechos y recordarme mis obligaciones legales y tributarias, al estar al tanto de las notificaciones electrónicas. Como el iceberg que acaban de otear, al parecer se me pasó pagar la cuota de autónomos de enero, y ellas. Si ya era una broma pagar 385 € como autónomo societario en una innovadora startup sin beneficios, ahora le ponen un recargo de 100 €. Y si no pago esa deuda con la seguridad social crecerá sin cruzarla con Hacienda.
Tras 16 años pagando las cuotas de autónomo, me doy de baja, al informarme mis gestoras que con darme de alta en Hacienda y mientras no llegue a facturar lo mismo que el salario mínimo interprofesional, no tengo obligación de pagar la cuota de autónomos. Por supuesto, que mi objetivo es triplicar el SMI lo antes posible, y pagar gustoso tanto las cuotas de autónomos, como lo que entienda Súper Rita (la IA de Hacienda), cuánto debo para aportar al bienestar público. Así como, poder acogerme a los 2.000 € del kit digital para validar una idea que se me acaba de ocurrir. Hay otros paise europeos que o bien pagas a posteriori o la cuota de autónomos es de dos cifras.
Así mismo, nos explicaron que al parar la actividad, la sociedad limitada se puede quedar en stand by sin necesidad de tener que cerrarla en la costosa notaría y asumir ya sus deudas. Eso sí, tenemos la obligación de presentar la declaración cada año, aunque esté parada. De la misma forma, al parecer tenemos derecho a la devolución del IVA del equipamiento comprado, en teoría en el próximo trimestre, pero sabiendo que Hacienda les requerirá la documentación, así que, se alargará a lo largo del año. También me han solicitado la ayuda única y puntual de 200 €, que todo ayuda. Pero me da que hasta que no pague los autónomos de enero, la bloquearan. ¿No sería más práctico que me dedujeran esa cantidad de los autónomos? Sería la primera ayuda de los Next Gen a la que opto.
Por eso, aprovecho mi columna para dar voz a quién si ayuda de verdad a los emprendedores, en este caso Yolanda y Emilia con dos preguntas:
¿Qué es lo más gratificante de tener una gestoría? Y ¿lo que menos?
Emilia: “Poder compartir con el cliente la ilusión de emprender su negocio, resolviendo las controversias que surjan, adelantándose a las mismas. Hacer crecer su empresa con todo lo que ello conlleva. Llevarle por el camino del éxito, ir juntos de la mano. Pero lo más gratificante es la confianza que deposita el cliente en ti, hace que tu trabajo esté sirviendo para algo. Nuestro trabajo depende de varios factores ajenos a nuestra voluntad, si algo sale mal hay clientes, pocos, que te hacen culpable de algo que no está en tu mano, eso es lo peor, sentirse, aun habiendo dado todo, que no hay ni un pequeño reconocimiento. Te acostumbras con los años, pero te deja mal sabor de boca”.
Yolanda: “Lo que más me gusta de mi trabajo es poder analizar cada caso concreto ofreciendo los recursos legales que puedan dar un mejor resultado fiscal. Evidentemente no siempre el empresario entiende que aunque la solución que le ofreces es la indicada para él «no queda otra que pagar». Después de casi 24 años de profesión no me acostumbro a tener que estar recordando a los clientes que realizar una actividad económica por cuenta propia exige una mínima implicación administrativa de orden y control de plazos fiscales. Tener que estar persiguiendo a los clientes para que te faciliten la documentación necesaria para poder liquidar los impuestos hasta casi el último día de plazo llega a ser humillante a veces porque te hace pensar que consideran que eres un servicio 24/7. Afortunadamente esto no es lo habitual y la relación que se forja con la mayor parte de clientes es de complicidad y colaboración mutua”
Gracias Emilia y Yolanda por ser como son, hacer lo que hacen, y sobre todo, por cómo lo hacen. Te reconozco que antes estaba en otra gestoria menos diligente y eso, cuando se innova es un handicap. Puede que en 2025 se derogue la presentación trimestral de los IVAS, como pasa en el resto de la Unión Europea, y así Yolanda deje de perseguir clientes.
Desde hace 25 años, cada lustro cambio de profesión y de sector, para seguir haciendo lo mismo, conectar necesidades con innovadoras soluciones. Y a mí, no se me caen los anillos en contarte que ahora toca remontar.
GO!
