La realidad supera la ficción . Quizá por eso, en principio, nadie sospechó del amable empleado de banca que llevaba las cuentas a una pareja de ancianos con solvencia económica. El suceso ha ocurrido en Las Palmas de Gran Canaria.A punto ha estado de ser el crimen perfecto. Hasta que la realidad ha hecho saltar todo el plan por los aires.
Han tenido que pasar seis años para la detención de este empleado de banca, que supuestamente mató a la pareja de personas mayores para quedarse con su dinero.
Lo que hoy en el entorno familiar manejan como una certeza fue, el pasado viernes 26 de enero, una revelación asombrosa, un mazazo que le provocó a su hija y el resto de la familia un impacto del que no logran superarse: El amable Rogelio, el subdirector del banco, había sido detenido como sospechoso de los asesinatos de Antonio y Ana María para sorpresa de sus allegados.
La pareja tenía 76 y 74 años cuando, el 6 de marzo de 2012, fue vista por última vez en una churrería que solía frecuentar y de la que salió con intención de visitar una tienda de audífonos a la que nunca llegó. Durante cinco años y cinco meses, la incansable búsqueda de la familia y los vecinos fue totalmente infructuosa y el caso parecía condenado al cajón de los que nunca se resuelven.
Hasta que el 20 de agosto de 2017 una perrita podenco que estaba de caza desenterró un hueso humano en un barranco de la localidad de Agüimes, 40 kilómetros al sur de Las Palmas, y se lo llevó a su dueño. Éste excavó un poco más y dio con un cráneo. Los cadáveres llevaban las ropas que vestían Antonio y Ana María el día de su desaparición, las gafas, la prótesis de cadera de ella e incluso estaba la documentación. La autopsia confirmó las evidencias.
El detenido, ex empleado de una sucursal bancaria situada en la ciudad de Telde, ha sido identificado con las iniciales R.S.T. y está acusado de dos delitos de asesinato. El magistrado instructor ha declarado secretas las actuaciones.
