La Fiscalía y el Juzgado de Instrucción Número 2 de Avilés investigaron durante meses un inmenso agujero en las cuentas de la Fundación Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer del Principado Asturias. Hoy el caso está en la Audiencia Provincial de Oviedo, donde se han celebrado cinco sesiones y el asunto avanza al ralentí.

El ex director general del complejo cultural de Avilés, Natalio Grueso, afronta una pena de once años de prisión. Junto a él están implicados un agente de viajes, un ex secretario de la Fundación y la ex mujer de Grueso, entre otros. En la vista oral, que se prolongará hasta julio, declararán como testigos responsables políticos de la Consejería de Cultura del Principado, del Ayuntamiento de Avilés y del Puerto en el año 2011, cuando se iniciaron las investigaciones tras las irregularidades detectadas.

La Fundación se creó para exponer al mundo la relación directa que hay entre las artes, las ciencias y el respeto a los derechos humanos y sociales, con el desarrollo justo y equilibrado de los pueblos, orientando sus contenidos a la promoción y difusión de los altos valores e ideales que los premiados Príncipe de Asturias representan. Entre sus objetivos estaba contribuir a la promoción de la cultura y de la educación como elementos indispensables para alcanzar la paz, luchar contra la pobreza y fortalecer los derechos humanos. Sin embargo, por lo visto alguien debió pensar que aquella institución podía servir para algo más: una especie de agencia de viajes de lujo para recorrer el mundo a costa de lo ajeno.

Según el fiscal, los gestores del centro se concertaron para crear unas “facturas totalmente falsas” y otras con alteración sustancial de sus conceptos, lo que permitía que “unas no se reflejasen en las cuentas anuales y otras se reflejasen bajo conceptos ficticios”. El fiscal ha detectado facturas en hoteles y viajes de lujo, tarjetas de crédito, alquiler de coches y gastos superfluos en lugares como Nueva York y Tailandia.

Por ejemplo, la factura mensual agrupada bajo el número 907-041533C, emitida el 28 de febrero de 2007, recoge dos cargos por vuelos de avión (Oviedo-Madrid-Nueva York y Nueva York-Madrid-Oviedo) por un total de 3.330,85 euros y a nombre de un pasajero cuando realmente ese viaje lo hizo otra persona. También se han detectado viajes a Tailandia, donde con la tarjeta de la Fundación se abonaron costes por 581,84 euros. Del escrito del fiscal se desprende que esas prácticas eran habituales, de tal forma que la institución pudo despilfarrar cantidades millonarias en esos viajes.

En los desplazamientos tampoco faltaba la buena mesa y durante una estancia en Barcelona se efectuó un cargo en una tarjeta por 617,61 euros por consumo en el Restaurante Botafumeiro. Vuelos en avión y viajes vacacionales han sido investigados por la Fiscalía, que cree que los gestores del centro habían convertido la Fundación en una especie de agencia de viajes de lujo.

Por ejemplo, se ha acreditado una estancia en el hotel Intercontinental París el día 6 de diciembre de 2007, abonando la Fundación el coste por 830,00 euros. La Fundación también corrió con los gastos de vuelos y estancia en Venecia, México y Niza y no faltaron viajes para las familias de los acusados, entre ellas la madre y abuela de uno de ellos. También consta un viaje familiar a Silverstone (donde se encuentra el circuito de Fórmula I, del 19 al 22 de junio de 2009.

Los acusados confeccionaron una serie de facturas por las que se “cargaba” a la Fundación todos los gastos, según el escrito de acusación. Las facturas así confeccionadas eran giradas contra la Fundación que, al no existir mecanismo alguno de control interno, procedió a pagarlas por importes elevados.

Igualmente, “a fin de no destacar los costes reales que para la Fundación tenía el apoyo económico a la película de Woody Allen Vicky Cristina Barcelona procedieron a destruir las facturas originales”, sustituyéndolas por facturas que no responden al texto de facturación propio de dicha mercantil.

La cuenta de resultados arrojó unos gastos gigantescos en varios ejercicios. Solo en uno de ellos, del total facturado (391.399,71 euros) la Fundación únicamente pagó 113.377,61 euros, por lo que dejó de pagar a cierre del ejercicio 278.022,10 euros, lo que permitió presentar, como resultado del ejercicio, una cuenta de pérdidas y ganancias del 2007 con un superávit de 229.730,45 euros, que no respondía a la realidad. La totalidad de los ingresos de la Fundación en tal año (1.000.051,59 euros, a excepción precisamente de los 52,59 euros provenientes de intereses) fueron provenientes de Administraciones Públicas, en concreto, a través del Principado de Asturias que, vía subvención finalista aportó 500.000,00 euros; del Ayuntamiento de Avilés, con 250.000,00 euros y de la Autoridad Portuaria de Avilés, con 250.000,00 euros.

Las cuentas de este ejercicio 2007 fueron presentadas, “siendo consciente de que no respondían a la imagen real de la Fundación y que presentaban conceptos y explicaciones que no respondían a la realidad”,  por la dirección general al Patronato de la Fundación en la reunión celebrada el día 2 de febrero de 2009 en el salón Galiana del Hotel Palacio de Ferrera, en Avilés. A dicha reunión asistieron personalmente los patronos, el secretario y el propio director general. Las cuentas fueron aprobadas por unanimidad y decenas de facturas supuestamente manipuladas se dieron por buenas.

Los  hechos son constitutivos de los delitos continuados de malversación de caudales públicos, falsedad en documento mercantil y oficial, delito societario, insolvencias punibles y estafa. El fiscal pide diversas penas que pueden ir más allá de los 6 años de prisión.

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