Ayer, Diario16 se hacía eco de la denuncia de monseñor Agrelo sobre la falta de información de lo que sucede con los inmigrantes que intentan entrar en España a través de la frontera de Ceuta. Según contó a este diario, los inmigrantes le informaron de dos muertes tras el intento de entrada de la pasada Nochevieja. Dos personas que para Marruecos y España no existen.

Tras su denuncia, este diario quiso saber más sobre cómo viven estas personas en suelo marroquí y así lo contó el religioso.

 

¿Es la primera vez que le hablan de muertos?

No, el año pasado por estas mismas fechas hubo dos muertos en el campamento. Aquella vez fue por asfixia dentro de una cueva. Tampoco entonces hubo información y me enteré por los inmigrantes.

 

¿A qué problemas se enfrentan estas personas a diario?

Los inmigrantes tienen muchísimos problemas, pero el fundamental es la falta de información sobre ellos y su situación. Cuando uno dice inmigrante, uno entiende enseguida que es un chico o una chica sin papeles, ilegal, irregular… Empezamos a darles una montaña de nombres que los sitúan al margen de cualquier derecho y eso justifica dejarlos de lado, abandonados donde están. Los periodistas son los únicos que pueden contribuir a dar voz a estos chicos para cambiar la situación.

 

¿Qué ocurre con aquellos inmigrantes que son interceptados por la policía marroquí cuando un salto fracasa?

Cada vez que se da un intento de paso, aquellos que son arrestados por las fuerzas de seguridad, en este caso, aquí en Marruecos por las Fuerzas Auxiliares del ejército, son trasladados a ciudades del centro-sur del país. Nosotros no preguntamos en los campamentos más allá de cuántos son y qué van a necesitar. Pero si me dicen que ha habido dos muertos, he de denunciarlo para llamar la atención de quienes tienen la responsabilidad de recoger la información para que busquen, se preocupen por qué hay detrás de esta información.

 

Las autoridades españolas hablaron de violencia extrema y organizada y de un gendarme marroquí herido.

La Delegación del Gobierno en Ceuta informó el lunes que había un herido entre las fuerzas armadas marroquíes y me preocupé por ello, y pregunté a los inmigrantes por ese soldado. Mi gran sorpresa fue que me dijeran: “¡No! Quien ha perdido un ojo es un inmigrante camerunés, no un soldado”. Me llamó muchísimo la atención que hubieran herido a un soldado, porque entonces, para los inmigrantes sería el fin. Si un día un inmigrante infligiera una herida grave a a algún miembro de las fuerzas del orden marroquíes, ese día estarían perdidos. Su fuerza es, precisamente, la debilidad. Ellos no tienen ni la capacidad ni la voluntad, gracias a Dios, de hacer ese daño.

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¿Cuándo empezó a asistir a los inmigrantes?

Mi relación con los inmigrantes empezó sin querer. Llegué aquí en 2011. Me los encontraba por los caminos y yo iba con el coche y, claro, les daba todo lo que llevaba. Pero entendí enseguida que había que regularizar las ayudas y contactar con ellos. Nos hicimos con contactos telefónicos para localizar los bosques donde están los campamentos y empezamos a ir todas las semanas. Y es nada. En un coche caben los productos básicos para una semana para 1.000 personas. Lo importante es estar con ellos, que vean que no todo el mundo está contra ellos.

 

Entonces, la población digamos “estable” en estos campamentos no va más allá del millar de personas.

El número de inmigrantes en los bosques cambia cada semana. Tras el último intento de salto, no sabíamos si íbamos a encontrar a alguno, porque después los deportan a centenares. Por otro lado, ya sabemos que vamos a encontrar más vigilancia, más presencia de las fuerzas del orden en la autovía y en el mismo bosque.

Los inmigrantes no son un problema para nadie. Los gobiernos son un problema para los inmigrantes

¿Qué medida cree usted que debería tomarse para evitar esta situación deplorable?

Voy allí con alegría para ayudarles, pero no puedo evitar salir con más preguntas que cuando entré. Y pienso que no tengo la respuesta. Esta situación no tiene salida. Sólo los gobiernos pueden dar una salida. Los marroquíes que dejan agua y alimentos en la autovía, la Iglesia… Podemos estar presentes y hacerles sentir que hay alguien con quien contar, pero no está en nuestras manos poder abrirles un camino. Eso han de hacerlo las leyes. De hecho, los poderes están cerrando los caminos. Los inmigrantes no son un problema para nadie. Los gobiernos son un problema para los inmigrantes.

me hace sospechar que pasan cosas de las cuales se avergüenza más de una persona

¿Qué opina de la opacidad informativa del Estado español?

Me asombra que un país como España imponga y a la vez tolere con absoluto silencio informativo. Esta tarde paseaba por casa y me asombraba pensar que las mismas alcantarillas del estado que fueron capaces de controlar el terrorismo de ETA, donde se permitió todo, ahora se usen para controlar una montaña de chicos cargados de ilusión, por una parte, y castigados a unos sufrimientos atroces todos los días. Contra ellos se mueve un Estado que además crea un silencio informativo sobre las fronteras. No lo puedo entender. No me parece democrático, ni sensato, ni razonable. No se respeta el derecho de los ciudadanos a ser informados de lo que pasa en sus fronteras. Y eso me hace sospechar que pasan cosas de las cuales se avergüenza más de una persona.

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