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Consecuencias de ésta pandemia del coronavirus

Antonio Aguado
Antonio Aguado
Militante de los sindicatos ingleses (Trade Unions) desde 1971 y hasta mi regreso de Londres en 1976. Afiliado a la UGT y al PSOE en Londres desde junio de 1972. Cofundador y coordinador sindical de la F.A.E.E.R.U. (Federación de Asociaciones de Emigrantes Españoles en el Reino Unido). Fundador de la cooperativa de servicios PAILARCA (Pablo Iglesias-Largo Caballero). Miembro de los dos primeros comités regionales del Partido Socialista Canario -PSOE- 1977-1985 y por esas mismas fechas, miembro de las primeras ejecutivas insulares de Gran Canaria del PSOE y de la UGT. Cofundador en 1980 de Izquierda Socialista y su coordinador en Gran Canaria hasta 1989. Miembro del primer Consejo Federal de la Emigración del PSOE. Presidente del 1er. Comité de Empresa por la UGT del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. Concejal de deporte y de los distritos: Isleta, Santa Catalina y Guanarteme del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, legislatura 1983.1987. Miembro de la Comisión Permanente de Deporte de la FEMP (Federación Española de Municipios y provincias) y del pleno del CSD (Consejo Superior de Deporte). Cofundador en 1991 de la Fundación Juan Negrín y su secretario durante 23 años (hasta 2014).
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análisis

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Dentro de la gravedad de la pandemia del coronavirus, existe una consecuencia positiva para cuando ésta llegue a su término  se tenga en consideración. Ha sido, que debido al confinamiento al que nos hemos visto sometidos y al escaso uso del contaminante transporte, el medio ambiente atmosférico y acústico ha mejorado considerablemente.

Actualmente el 54,3% de la población mundial se concentra en zonas urbanas, municipios y grandes ciudades y se estima que para el año 2050 será del 66% y por la experiencia vivida, hay que procurar que la vida tanto en núcleos rurales y urbanos por su gran concentración de habitantes sea cada vez más digna y saludable.     

Sigue siendo el medio ambiente la gran asignatura pendiente y la que podrá incidir más que ninguna otra en la supervivencia de nuestro planeta. En ese sentido y al terminar la actual pandemia, será ésta la principal crisis que debemos con todas las consecuencias abordar. Hasta ahora las diversas cumbres del cambio climático organizadas por las Naciones Unidas, que desde 1995 en Berlín han venido celebrándose anualmente, la última ha sido en Madrid entre los días 2 al 13 de diciembre del pasado año, no han sido muy efectivas incluidas las de más repercusión como la de Kioto de diciembre de 1997 y Paris de noviembre-diciembre de 2015, pues sus conclusiones y medidas adoptadas no se están llevando como se  debiera a la practica.

Algo que nos ha enseñado ésta pandemia, es que los presupuestos y recursos económicos de todas las naciones, sobre todo las más ricas, fundamentalmente deben destinarse a la protección del medio ambiente, la sanidad, servicios sociales, educación, cultura, ciencia y tecnología.

Estamos comprobando los efectos tan negativos que venimos padeciendo por la reducción de los presupuestos en servicios esenciales como la sanidad y socio sanitarios. Complicándose mas aún como consecuencia de en gran medida ser los mismos privatizados por las instituciones públicas a las que pertenecen o al menos sus servicios sin que se les haga a éstos ningún seguimiento ni control, cuando han sido transferidos a empresas privadas que los han venido prestando muchas de ellas con muy graves deficiencias y lamentable trato a las vulnerables personas mayores residentes.

Es de esperar que la falta de atención de nuestras ancianas y ancianos en las residencias que no les atendían o lo hacían muy deficientemente, no quede impune y se exija las responsabilidades que correspondan. El total de fallecimientos hasta el pasado sábado 9, era de 26.478, siendo el porcentaje más elevado de 17.665 el de personas mayores alojadas en residencias sobre todo privadas, que han visto en éste sector una fuente de negocio e ingresos empresariales, incluso por empresas especuladoras venidas del extranjero. Se hace necesario erradicar estas prácticas y potenciar la sanidad y los servicios socio sanitarios públicos.

Éste virus covid-19 no ha tenido fronteras y en su ataque no ha discriminado a nadie como se ha podido comprobar, en casos muy significativos como entre otros, los del príncipe Charles de Inglaterra y el propio primer ministro Boris Jhonson. Sus efectos igualmente le afecto con resultado de fallecimiento al presunto torturador franquista Juan Antonio González Pacheco conocido como Billy el Niño, a quien ningún gobierno desde el advenimiento de la democracia había juzgado. Se podría esperar de los gobiernos de derecha empezando en su momento por la UCD y posteriormente por el PP, ya que éste indeseable personaje sintonizaba con ésta ideología. Pero probablemente por falta de voluntad política, desidia  o dejadez los gobiernos socialistas, incluido el actual de coalición con Unidas Podemos, no han puesto todo el empeño necesario para en principio retirarle todas sus  condecoraciones y también juzgarlo.     

El riesgo mayor lo tiene las personas modestas, ya que siendo sus viviendas más reducidas la probabilidad de contagio es más elevada. Algo que también se ha comprobado es en lo concerniente al curso escolar, que afecta fundamentalmente a las y los estudiantes más humildes y es que el confinamiento ha obligado a seguir las clases e incluso someterse a los exámenes vía online. Pero claro está, quienes por los medios necesarios (ordenador o tablet) se lo pueden permitir. Otro motivo más en detrimento de los y las estudiantes de familias más desfavorecidas y que les afecta en su rendimiento, en consecuencia en un mayor fracaso y abandono escolar.

Dentro de la Unión Europea, España será de los países más afectado por la crisis económica derivada de ésta pandemia y sino hay complicaciones y no se produce ningún rebrote que lo complicaría todo, la recuperación económica se estima empezará a partir del 2023, empezando a descender el paro del 16 % a final de 2022, después de haber llegado al 19% y 17,5% durante éste año y el próximo respectivamente y la deuda pública, no se podrá reducir por debajo del 90% en los próximos cinco años..

No queda más remedio y tendremos que ajustar muy bien los gastos y también poner en practica formulas de ahorros, lógicas y justas a tener en consideración, como disolver instituciones inútiles pero muy costosas en su mantenimiento: Senado, diputaciones,  Consejo de Estado, consejos consultivos, tribunales de cuentas, Defensor del Pueblo y sus homólogos de comunidades autónomas o nacionalidades, asesores, etc. Reducir el elevado numero 8.131 de municipios y configurar entre ellos mancomunidades para mejorar y abaratar las prestaciones de servicios.

No sería de extrañar que cuando menos lo esperemos vuelva de nuevo otra pandemia y es de esperar, que hayamos aprendido la lección que nos ha dado ésta y en su caso, la podamos afrontar con más y mejores garantías.

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