viernes, 29marzo, 2024
10.9 C
Seville

Confinamiento

David Almorza Gomar
David Almorza Gomar
Profesor Titular de Universidad de la Universidad de Cádiz, en el Departamento de Estadística e Investigación Operativa, adscrito a la Facultad de Ciencias del Trabajo. Ha sido Vicerrector de Alumnos de la Universidad de Cádiz (desde el año 2003 hasta el 2013) y Vicerrector de Responsabilidad Social y Servicios Universitarios de la Universidad de Cádiz (desde 2013 hasta 2015). Durante estos doce años, ininterrumpidamente, ha tenido entre sus competencias el Área de Deportes de la Universidad de Cádiz. Ha promovido la creación del Aula Universitaria de Fútbol de la Universidad de Cádiz, y en estos momentos ocupa el cargo de Director del Aula de Fútbol. Tiene el título de Entrenador Nacional de Fútbol con Licencia UEFA-PRO. Ha entrenado en las categorías Infantil y Cadete del Cádiz C.F. desde el año 2010 hasta la actualidad. Además, en el Cádiz C.F. ocupa el cargo de Coordinador de Delegados y Auxiliares de Fútbol Base desde el año 2014.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Durante la pandemia del COVID-19, el médico investigador Boris Pérez no entendía el uso que se estaba dando a la palabra Confinamiento. Recordaba sus tiempos en el colegio, cuando aprendía la Canción del Pirata, de José de Espronceda:

“bajel pirata que llaman,

por su bravura, el Temido,

en todo el mar conocido del uno al otro CONFÍN”.

Por eso Boris asociaba la palabra confín con algo lejano. Igual que cuando en ciencia ficción se habla de los “Confines del Universo”, que es algo que debe estar a muchísimos millones de años luz. Boris se preguntaba en qué momento algo que parece lo más lejano posible, se convertía en la palabra confinamiento para indicar que hay que quedarse en casa.

Buscó en el diccionario de la Real Academia y encontró que confín se define como: “último término a que alcanza la vista”. Es precisamente lo que venía a decir Espronceda con su Pirata. Pero también confín es el “término o raya que divide las poblaciones, provincias, territorios, etc., y señala los límites de cada uno”.

Tenía que profundizar más y buscar qué ocurría. Pensó en seguir con el diccionario y mirar la palabra confinamiento: “pena por la que se obliga al condenado a vivir temporalmente, en libertad, en un lugar distinto al de su domicilio”.

Eso era. El confinamiento debe ser en un lugar distinto del domicilio, y con el estado de alarma se confinaba a la población en sus domicilios. Así que confinar a alguien por ejemplo en algún lugar del Caribe, tendría sentido. Sin embargo, confinarlos en su propia casa no es algo acorde con la definición.

La verdad es que, en lugar de confinamiento, lo que se hizo fue un Arresto Domiciliario. Expresión mucho más adecuada pero muy poco amable y que haría que la población participara mucho menos en el necesario objetivo de evitar la propagación del virus. Más fuerza tuvo la aplicación del Toque de Queda. Quizás porque lo que se buscaba era dar una orden directa con o sin la ayuda de la ciudadanía.

Es curioso, pensaba Boris, cómo el uso de las palabras hace que una orden sea mejor o peor recibida por la población. Cómo varía cuando se busca su colaboración o su cumplimiento inmediato.

Como estrategia está bien, pero el virus no desaparecerá solo. Ningún virus lo hace. Continúa hasta que el ser humano consigue, de forma natural o mediante vacunas, hacerse resistente. Al virus se le vence cumpliendo las medidas preventivas y, sobre todo, con la colaboración y solidaridad de la población.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído