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¿Cómo ser mujer y no morir en el intento?

María José Sánchez Soria
María José Sánchez Soria
Mujer y socialista. Activista social y curtida por mil frentes en la vida. Optimista vital en cada lucha y animosa en la dificultad. Hija del 64 y heredera de todas cuantas me precedieron en la búsqueda de justicia.
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análisis

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Hay muchas personas que creen que el hecho de ser mujer, es una gran ventaja, sobre todo de cara a obtener más derechos, pero nadie habla de las obligaciones, ni de los inconvenientes de ser mujer, sobre todo de las que nacimos en el siglo pasado.

Cuando éramos niñas, los niños no nos dejaban jugar al fútbol, ni a tirar piedras, «porque éramos niñas y sólo podíamos jugar a las casitas». 

Cuando éramos adolescentes, las mujeres maduramos bastante más pronto que los hombres, nuestras madres nos machacaban con el «cuidado» no montes en bici, a ver si vas «a perder la virginidad» con un mal golpe. En vez de avisarnos de tanto lobo disfrazado de cordero, como vemos últimamente.

Cuando éramos jóvenes, que sí cuidado con quedarte embarazada, como si los embarazos sólo fueran responsabilidad nuestra. Nosotras que normalmente a esa edad estábamos más preocupadas por ser profesoras, médicas, veterinarias o cantantes, y que siempre tuvimos que estar preocupadas por no pasar por calles oscuras al volver a casa, en vez de ir por donde nos diera la gana, sin miedo a nada, ni a nadie; y ahora sobre todo a ninguna «manada».

Cuando ¡por fin fuimos adultas!, y buscábamos trabajo, primero que si no teníamos experiencia, después la consabida pregunta: ¿cuando piensas tener niños?, yo siempre he pensado por qué a los chicos no les preguntan lo mismo, cuando buscan trabajo.

Cuando entramos en la década de los 40, que si cogíamos días si nuestros hijos se ponían enfermos. Y ahora que ya son nuestros hijos vuelan solos, que si somos muy mayores para trabajar. Ahora que tenemos más experiencia y madurez que casi todos los hombres de nuestra edad, que no tenemos niños que cuidar, que somos libres para trabajar, sin tantas preguntas, ahora que somos mayores.

¡Si, es una enorme suerte ser mujer!, y nos favorecen en todo para que trabajemos Perdonadme, si la próxima vez que oiga la frasecita: ¡Qué suerte tenéis las mujeres! me acuerdo de vuestros antepasados desde la Edad Media, hasta ahora. 

Si a alguien tengo que dar las gracias por luchar por nosotras, es al movimiento feminista, ese que lo único que busca es la igualdad entre hombres y mujeres, en derechos y obligaciones, a ver si a los machos alfa, os entra de una buena vez en la cabeza.

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