El procedimiento presupuestario anual de la Unión Europea (UE) sigue su curso y las comisiones del Parlamento Europeo (PE) votan esta semana sus posiciones sobre los programas de los que son responsables. Estas opiniones alimentarán el proyecto de informe elaborado por la comisión de Presupuestos, informe que contendrá la posición oficial del conjunto de la Eurocámara sobre las cuentas de 2016. El Consejo de la UE, que reúne a los Gobiernos, presenta su posición ante el pleno la semana próxima.

Once comisiones parlamentarias establecen sus respectivas posiciones esta semana. Tres votan el lunes 31 de agosto, y otras ocho hacen lo propio el jueves 3 de septiembre. Otras comisiones votarán a lo largo de las próximas semanas. El pleno prevé votar en octubre la posición del conjunto de la Eurocámara, cuyo proyecto elabora la comisión de Presupuestos.

Por su parte, el Consejo, institución que reúne a los veintiocho Estados de la UE, presentará su posición ante el pleno de la Eurocámara el martes 8 de septiembre.

Las cifras de pagos y compromisos presentadas por el Consejo son habitualmente menores de lo que el Parlamento desea. De modo que lo más probable es que ambas instituciones participen en un proceso de conciliación en noviembre. La Eurocámara podría votar el resultado de la conciliación a finales de noviembre.

Los Estados de la UE acordaron en el Consejo en julio que el montante destinado a los compromisos del año que viene se eleve a 153.270 millones de euros, y situaron los pagos en 142.120 millones. Esto supondría 563,6 millones menos para compromisos y 1.400 millones menos para pagos que la propuesta de la Comisión Europea.

El Parlamento Europeo ha hecho hincapié durante las negociaciones presupuestarias previas en la necesidad de reducir el volumen de facturas pendientes de pago para evitar la escasez de financiación de proyectos europeos aprobados. «Es inaceptable no pagar lo que se ha garantizado, no pagar facturas y deudas», afirmó en junio el eurodiputado popular portugués José Manuel Fernandes, ponente parlamentario de los presupuestos de 2016. «Es una cuestión de credibilidad, de confianza y, también, de crecimiento», añadió.

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