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Cómo organizarse para la compra de alimentos con una nevera pequeña

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análisis

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A veces, organizar la nevera puede parecer una tarea complicada, especialmente si disponemos de una pequeña. Sin embargo, solo es necesario tener en cuenta algunos consejos esenciales para poder administrar el espacio de tal manera que todo quepa perfectamente.

Organizar la nevera de la manera correcta es esencial para prevenir que los alimentos se echen a perder y que quede espacio disponible para almacenar todo lo necesario. Por supuesto, a veces hacerlo puede parecer desafiante, especialmente si no disponemos de una nevera grande. Sin embargo, solo es cuestión de tener algunos consejos en cuenta para que la organización de nuestros alimentos no se convierta en un dolor de cabeza.

Administrar el espacio

Son varias las razones por las que podemos disponer de una nevera pequeña en vez de una grande en el hogar. Por ejemplo, no siempre contamos con el espacio suficiente en la cocina para tener artefactos de gran tamaño y lo cierto es que hay una gran variedad de modelos de neveras pequeñas que pueden ser muy útiles en estos casos. También son muy implementadas en pisos, apartamentos vacacionales o habitaciones de hospedaje en las que no se necesita de neveras más grandes. En cualquier circunstancia, el momento de comprar alimentos puede ponernos ante la inquietud de cómo organizar todo de manera tal que pueda conservarse correctamente.

En primer lugar, para poder disponer del espacio suficiente habrá que deshacerse de todo aquello que podría estar ocupando lugar innecesariamente. Es decir, botellas, frascos o envoltorios que han quedado y cuyo contenido está caducado o ya no consumimos. Además de quitar espacio, los productos caducados o viejos en la nevera podrían hacer que los nuevos caduquen más rápidamente, por lo que también es importante llevar a cabo una limpieza y deshacerse de suciedad y olores, antes de llenarla de nuevos alimentos.

Ahora bien, lo ideal es destinar cada espacio de la nevera a un tipo de producto en especial, como si estuviéramos creando categorías para cada alimento. Por ejemplo, la puerta de la nevera es la zona indicada para colocar los huevos, mantequillas, leche, botellas de agua o salsas, ya que es la parte menos fría. Es muy importante tener en cuenta el nivel de frío que requiere cada alimento, para así poder identificar el sitio adecuado dentro de la nevera.

La parte superior es, por lo general, la zona en la que menos frío se genera, aunque esto depende del tipo de nevera. Así que la zona menos helada es el mejor lugar para todos aquellos alimentos ya cocinados o de consumo inmediato, como las pastas frescas, los quesos o los yogures.

Es necesario (y útil) que algunos alimentos sean almacenados dentro de recipientes herméticos, ya que esto ayudará a ahorrar espacio tanto como a su conservación y es una de las mejores maneras de evitar la contaminación cruzada. Algunas bolsas de plástico también están preparadas para este tipo de almacenamiento.

Mantener el orden

Poder mantener el orden podrá parecer todo un desafío, pero es algo necesario si queremos que los alimentos entren correctamente dentro de nuestra nevera pequeña y se conserven durante una mayor cantidad de tiempo. Entonces, así como la parte superior podría ser ideal para comidas ya preparadas por ser la menos fría, la parte inferior suele ser la más fría y por tanto, la zona precisa para colocar carnes, pescados frescos o algunas frutas y verduras. Hay otras a las que conviene dejar afuera ya que una vez dentro de la nevera podrían perder su sabor.

Conocer qué tipo de frutas y verduras deben ir en la nevera y cuáles no también nos permitirá ahorrar un buen espacio. En cuanto a frutas, por ejemplo, normalmente se aconseja mantener en la nevera las cerezas, uvas, ciruelas, frutillas o kiwis, mientras que es preferible dejar afuera y al natural otras frutas como las bananas, los cítricos, el ananá o la papaya.

En cuanto a las verduras, aunque casi todas deben ir en la nevera, a veces es mejor dejar algunas fuera: las berenjenas, las patatas o los tomates se llevan mejor con el frío solo en el caso de que estén cortados.

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