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Comisión del 8M: «Salir a la calle no es negociable»

Las organizaciones feministas, conscientes de que se necesitan restricciones por la pandemia, organizan convocatorias máximas de 500 personas para evitar aglomeraciones y que pueda mantenerse las distancia de seguridad

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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«Salir a la calle no es negociable». Así de tajante se muestra la Comisión del 8M que, pese a esta reivindicación, es consciente que se necesitan restricciones por la pandemia y por ello organiza convocatorias máximas de 500 personas para evitar aglomeraciones y que puedan mantenerse las distancias de seguridad.

Tras la recomendación de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, de evitar las manifestaciones, los colectivos feministas convocan concentraciones con un aforo máximo de 500 personas.

A nadie se le olvida el interés durante meses de la derecha de demonizar el 8M del pasado año y responsabilizar, cuando ningún indicador científico lo avala, de la expansión del Covid-19.

De hecho, el propio líder de la oposición, Pablo Casado, soltó un bulo sobre esa responsabilidad de las concentraciones del 8M en el contagio masivo. No dudó, incluso, en citar a un estudio científico como que demostraba este hecho. La propia investigadora del informe desmentía a Diario16 que en la investigación se demostrara tal cosa.

En Madrid, donde cada año se celebraba una de las manifestaciones del 8M más multitudinarias de Europa, este año dos plataformas feministas con centenares de organizaciones cada una convocan por separado actos para ese día con aforos máximos de 500 personas, el tope señalado por la Delegación del Gobierno de Madrid. Distintas feministas y políticas destacadas han dicho además públicamente que este año toca quedarse en casa. Este 2021 tampoco han llamado a la huelga.

Distancias en el Gobierno

Lo cierto es que el 8M también marca distancias entre los socios de Gobierno. La previa es esa Ley Trans que la ministra de Igualdad, Irene Montero, ya hubiera querido que estuviera encima de la mesa del Consejo de Ministros antes del 8M. Una iniciativa que Carmen Calvo lideró en el PSOE para que no fuera llevada a este consejo. El relato de la vicepresidenta socialista, que nunca estuvo de acuerdo en que Pedro Sánchez cediera Igualdad a los morados, es que los textos no son una propuesta del Gobierno, sino un borrador de Igualdad y que debían aún incorporar aportaciones de distintos ministerios. 

Lo que nadie tiene dudas es que este 8 de marzo no se repetirán las multitudinarias manifestaciones de estos últimos años, pero tampoco se cuestiona que sí habrá concentraciones por todo el país. «Salir a la calle no es negociable», han afirmado estos días desde la Comisión del 8M.

Las organizaciones del ámbito feministas se preparan ya este año para movilizaciones descentralizadas y con aforos limitados, respetando las indicaciones de las delegaciones del Gobierno y con las recomendaciones sanitarias para garantizar que los eventos sean seguros en el contexto actual de pandemia .

Así, habrá movilizaciones en barrios y pueblos, concentraciones limitadas y acciones que se puedan desatollar desde los balcones y los espacios privados.

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