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Cody

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Alguien nos la está colando doblada. Y no es que recele, quién sabe por dónde circula el placer no conocido, pero sin permiso me da un qué sé yo. Está claro que esto del virus monárquico va a ir a más geométricamente, y no parece que sea excesivamente grave… aunque tampoco debe ser una tontería, quiero decir que si Cody te coge de frente, como cualquier chorrada, te llevará por delante… o sea: que es peligroso en cuanto que supone un riesgo más de entregar la papeleta.

Pero veamos cosas tristes, ¿de verdad están nuestras autoridades preocupadas por la salud… o por la interpretación de su gestión (también conocida como voto)? Si supieran que hay un peligro real ¿se van a atrever a prohibir el ejercicio pasional-callejero de la Semana Santa este año? ¿El aluvión de romerías del mes mariano? Y ya no lo digo por lo económico, sino por la revolución que supondría esto en la calle, ¿no se celebra el Rocío?: no me lo creo, nadie se va apuntar el tanto incluso siendo consciente de las consecuencias, suponiendo que fueran malas…

¿O sí? ¿O comprar conservas y congelar animales variados? Mi hijo me dice que vamos necesitar una escopeta de cañones recortados y una katana… no debemos olvidar que las series de zombies han servido para naturalizar el aislamiento y la sensación de peligro ante lo exterior, hasta el extremo de banalizar el asesinato brutal entendido como autodefensa justificada. Ahora, de repente, ¿la pesadilla se hace realidad?

No sé si sería conveniente no prevenir, quiero decir que se deben tratar y aislar los casos, seguir los protocolos establecidos como con cualquier enfermedad contagiosa; la cuestión es que hemos creado con las decisiones preventivas, aparentemente útiles, problemas nuevos: apestados, rechazo, xenofobias, inseguridad económica, aislamientos forzados, clasismo, negocios efímeros… ¿No parece todo diseñado para una película cutre de serie B con un malvado estúpido creado para la victoria del Superagente 86?

Lo repito, la prensa hoy es un problema. La falta de formación, evidente en lo literario, en lo retórico o en lo discursivo, y la necesidad de conseguir audiencia (aunque sea disimulando que no interesa conseguir audiencia), han destruido un oficio antes vinculado al compromiso ético, político, artístico… sin romanticismos, coño, es que se nota demasiado que la prensa aspira a ser una red social, y no podrá serla, ese territorio ya está ocupado. Digo: los medios han construido un problema magnificándolo que ya nadie puede controlar.

Fíjense, no afirmo conspiración alguna ni mente maquiavélica que haya diseñado nada. Lo que digo es que hemos entrado en una espiral de la que ya es imposible salir, porque si no hacemos nada y pasa algo: pagaremos; y esto nos lleva a la sobreactuación y a una realidad cambiante en la que ya hay intereses creados nuevos: empresariales, familiares, políticos, farmacéuticos, mediáticos, turísticos, de movimientos internacionales… yo qué sé, ya todo está manchado de miedo a la pandemia que casi no mata.

Es una buena ocasión para observar cómo funciona la locura humana, cómo se alteran los sistemas inestables, cómo un simple empujón puede generar una posible catástrofe mundial incontrolable, y lo contrario, cómo puede quedar todo en nada, y volver a la casilla de salida.

Loco humano, que en vez de pasar por aquí sin que se note demasiado y exprimiendo lo que de espectáculo emocional tiene el mundo, placer y dolor, vive engañado en una burbuja de supuesta libertad que no es más que el campo de trabajo de las matemáticas caóticas. Idiotas que explotarán toda esta miseria y de los que no quedará (no legaremos) piedra sobre piedra… polvo al polvo.

Las consecuencias de todo esto ¿será el enfriamiento de la economía mundial?, ¿el regreso a la economía productiva local? Ojalá, antes pagarán, me temo, los movimientos migratorios: ¿quién mueve los hilos? Permítanme cantar: “Es el final del mundo como lo conocemos, pero me siento bien…”, no nos queda otra.

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