Cuando componemos la casa de nuestros sueños, es muy habitual pensar a priori sólo en lo estético y dejar para un segundo momento lo práctico, que en definitiva será lo que verdaderamente marque el devenir de la convivencia familiar a lo largo de los años. Por ello, tener una cocina preciosa es importante, pero saber elegir lo antes posible el tipo de energía que la ponga en funcionamiento lo es inmensamente más. Sea a gas o eléctrica, la decisión final debe ir encaminada con celeridad después de despejar una serie de dudas razonables. El presupuesto del gas natural es un detalle importante que determinará la decisión última de muchos clientes potenciales.
Las ventajas e inconvenientes de uno u otro sistema depende de múltiples y variados factores. Así, por ejemplo, el enfriamiento de las cocinas eléctricas es más lento pero su uso es ideal en épocas de calor porque no producen calor en el ambiente. En cambio, si el usuario va a tener una cocina encendida durante horas, le conviene tener sobre todo una cocina a gas, ya que, demás del costo relativo, la principal ventaja de las cocinas a gas sobre las eléctricas es el control de la llama. Como contrapartida, las cocinas eléctricas reciben ciertas críticas al tardar más tiempo en producir el calor suficiente para la elaboración de los productos.
En cuanto a las ventajas del gas natural, otro detalle importante a tener en cuenta es que las instalaciones de gas son en general más económicas que las eléctricas, un factor determinante para muchas familias que optan por una u otra elección.
También hay que resaltar la energía limpia del gas, que mejora la calidad del aire reduciendo hasta un 30% de las emisiones de CO₂ por cada unidad de energía utilizada. Además, el gas natural es hasta un 55% más barato que la electricidad y hasta un 20% más económico que el gasóleo.
Por otro lado, es importante subrayar su seguridad. Al estar compuesto por metano implica que el usuario puede tener la completa certeza de su seguridad en el hogar, ya que se trata de un gas ligero que se disipa en el aire con facilidad haciendo que su distribución sea sencilla y segura.
Además, el gas aporta flexibilidad, puesto que se puede elegir la comercializadora y la tarifa que mejor se adapte a nuestras necesidades. Con el gas natural solo pagas por lo que consumes.
En definitiva, la energía de nuestras cocinas no es un tema baladí ni mucho menos, ya que de una acertada elección dependen muchos factores socioeconómicos de la familia a medio y largo plazo. Por ello, analizar en profundidad las ventajas e inconvenientes de uno y otro es el paso previo a cualquier elección final.
Toda mi vida use gas natural y funciona, ya estoy acostumbrada realmente. Actualmente uso una cocina eléctrica y la conecto a mi panel solar en verano cocino sin gastar dinero y es una alternativa que me gusta tenerla a favor.