Hace veinte años era impensable que todos nosotros tuviéramos un ordenador portátil en las manos que nos diese acceso global a cualquier tipo de información, hoy es una realidad. Internet ha transformado las esferas de los negocios, del trabajo, del consumo, del ocio y hasta de la política. Trae consigo multitud de ventajas, pero también una serie de problemas, y es ahí donde nos vamos a detener para analizarlos, de tal manera que conozcamos lo que dicen los medios y lo que nos dice la investigación científica.

En general, todos tenemos miedo a lo que no conocemos: miedo a lo oscuro, y sobre todo, a la dimensión criminal del ciberespacio. Este miedo está alimentado por la sobrerrepresentación que existe en los medios de comunicación de los delitos en Internet, pero nos hemos parado a pensar en si ¿realmente existe una amenaza?, ¿conocemos qué sucede? Vayamos por partes.

En cuanto a la sobrerrepresentación ya aludida, podemos analizar dos noticias: la primera de ellas es una nota de prensa del propio Ministerio del Interior Español cuyo titular es “Jorge Fernández Díaz subraya en la cátedra Google que el ciberdelito supone ya la tercera forma delictiva y criminal más importante a nivel mundial” (11/06/2015); la segunda de las noticias, publicada en el El País (5/2/2015) afirma que “España es, tras EEUU y Reino Unido, el país que sufre más ciberataques.

Lo primero que comenta el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, es que las formas delictivas y criminales son diferentes. Aquí no sé cuál es la distinción porque imagino que debe basarse en datos oficiales, es decir, en aquellos delitos conocidos y perseguidos por el sistema policial y que han terminado en los juzgados. De esta manera las formas delictivas y criminales son la mima cosa, el delito tipificado en el Código Penal. Además, al afirmar que es la tercera forma delictiva, también está indicando que estamos desprotegidos, porque sólo se esclarecen 2.167 hechos de 42.437 que se conocen (no llega al 5%), según datos del propio Ministerio del Interior relativos a la cibercriminalidad. Por otro lado, en este mismo informe se explica que la ciberdelincuencia es el 1,95% de total de la delincuencia. Como pueden comprobar muy alejado del tercer puesto aducido, por lo menos en España.

También es interesante pararnos a pensar en la segunda noticia, recordemos que dice que España es el tercer país que sufre mayor número de ciberataques. En primer lugar, sí puede ser interesante conocer qué tipo de ciberataques se producen, por ejemplo, si se realizan a infraestructuras críticas o si los sufren directamente los ciudadanos. Es decir, es muy importante conocer que existen gran variedad de ciberataques, que no todos tienen éxito y que la mayor parte de ellos son desconocidos para el público en general, en este sentido, algún experto en informática no para de recalcar que la mayor parte de nosotros llevamos instalado algún tipo de malware en nuestros dispositivos y no somos conscientes de ello. Para conocer lo que realmente sucede podemos echar mano de un informe de la ONU (2015) en el que indica que los países que reciben mayor número de ciberataques son: Estados Unidos, China, Alemania, Gran Bretaña, Brasil y España (aunque bien es sabido que Rusia también debería estar en este top ten, no hay datos). También hay que apuntar que los países que producen mayor número de ciberataques son Estados Unidos, China y Rusia. Así, podemos ver que estamos inmersos en una ciberguerra fría que tiene amplias repercusiones en el tejido empresarial, porque lo que se busca en los ataques no es sólo poder anular los servicios de un país (cosa prácticamente imposible a día de hoy) sino hacerse con información sensible: ciberespionaje, tanto industrial como de defensa.

Como se puede comprobar, estamos haciendo un repaso por la cibercriminología a través de la cibercriminalidad en general, las cibervíctimas y la reacción social frente a este fenómeno criminológico. La primera parte ya se ha explicado con dos noticias representativas de la realidad de los medios y la realidad más cercana. Ahora toca hablar de las víctimas, ¿somos todos víctimas indefensas?, ¿somos conscientes de que somos víctimas? Debemos responder que efectivamente somos víctimas mucho más propicias en el ciberespacio por nuestro amplio desconocimiento del mismo y además, en la mayor parte de los casos, no nos damos cuenta de que estamos siendo víctimas, veámoslo.

Aquí encontramos otra noticia de ElEconomista.es (25/10/2015) con el titular “Los marcapasos digitales pueden ser pirateados por ciberdelincuentes”. Efectivamente estamos hiperconectados y somos hiperdependientes de La Red y cualquier cosa que pensemos puede ser posible en este medio. Pero, ¿qué es lo que sucede realmente?, según un estudio del Centro Crímina de la Universidad Miguel Hernández de Elche (2014) los principales problemas que relatan las víctimas a través del análisis de una encuesta de victimización con adultos (otra cosa son los menores) son los siguientes: infección por malware –programas espía- (75,2%), fraudes burdos –scam- (45%), spam –correo basura- (43,5%), pérdida de archivos por malware (24,4%) y fraude en compras (6,6%). Si se analiza el ciberacoso, un 21% dice haberlo sufrido, y un 2,1% dice que ha sido de índole sexual. Como se puede comprobar con los datos estamos muy alejados de sufrir ataques a nuestra vida a través de Internet.

Por último, ¿qué reacción existe frente al ciberdelito? La reacción se muestra a través de este titular del Diario El País (23/4/2012) “Interior rastreará las redes sociales”. Como se ha puesto de manifiesto por la información aportada por Eduard Snowden y Julian Assange las potencias mundiales tienen programas de hipervigilancia de sus ciudadanos y de otros países, ahora sí que entramos en la era del “big brother global”. Además, no es necesario que los propios gobiernos espíen a los ciudadanos sin ningún tipo de control, nosotros mismos subimos a la red información ingente de nuestra vida y con eso es suficiente para ellos. Aquí debemos pararnos también a pensar en el entramado público-privado, donde las grandes empresas de Internet tienen más poder que muchos Estados, precisamente por la cantidad de datos personales que manejan.

Si todo ello es efectivo en la lucha contra la ciberdelincuencia no estoy muy seguro, de lo que sí estoy seguro es que Internet ha hecho que los gobiernos legislen para que exista una merma de libertades civiles apoyados por el miedo que tenemos a lo desconocido, ejemplo de ello es el terrorismo y el ciberterrorismo, cuyo debate dejaremos para próximas entregas.

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