Yo si vuelvo a nacer, quiero ser de derechas. Es que todo son ventajas. Para empezar no tienes que justificarte de nada, si quieres vivir a lo grande y te gastas la pasta en un casoplón o en un cochazo o incluso en un barquito. Cosa que si eres de izquierda y haces cualquiera de esas y otras mil cosas, ya te la lían.
—¡Mira el rojazo, qué casa tiene! ¡Mete ahí a los inmigrantes, valiente!
—La gente muriéndose de hambre y tú en un Mercedes. ¡Anda que…!
¿Y qué me decís de los chiringuitos? Si eres de izquierdas, no se te ocurra crear algún organismo nuevo, aunque su utilidad sea clara. Se te echan encima todos, acusándote de despilfarrador y cáncer para las cuentas públicas. Más aún como se te ocurra poner al frente a alguien de confianza, o sea, de tu partido o simpatizante o progresista. Os arrearán noche y día por tierra, mar y aire; por prensa, radio y televisión. En cambio, si eres de derecha, puedes hacer lo que te salga.Incluso inventar un chisme sin sentido; dedicado, pongamos, a proteger el español ¡en Madrid!, y poner a un simple al frente. Te criticarán cuatro izquierdosos en Twitter, pero eso solo lo leen ocho izquierdosos en Twitter. Y mientras tanto, el tonto contento en su chiringuito; y quien lo ha colocado, encantada de tener al tonto entretenido para que no píe y la líe.
Joer. No hay color. Si eres de derechas te puedes dedicar a la política diciendo abiertamente que tu ahí estás para pillar, para enriquecerte, como un Zaplana cualquiera. Si eres de izquierdas, en cambio, tienes que demostrar cada día, cada minuto, que solo te guía el interés general, el bien común, la justicia social. Que luego, oye, no te digo que no, salen también jetas ladrones. Pero no es lo mismo. Tienen que estar disimulando desde el principio, no como tántos y tántos representantes de la derecha, que van sin dobleces, muy francos, a lo que van. Por eso hay muchísimos más corruptos en un lado que en otro, supongo. En un lado se disfruta de todo el proceso, en el otro te salen úlceras de tanto disimular.
Que está clarísmo, vamos. Que si hay más vidas o nos reencarnamos o el destino proporciona segunda oportunidad, me pido nacer de derechas, sin escrúpulos, feliz con lo que haya siempre que la mejor parte la tenga yo. Y si no nazco rico, que nazca al menos como un Toni Cantó: memoria de pez, rostro de cemento y Twitter matón. Como dice el refrán, nunca falta una Ayuso para un Cantó. Siendo éste, algo me caerá, aunque tenga que cambiar de partido como de calzones y decir hoy lo opuesto a lo que dije ayer. ¡Y abajo los chiringuitos, salvo el que me toque a mí!