jueves, 25abril, 2024
13.2 C
Seville
Advertisement

China, Torra, el Rey y las explicaciones

Guillem Tusell
Guillem Tusell
Estudiante durante 4 años de arte y diseño en la escuela Eina de Barcelona. De 1992 a 1997 reside seis meses al año en Estambul, el primero publicando artículos en el semanario El Poble Andorrà, y los siguientes trabajando en turismo. Título de grado superior de Comercialización Turística, ha viajado por más de 50 países. Una novela publicada en el año 2000: La Lluna sobre el Mekong (Columna). Actualmente co-propietario de Speakerteam, agencia de viajes y conferenciantes para empresas. Mantiene dos blogs: uno de artículos políticos sobre el procés https://unaoportunidad2017.blogspot.com y otro de poesía https://malditospolimeros.blogspot.com."
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Estas semanas se ha hablado bastante de cómo China reaccionó ante la infección vírica y cómo lo hacemos en las democracias occidentales. Estas últimas, son diversas y cada Estado ha tenido sus particularidades. La verdad es que la Unión Europea prácticamente ha desaparecido. Me gustaría resaltar un aspecto concerniente al Estado en que vivimos, y que abarca las relaciones entre la sociedad, los medios y los políticos y gobernantes. También al jefe de este Estado.

La población china, vive en una dictadura. De todo lo que de ello se deriva, centrémonos en un punto doble: ni hay libertad de prensa ni los ciudadanos pueden exigir explicaciones. En España, sí. O esto es lo que se supone.

Veamos dos casos: Torra y el rey.

Al presidente de la Generalitat, el señor Torra, se le ha vilipendiado a diestra y siniestra (como ya es menester, camino de deporte nacional) por insistir en el confinamiento de Cataluña. Obvio la conveniencia científica de tal confinamiento particular: el que escribe no es un experto ni, seguramente, la mayoría de ustedes lo es. Pero hay expertos sanitarios que han asesorado a Torra indicándole que el confinamiento total de Cataluña es lo más conveniente. Desearía enfocarlo desde esta perspectiva: ante las repetidas veces de esta petición, ni Pedro Sánchez ni ningún ministro le han dado una respuesta científica. Un servidor ha visto como se ignoraba y, finalmente, la sorprendente respuesta de Pedro Sánchez: <<el virus no entiende de fronteras>> para, acto seguido, proclamar el cierre de las fronteras nacionales. Vamos a ver, ¿el virus entiende algo? Se le añade un vocabulario belicoso (“estamos en guerra contra el virus”) y se suelta que <<todos unidos, venceremos>>. Vamos, que Churchill sonríe bajo tierra. Se coloca ante el foco un jefe militar con sus medallas que nos llega a decir que <<todos somos soldados>>… pero no olviden que, si todos somos soldados, estamos todos bajo su mando (qué guay). El tono bélico, proclamar que estamos en guerra, aunque sea metafóricamente, conlleva que las discrepancias sean vistas como una traición, que no tiene lugar cuestionar cualquier cosa porque significa cuestionar ese “unidos”. Todo esto, permite evitar dar explicaciones. El gobierno, en este estado de alarma, puede tomar las decisiones que considere más convenientes, claro, y nosotros obedeceremos, pero la democracia no ha desaparecido, y las explicaciones deben ser exigidas.

Es indiferente, aquí, si hay motivaciones políticas ocultas a la petición de Torra. Es indiferente que sea independentista, que les caiga bien o que les caiga mal. Lo relevante es si, más allá de sus decisiones, un gobierno debe dar explicaciones a la petición de un señor que representa un territorio de 7 millones de habitantes. Teniendo en cuenta la cantidad de Estados que han confinado territorios particulares, la petición de Torra no es de otro planeta (de hecho, otros presidentes autonómicos lo han pedido, y a algunos se les ha permitido confinando su Comunidad). Como les dije, uno no es experto, pero esta misma semana conozco 4 personas que han llegado por el aeropuerto de Barcelona, de países europeos y de otro continente, sin ningún problema y sin siquiera que se les tome la temperatura. Una explicación científica de la conveniencia, o no, de estos confinamientos territoriales, sería de agradecer por encima de las proclamas patrióticas.

Se acusa al presidente Torra de estar haciendo política con la crisis sanitaria. Vamos a ver: ¿ustedes creen que el <<todos unidos>>, el uso de militares, las proclamas patrióticas, no son política? Bien podría ser que el uso de ello fuera con la única intención de desactivar el discurso patriotero de la oposición, una derecha y ultra derecha nacionalistas. Y es una buena táctica, cierto, tal como hemos visto en el apaciguamiento en las reacciones de PP, C’s y Vox. Lo que ocurre es que, como siempre, se olvida que, en este Estado, no todos los territorios ni sus habitantes perciben los mensajes capitalinos de igual manera. A la hora de la verdad, sólo prevalece el punto de vista capitalino, y cualquier otro es denigrado. Todo lo que hemos pasado estos años con la reivindicación soberanista y la llamada “desconexión” entre muchos catalanes y el resto de España, no ha servido de nada. Incluso un gobierno de coalición con Podemos, en teoría más sensible, acaba apelando a la unidad de la patria como modo de evitar la propagación de un virus. Es sorprendente que no se entienda, todavía, que para gran parte de la población catalana, todo esto no sea una respuesta válida. Que, naturalmente, podemos entender y aceptar, independientemente de que estemos de acuerdo o no, que la respuesta al confinamiento de territorios específicos sea negativa, pero la explicación de porqué, es requerida.

Por otro lado, el rey, tras llevar un año con conocimiento de que era partícipe de una fortuna de millones, acaparada por la gestión corrupta de su padre (anterior rey), decide, ahora, en plena pandemia, decirnos que rechaza (¿?) la herencia de ese dinero. Justo ahora que se ha sabido gracias a la prensa internacional y a la investigación de otros países. Encima, partidos capitalinos y su prensa acólita, nos intentan hacer creer que, tal reacción, es honrosa. Lo que es, es una vergüenza. De ambos reyes, de los partidos que los sustentan, de los medios… y de los ciudadanos. De los ciudadanos dependiendo, claro, de si se comportan como súbditos o como ciudadanos de un Estado democrático. ¿La diferencia? De entrada, exigir explicaciones.

Una de las diferencias entre China y nosotros es que aquí la prensa es libre. Esto no es una etiqueta decorativa: debe hacerse un uso. Que la prensa, y medios, mayoritarios de Madrid, no cuestionen la reacción del rey ni exijan una explicación e investigación, restringe la libertad de información a la que tienen derecho los ciudadanos, el pueblo, usted y yo y el resto (sean monárquicos o republicanos). ¿Y dónde están todos esos que decían <<yo no soy monárquico, soy juancarlista>>? Vergüenza si ahora definen felipistas.

¿Y los ciudadanos? Ser libre, en una democracia, pasa por hacer uso de la posibilidad de exigir explicaciones y responsabilidades. Un chino, no puede. No tiene esa posibilidad. Tenerla, y no usarla, es un insulto hacia todos aquellos pueblos que viven subyugados por una dictadura. Y también a nosotros mismos como sociedad.

Es cierto, hay tres o cuatro medios que reclaman esa explicación e investigación. Cierto que ha habido una cacerolada (uy, la Casa Real tiembla). Pero el confinamiento de la pandemia no significa que tengamos que callar… ¿o el <<todos unidos>>, solapadamente, nos dicta que sí?

Esta crisis sanitaria, nos demuestra bastantes aspectos de nuestra sociedad. Uno de ellos es que las decisiones que tomamos en un presente dado, condicionan el futuro. Los recortes que hubo en sanidad (por la derecha española; y la catalana, señor Mas) vemos que tienen consecuencias. El hecho de no pedir explicaciones ni responsabilidades a los dirigentes, no duden que también tendrá sus consecuencias. Como mínimo, sientan precedente.

Hemos de ser capaces de obedecer una emergencia sanitaria quedándonos en casa, porque es, también, un acto de solidaridad con nuestros vecinos más vulnerables. Que nos obliguen, por el bien común, no debe escandalizarnos (también nos obligaron a ponernos el cinturón en el coche, a no fumar en recintos cerrados). Pero tenemos que entender que exigir respuestas no es una <<traición a la patria>>. Más bien, no exigirlas, es una traición a nuestra libertad. Luego, nos extrañamos que surjan Trump, Bolsonaro, Salvini, Abascal, Arrimadas, Le Pen o Casado. Pues surgen por alguna razón, ¿no creen? Tal vez, con su desidia, es la propia población quien los reclama.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído